Ticos posan desnudos para romper los estereotipos de la belleza

Envejecemos y cada parte de la vida tiene su propia belleza. Un proyecto fotográfico retrata a hombres y mujeres desnudos con el fin de cuestionar los estereotipos estéticos y la mercantilización de los cuerpos.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

La ropa cae al suelo, y con ella los estereotipos. Una sesión íntima fotográfica se convierte en una denuncia pública. Mujeres y hombres muestran sus cuerpos desnudos, sin complejos ni morbo. La belleza es diversa, gritan la fotos. Las personas no son objetos, las mujeres no son un par de tetas, los hombres no son un pene.

Ese es el espíritu del proyecto de comunicación social Somos como somos de la brasileña, radicada en Costa Rica, Marcia Silva Pereira.

Ella ha hecho 300 sesiones fotográficas con 150 modelos no profesionales –la mayoría ticos– que se desnudan ante el lente para desmitificar el concepto de belleza que ha sido impuesto desde la sociedad del consumo .

Se trata de personas comunes y corrientes, desde los 19 hasta los 70 años, de Pérez Zeledón, San José, Sarapiquí, Guanacaste. Esta gente, sin recibir un pago económico, se muestra sin pudor de dejar al descubierto lo que una mirada tradicional llamaría “imperfecciones”.

Las fotos (digitales y no manipuladas) conforman una exposición que ha deambulado por diversas zonas del país; recién el viernes concluyó una en la Casa de la Cultura de Heredia. Además, se compilaron en un libro digital, y se planea publicar otro impreso.

“Las imágenes buscan enseñar que podemos pasar de la belleza estándar y masificada, a la belleza personificada basada en las características propias de cada ser humano. La idea no es resaltar el exceso de peso o las estrías, sino el ser humano tal cual es”, explica Silva, quien inició con el proyecto hace ocho años.

Nueva visión

Somos como somos procura ser una oda a la libertad, una invitación a compartir una nueva visión sobre la desnudez y la estética del cuerpo. La idea es que funcione como una terapia en donde las personas se reconcilien con sus cuerpos, después de estar enemistadas con ellos toda la vida.

“Los patrones de belleza que se nos imponen vienen de Europa o de Estados Unidas. Ese es un modelo que no corresponde con Latinoamérica. Acá somos más bajitos, morenos, mulatos...

”Como la persona no puede cumplir con el requisito de ser rubio, flaco, joven, con curvas, músculos y pechos estandarizados, cree que no es bella. Entonces se siente insatisfecha. Hasta que se dé cuenta de que esos patrones no tienen que ver con nuestra realidad podrá aceptarse”, añade Silva.

La otra gran proclama del proyecto es que el cuerpo desnudo deje de verse y tratarse como mercancía erótica. La desnudez, por lo general, se asocia con pornografía , con explotación y cosificación de las personas.

Silva considera que esto es un reflejo y una consecuencia de la doble moral de la sociedad conservadora, pues, por un lado, el cuerpo desnudo es sinónimo de pecado y de lo prohibido, y, por el otro, se lucra mostrándolo como un producto, reduciéndolo al aspecto genital.

Esa fue una de las razones que llevó a la profesora pensionada de Teología, de 69 años, Ana Ligia Rovira, a posar sin ropa.

modelos ‘no modelos’

Ana Ligia mostró su cuerpo con una postura imponente, con la cara en alto y el pecho inflado, sentada en la cama de su habitación, dándole la espalda a un crucifijo que adorna la pared.

“El cuerpo es una cosa muy bella y hay quienes lo convierten en algo de uso vulgar y económico, se construye una versión perversa de la sensualidad. El cuerpo hay que respetarlo y disfrutarlo, es una creación preciosa de Dios”, comenta.

Ella considera que al posar desnuda rompió una barrera imaginaria social, pues la belleza es una cualidad que se reserva solo para la gente joven, como si con el paso de los años esta se extinguiera.

Así como Ana Ligia, el resto de los modelos “no modelos” que participan del proyecto pretenden decir algo, vencer estigmas...

Se destaca el caso de un muchacho que presenta una condición de enanismo, o el de una indígena de la etnia boruca.

Aunque la mayoría de los participantes son costarricenses, también han posado polacos, estadounidenses, guatemaltecos y brasileños. Lo han hecho en pareja (por ejemplo, una mujer embarazada con su compañero), de forma individual, en grupos de amigos y hasta con sus hijos. Casi todos contactan a Marcia, tras enterarse de su trabajo, por medio de un amigo, o luego de ver la exposición itinerante.

Talleres

Silva también desarrolla talleres para tratar los temas de Somos como somos . En ellos comparte las experiencias de las fotos y hace dinámicas vinculadas a los conceptos de belleza y a las percepciones que cada quien tiene sobre su propio cuerpo.

Ella ha trabajado con funcionarios municipales, personas con discapacidad y colegiales, entre otros.

El año pasado fue contactada por un grupo de mujeres sobrevivientes de cáncer de mama ; ellas querían contar sus historias de vida a través de fotografías.

En muchos casos, las participantes mostraron las cicatrices de sus mastectomías, como una forma de reinvidicación y de denuncia. La crítica que lanzan es que las campañas dirigidas a la prevención de cáncer de mama emplean imágenes de mujeres perfectas y se olvidan de la mujer real.

También ponen en evidencia el frío proceso de afrontar la enfermedad y la falta de tacto de los médicos que las atienden.

Prevención

El nuevo objetivo de la fotógrafa Marcia Silva es llegar a un acuerdo con el Ministerio de Educación Pública (MEP) para que las fotografías y el discurso de Somos como somos sea incorporado al temario de los programas de educación sexual y afectiva .

De tal forma, dice la comunicadora, las personas desde jóvenes tendrán a su disposición otra forma de concebir los desnudos y la belleza, lo que les ayudará a cuestionar los modelos impuestos. Así se podrían evitar trastornos y problemas de salud.

“Hablamos de prevenir anorexia, bulimia, problemas de autoestima que se dan entre los muchachos, porque se sienten presionados para ser bellos, una belleza idealizada e inalcanzable”, comenta Silva.

El matonismo e incluso los suicidios son otras situaciones que se podrían abordar de forma preventiva, enseñando sobre la otra belleza, lo que Silva llama “la belleza invisibilizada”, la que no se reconoce como tal.

“La belleza se refleja en el estado de ánimo de las personas, en cómo se sienten con su vida y su cuerpo. Envejecemos y cada parte de la vida tiene su propia belleza. No hay puntos de comparación”, resalta la fotógrafa que, cuando conoce a alguien siempre le formula la misma pregunta: “¿Posaría desnudo?”

Y usted, ¿lo haría?