Una campaña de pocas banderas

Costa Rica inició su camino hacia las elecciones nacionales del 2014 en medio de una campaña sin techos saturados de política.

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El país se enrumbó este año a las elecciones nacionales del 2 de febrero del 2014 en medio de una campaña sin techos saturados de banderas. Se trata de unos comicios diferentes porque la sociedad costarricense ha cambiado, advirtió el magistrado Luis Antonio Sobrado, presidente del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).

Sabedor de que esta nueva cita con las urnas se producirá en un ambiente de malestar ciudadano, de mucho enojo con la política y los políticos, el TSE advirtió que el abstencionismo podría incrementarse.

“Ya no veremos los techos de las casas saturados de banderas partidarias, probablemente no presenciaremos multitudes cargadas de fe y porras, como en las plazas públicas de antes, o echemos de menos los carros ataviados con los colores políticos pitando en la avenida central”, declaró Sobrado el 2 de octubre, el día en que se dio por inaugurada la campaña electoral.

Aparte de que cerca de un 30% de la gente no planea votar, según las encuestas (en el 2010 no sufragó un 32%), otros factores han incidido en que el inicio de la campaña fuera menos vistoso que en años anteriores.

Un elemento crucial tuvo que ver con el financiamiento de los partidos políticos. La publicidad en televisoras, radios, periódicos e Internet fue escasa en los primeros dos meses.

Hasta finales de noviembre, la Sala IV mantuvo suspendido el uso de los bonos de deuda política , la principal herramienta que los partidos utilizaban para financiar sus campañas.

Las agrupaciones debieron recurrir a otros mecanismos como los fideicomisos bancarios. Aun así, no lograron alcanzar presupuestos similares a los que reportaron haber tenido hace cuatro años. Liberación Nacional (PLN), por ejemplo, dispone de ¢6.300 millones, mientras que, en el 2010, registró gastos por ¢9.200 millones.

De acuerdo con datos recopilados por el Tribunal de Elecciones, en octubre los partidos apenas invirtieron unos ¢130 millones en publicidad, mientras que, para noviembre del 2009, solo entre el PLN y el Movimiento Libertario, habían gastado ¢1.700 millones.

Los niveles de inversión aumentaron en noviembre y en diciembre conforme los partidos concretaron sus respectivos financiamientos.

Según la última encuesta de la empresa Unimer para La Nación , en noviembre todavía uno de cada dos probables votantes no había decidido a quién darle su sufragio.

Antes de la tregua navideña, según ese estudio, el país camina sin un claro favorito a los comicios de febrero. La moneda está en el país. Entre los probables votantes, José María Villalta, del Frente Amplio, captaba entre un 17% y un 22%; mientras que por Otto Guevara y Johnny Araya, de Movimiento Libertario (ML) y Liberación Nacional (PLN), entre un 14% y un 19% en los dos casos.

El TSE también anunció que está será la primera ocasión en que el padrón electoral supere los tres millones de electores y la primera vez que ciudadanos podrán votar en el extranjero.