Descuidos que causan tragedias

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En lo que va de este año, los descuidos y el uso indebido de las armas de fuego han ocasionado varias tragedias.

En febrero, por ejemplo, un guarda de seguridad mató de un balazo accidental a su compañero Cristian Mora, de 40 años.

El suceso ocurrió en Curridabat (San José), cuando, al parecer, el vigilante cargaba su arma y esta se accionó.

El 4 de junio, un empleado de seguridad privada de nombre Kevin Fernández Espinoza se hirió a sí mismo, cuando la pistola que utilizaba cayó y se le disparó.

El incidente fue en una caseta del aeropuerto de Palmar Sur, en Osa de Puntarenas.

En ese hecho, una bala impactó a Fernández en la pierna derecha. El oficial, de 28 años de edad, tuvo que ser llevado a un centro médico.

Ocho días después, en Salinas de Esparza (Puntarenas), el capataz de una finca también se hirió cuando iba a poner su arma hechiza sobre una mesa y esta se disparó. El afectado fue Jorge Sánchez Bermúdez, de 34 años de edad.

Balas perdidas. Las autoridades también han llamado la atención sobre los casos en los que balas perdidas han causado daños graves y hasta la muerte de personas inocentes.

El caso más reciente sucedió el lunes 30 de setiembre en el barrio Nazareno de Ipís de Goicoechea. Ahí, Claudia Rosa Fajardo Fajardo, de 48 años y madre de cuatro hijos, murió tras ser impactada por una bala que recorrió más de 300 metros.