Hierro, fuego y carne: el arte de las parrilladas

Esta época del año se caracteriza por las tardes de parrilladas con amigos y familiares. Pero, antes de que se decida a desempolvar su parrilla o salir a comprar una, queremos contarle cómo surgió esta forma de cocción

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Existen varias versiones sobre el nacimiento de la parrilla, tal y como la conocemos hoy. Una de las anécdotas más curiosas es la que cuenta que este implemento surgió como una venganza por la falta de cumplimiento de un contrato. Se dice que por ahí del siglo XVII el herrero Phillipe Ledoux falló en el cálculo para construir una cerca que rodeaba un fastuoso castillo. Ante este hecho, su contratista, el barón –dueño de la propiedad– se negó rotundamente a pagarle al fabricante el hierro que le sobró. Fue entonces cuando el sagaz herrero ideó un plan para vengarse del barón y usó los hierros sobrantes como soporte para cocer carne justo frente al castillo. El aroma, como era de esperar, enloqueció al barón a tal punto de acceder a cancelar su deuda, por lo que obtuvo la reja-parrilla recién inventada.

Otro de los principios de la parrilla moderna se ubica en este lado del orbe, un par de siglos más tarde. Se dice que en el siglo XIX, en los alrededores del Río de la Plata (Uruguay), se utilizaban rejillas de hierro forjado para tensar los cueros mientras se secaban. Se atribuye entonces a los gauchos de esa época el uso de esta herramienta para asar las carnes que sobraban de los animales faenados.

En ese mismo país, después de una ley de amnistía dictada en 1832, miles de presos comunes y prisioneros políticos vieron la luz de nuevo. En la cárcel de Colonia del Sacramento, el festejo desembocó en escándalo cuando se comenzó a destruir la cárcel. En pocas horas, una banda de cuatreros amnistiados se apoderó de varios vacunos de los vecinos de la zona. Un convicto arrancó la puerta de su propia celda e improvisó la primera parrilla moderna, cuyos resultados compartieron liberados, policías y transeúntes.

Ya sea por una venganza o por puro placer, lo cierto es que la parrilla es un invento tan antiguo como el fuego mismo; pensemos en los primeros seres humanos que descubrieron este elemento y cómo se congregaban en torno a él para procurar su sobre vivencia. Hoy tenemos muchas otras técnicas de cocción, pero el fuego sigue siendo el elemento principal de todos. Nada como disfrutar de un buen corte o unos vegetales recién asados. ¡Salud por más tardes de parrilladas y buena compañía!