Crimen de Allison Bonilla irá a juicio

Abogado y madre de colegiala, de 18 años, esperan mano dura contra el único sospechoso detenido

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El Juzgado Penal de Cartago resolvió este viernes que un hombre de apellidos Sánchez Ureña deberá enfrentar un juicio por el homicidio calificado que cobró la vida de Allison Bonilla Vázquez, estudiante de 18 años.

La joven fue asesinada entre la noche del 4 de marzo del 2020 y la madrugada del día siguiente en Paraíso, Cartago.

Un audio que la muchacha le envió a su novio poco antes de desaparecer, hizo presumir a las autoridades que varios sujetos que la seguían habrían participado en el asesinato, pero luego Sánchez admitió haber sido él.

Este hombre, conocido como Sukia, de 29 años, está detenido desde setiembre del año pasado como el único sospechoso del crimen. El juzgado le extendió este viernes la prisión preventiva hasta el 2 de setiembre próximo y para entonces, se espera que ya se haya realizado el debate.

El 1.° de marzo anterior, la Fiscalía Adjunta contra el Narcotráfico y Delitos Conexos le comunicó al abogado Rodrigo Araya Solano, representante de la familia de la víctima, el final de la acusación, a efecto de que presentara su acusación particular y la acción civil resarcitoria.

Por eso, esta mañana, a las 9:30 a .m. se inició la audiencia de apertura a juicio en el Juzgado Penal de Cartago, donde llegó la madre de Allison, Yendry Vásquez, su abogado y el nuevo defensor del acusado, pues el que tenía, José Francisco Herrera Umaña, renunció.

“Todos queremos justicia y que caiga todo el peso de la ley sobre el imputado”, dijo el abogado Rodrigo Araya.

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Reiteró que tienen todas las pruebas para señalar a Sánchez como el homicida.

Araya indicó que como Sánchez es reo preso, hay directrices del Poder Judicial para que a estos casos se les de prioridad, por lo que confía en que pronto se defina la fecha y se convoque al juicio.

Seis meses en vilo

Los hechos ocurrieron el 4 de marzo del año pasado en Ujarrás de Cachí, cuando la joven se bajó de un autobús, a eso de las 8:40 p. m. y se enrumbó hacia su casa.

Se presume que el imputado aprovechó la oscuridad del lugar por donde ella caminaba para abordarla.

Esa noche, la joven no llegó a su destino. Ahí comenzó la investigación para dar con el paradero de Allison, pero en los primeros días solo se encontraron los lentes de la muchacha y un rastro de sangre.

Seis meses después y aún sin localizar el cuerpo, Sánchez Ureña, quien era vecino y conocido de Allison, fue detenido como sospechoso del crimen.

Esa vez el imputado confesó el asesinato de la joven y dijo que una obsesión sexual lo había llevado a perpetrarlo.

También precisó que la interceptó cerca de la parada de buses y que se la llevó a una finca donde la violó y la asesinó.

El hombre declaró a las autoridades que luego la metió en la cajuela de su carro y la fue a tirar a San Jerónimo de Cachí. Posteriormente, Sukia se retractó de todo lo declarado.

No obstante, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y la Fiscalía obtuvieron prueba técnica y científica que los llevó a presumir que Sánchez trasladó a la víctima hasta esa finca, donde la habría golpeado.

Los rastros de sangre en el carro y otras pruebas permitieron a las autoridades determinar que Sánchez le amarró las manos y la metió en la parte trasera del vehículo, donde la habría trasladado hasta un basurero clandestino y la lanzó al precipicio, de unos 400 metros de profundidad.

A finales de setiembre, más de seis meses después de la desaparición, las autoridades encontraron en San Jerónimo de Cachí algunas prendas de vestir y restos óseos, por lo que se procedió a remitirlos al Complejo de Ciencias Forenses.

Luego de varios análisis, las pruebas arrojaron que, tanto los huesos como la vestimenta, pertenecían a Allison.

Desde entonces, Sánchez permanece en prisión preventiva. La causa está dentro del expediente judicial 20-000825-058-PE, por homicidio calificado.