El exjuez penal Luis Diego Ulloa Rodríguez se convirtió en una de las más recientes víctimas de homicidio en nuestro país, tras un suceso ocurrido la tarde de este martes en La Unión de Cartago.
El abogado, de 43 años y vecino de Patarrá, fue asesinado mientras conducía un vehículo Hyundai Santa Fe, color gris, del año 2010, cuando desconocidos le dispararon en varias ocasiones. La Cruz Roja recibió la alerta a las 12:37 p. m. y confirmó el fallecimiento en el lugar de los hechos, en Dulce Nombre de La Unión, cerca del Súper Jenny, a unos 100 metros del puente.
Según datos preliminares del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Ulloa al parecer intentó huir del lugar, pues su cuerpo quedó fuera del carro, cerca de la puerta del conductor, la cual quedó abierta.
Dos individuos a bordo de una motocicleta, de los cuales por el momento no se tienen características precisas, serían los responsables de los disparos, quienes luego huyeron del lugar con rumbo desconocido. La Fuerza Pública desplegó un operativo en la zona, pero no tuvo resultado positivo.
Los agentes recolectaron indicios balísticos y otras pistas que ayuden a dar con los sospechosos del homicidio.
Dejó el Poder Judicial
Según datos de la Dirección de Gestión Humana del Poder Judicial, Ulloa Rodríguez ingresó a laborar el 17 de enero de 2005 en una plaza de técnico judicial en el Ministerio Público. Su último nombramiento registrado fue el 30 de octubre del 2021 como juez penal en el Juzgado Penal de La Unión, Cartago.
Ulloa Rodríguez también había desempeñado otros roles en el sistema judicial. Fue juez penal en Osa en el 2011, durante el período de prueba para su nombramiento en propiedad como juez. Posteriormente, ocupó el cargo de juez 4 en el Tribunal de Juicio del Primer Circuito Judicial de la zona sur, Pérez Zeledón, y también fue juez coordinador del Juzgado Penal del Segundo Circuito Judicial de Alajuela, entre otros cargos.
Desde el 16 de septiembre de 2019, fue nombrado como juez 3 en el Juzgado Penal de La Unión, según consta en el acta de Consejo Superior N.º 106 - 2019.
Entre el 18 de octubre de 2022 y el 18 de octubre de 2024, estaba inhabilitado para ejercer cargos públicos, ya que la Contraloría General de la República lo sancionó por no presentar la declaración jurada de bienes, conforme a lo estipulado en la Ley Contra la Corrupción y el Enriquecimiento Ilícito en la Función Pública, según consta en la resolución N.º 16923-2022. Posteriormente, renunció a su cargo en el Poder Judicial.
De acuerdo con el Registro Civil, Ulloa era oriundo de San José, divorciado y padre de dos hijos.
Con este asesinato el país alcanzó 142 homicidios, pero horas después hubo otros dos, por lo que la cifra superó ya los 143 registrados en el mismo período del año pasado, que fue el más violento en la historia del país. La mayoría han sido por ajuste de cuentas y perpetrados con armas de fuego. La provincia de Cartago acumula 13 homicidios en los 58 días transcurridos de este 2024.
Venganzas y asaltos
En los últimos años varios abogados han muerto en circunstancias similares a las que cobraron la vida de Ulloa Rodríguez, donde se investiga una venganza o ajuste de cuentas por razones que todavía se desconocen. Otras veces han sido víctimas de asaltos.
En agosto del 2022, José Angel Calderón Vargas, de 65 años, apareció muerto a balazos en la cajuela de un carro en Las Parcelas de Garabito, provincia de Puntarenas. A Calderón lo dejaron desnudo en un Honda gris, inscrito a nombre de un hijo del fallecido.
El hombre tenía 36 años de estar inscrito en el Colegio de Abogados, vivía en Jacó y tenía cuatro hijos. Todavía no hay detenidos por ese deceso.
Poco antes de ese caso, en noviembre del 2021, en Guácimo, provincia de Limón, mataron a Jorge Luis Valerio Chaves, de 56 años. Un falso mensajero con uniforme de Correos de Costa Rica ingresó a la oficina del abogado y una vez adentro, desenfundó su arma y le disparó en al menos cinco ocasiones. Por ese caso el OIJ detuvo el año pasado a una mujer de apellidos Selva Zúñiga, de 23 años y también identificó a un reo, como sospechosos del asesinato.