Barbas, el querido personaje de Tacares de Grecia, asesinado a batazos en la fila del Ebáis

Víctor Hugo Gómez murió el 21 de octubre pasado tras un ataque con un bate de béisbol; su hijo relató a ‘La Nación’ la historia detrás de una reconocida figura del pueblo de Tacares de Grecia

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A Barbas, el querido personaje de Tacares de Grecia, lo asesinaron a batazos después de una rencilla en la fila de un Ebáis de la comunidad.

El ataque ocurrió el 20 de octubre pasado, cuando Víctor Hugo Gómez Chacón, un reconocido personaje de la zona, estaba en la fila del Ebáis de Tacares guardándole el campo a otra persona, lo que habría originado una discusión con una mujer. Poco después llegó otro lugareño, sospechoso de la agresión, y le pegó a Víctor Hugo en la cabeza y otras partes del cuerpo con un bate de béisbol.

Barbas fue trasladado urgentemente al hospital, pero el señor de 66 años no soportó las lesiones y falleció un día después.

“El caso de momento lo tiene en investigación el OIJ de Grecia, se está a la espera de que salga el resultado final de la autopsia, y se está investigando para dar con el sospechoso de cometer esta agresión”, indicó la oficina de prensa del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), ante consultas de La Nación.

El funeral fue en el templo católico de Tacares, donde se hicieron presentes decenas de personas que habían conocido a Víctor Hugo, así como el hijo que él tuvo pero que no vio durante casi tres décadas. Geiner Brenes Castillo, contó a La Nación su historia y la relación que tuvo con su padre biológico, con quien había retomado el contacto hace apenas dos años.

“Usted ve mi cédula y el espacio del nombre del padre sale vacío. Yo no sabía quién era mi papá”, relató Geiner, quien nació en 1989 en San José, hijo de Víctor Hugo y Flor Brenes Castillo.

Geiner, de 32 años, contó que su familia biológica vivía una situación conflictiva, pues Víctor Hugo tenía problemas de drogadicción y Flor se dedicaba a la prostitución en la zona roja de la capital. Además, ella vendía droga en un búnker para mantener a sus hijos.

Debido a que su padre nunca se hizo cargo de él, Geiner porta los dos apellidos de su mamá, quien hace décadas fue arrestada y encarcelada en el Buen Pastor (ahora Cárcel Vilma Curling) por tráfico de estupefacientes. A pesar de que Barvas no lo reconoció como hijo, Víctor sí llevaba a Geiner y a los otros dos hijos de Flor a la cárcel para que ella pudiera verlos.

Este contexto disfuncional provocó la intervención del Patronato Nacional de la Infancia (PANI), que se llevó a Geiner y a sus dos hermanos (de diferente padre) a un albergue. Poco después, Geiner fue adoptado por la familia que finalmente le dio crianza y educación, sin embargo, le perdió el rastro a sus hermanos, que fueron adoptados por otras personas.

Hace un par de años, los tres se reencontraron en Facebook, y decidieron averiguar qué había pasado con sus padres. Dieron con Víctor Hugo y lo visitaron en Tacares, donde se pusieron al día de lo que había pasado en la vida de cada uno.

Allí, Víctor Hugo les contó que su madre había muerto de un ataque al corazón cuando seguía en la cárcel. Geiner relató que él nunca tuvo el chance de conocer a su mamá biológica, ni siquiera en fotografías, porque aún no tenía memoria cuando lo llevaban a la cárcel o cuando se lo llevó el PANI.

Pero ahora, esta era su oportunidad de acercarse a su padre biológico, quien también los acogió y quiso aprovechar una reconciliación que parecía imposible. En el reencuentro, Geiner se dio cuenta que su padre era una figura reconocida en Tacares y alrededores.

“La primera vez que yo llegue ahí, a Tacares, él me anduvo por todo Tacares, como presumiéndole a la gente, él decía ‘vea a mi hijo, después de 30 años lo vine a encontrar, qué alegría, yo pensé que nunca más lo iba a volver a ver’, y gracias a eso fue que yo me di a conocer con la gente, de que yo era el hijo de Hugo”, señaló.

“Él era una ficha icónica en el pueblo. Sí, como decir, por ejemplo, Marito Mortadela, que era una ficha que todo mundo lo tenía que conocer”, afirma Geiner, vecino de Heredia.

Todos los días, Barbas llegaba a la misma parada de bus, ubicada en Carrillos Bajos de Poás, cerca del límite con Tacares. Desde allí, él interactuaba con la comunidad al hacerles mandados y otro tipo de favores, como guardar espacios en la fila del Ebáis.

“La parada de buses era como la oficina de él, era el punto en donde él llegaba en las mañanas bien temprano y cualquier cosita que ocupara alguna persona de ahí alrededor, él hacía el favor. Le decían ‘don Hugo, ocupo que me vaya a traer cebollas ahí en Tacares’, entonces él iba y traía cebollas”, relató.

Geiner quedó en contacto con el pueblo de Tacares, principalmente con una sobrina de Víctor Hugo que vivía cerca de él y mantenía a Geiner actualizado sobre su situación, pues Víctor no tenía celular.

Ya reconocido como el hijo de Barbas, a él le avisaron cuando su padre tuvo un paro cardiorrespiratorio, por lo que debió correr al hospital y atenderlo una vez salió recuperado.

Por lo tanto, a él también le alertaron cuando su padre estaba grave en el Hospital San Rafael de Alajuela, pues por razones poco claras había sido atacado con un bate de béisbol.

Víctor Hugo fue velado y enterrado en el cementerio de Tacares. Para Geiner, que su padre biológico se haya alejado por décadas no fue motivo de resentimiento. Ahora lo recuerda con cariño, al igual que los vecinos de Tacares que, como expresaron en redes sociales, exigen justicia a las autoridades por el crimen cometido.

“Resulta que después de esto no duró mucho, porque solo año y medio estuvo con nosotros. Y pues sí, es un final muy triste. Después de que nos reconciliamos, después de tantos años que cada quien hizo su vida, el desenlace de esta historia es un poco dramático”, lamentó Geiner.