Rubén Blades en Costa Rica: una entrevista para hablar de todo previo a su concierto

El poeta de la salsa, narrador de historias, cronista de la realidad... el panameño vuelve a Costa Rica y nosotros nos aprovechamos para hablar con él de Hispanía, ‘Fear the Walking Dead’, la música tica, su vida a los 75 años y un concierto que se las trae

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La música y la vida de Rubén Blades están cargadas de historias y anécdotas. Unas personales, otras que ha visto y a todas las ha convertido en crónicas que reflejan la realidad latinoamericana. Con estas canciones es que volverá a Costa Rica con un concierto especial este sábado 9 de setiembre.

Llevó a la salsa a un status de obra literaria crítica y de pensamiento profundo, sin perder el sabor y la cadencia que conquistan a los bailarines. Las canciones de Rubén se bailan, pero también se analizan. Sus letras se han convertido en himnos para alzar la voz en contra de las desigualdades. En su garganta lleva la palabra de miles y miles de latinos del mundo que gritan por paz, salud, comida e igualdad.

Su trabajo de más de 50 años en la música internacional continúa. Rubén busca la manera de seguir escribiendo sobre la realidad, pero también sobre el amor y el desamor. Sus canciones son atemporales porque, justamente, tienen ese tinte de realidad que no permite que envejezcan. Su legado vivirá siempre que en alguna casa alguien baile Pedro Navaja o Decisiones, pero también cuando un corazón sane al escuchar Amor y Control.

Blades, como buen narrador de historias, tiene mucho qué contar. Con él se habla de música, de actuación, de problemas sociales y, por supuesto, de la admiración que profesa por los artistas costarricenses.

Una charla con el panameño viaja por muchos caminos. Sube y baja de tono, hay risas y momentos de intensidad cuando aborda temas que le llegan al corazón. Eso fue lo que pasó en una entrevista que tuvimos con el artista a propósito del concierto que brindará en nuestro país este sábado 9 de setiembre en el Estadio Nacional.

Rubén viene cargado con el espectáculo Salswing!, en el que estará acompañado por la orquesta Roberto Delgado & Big Band. Tendrá la oportunidad de cantar con los ticos de Éditus algunas de las canciones que grabó con ellos en los discos Tiempos y Mundo. Su público costarricense volverá a verlo en escena luego de muchos años de ausencia.

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Fue más de una hora de charla amena, cargada de anécdotas, risas e incluso llamados de atención por parte del panameño, quien en su afán por defender a los músicos costarricenses, sí, de defenderlos, alzó la voz para que los ticos (público y gobierno) reconozcamos el talento artístico que hay en nuestro país, un talento que él admira y del que presume por tenerlo como parte importante de su obra y su trabajo.

La entrevista tomó rumbos inesperados que la volvieron todavía más rica de lo que augurábamos.

Para dicha nuestra, la reunión estaba pactada para realizarse por medio de la plataforma Zoom, pero para desdicha nuestra, uno nunca sabe por dónde saltará la liebre de la tecnología y sufrimos algunos percances antes de iniciar. Sin embargo, Rubén, paciente y amable, esperó a que pudiéramos conectarnos a la entrevista. Él también quería hablar con nosotros.

La primera parte de la charla se desarrolló en torno al show que dará en el Estadio Nacional. Hablamos sobre su disco Salswing!, sobre la música que traerá al recital y sobre la orquesta Roberto Delgado & Big Band que estará con él en el escenario de La Sabana. Esta parte de la entrevista puede leerla en este enlace.

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Pero más avanzada la charla, conversó sobre asuntos también relevantes en su trayectoria, como los discos Tiempos y Mundo, sobre la situación social de los artistas, sobre su Hispanía, sobre su participación en la serie Fear the Walking Dead y mucho más.

Entrevistar a Rubén es más bien escucharlo hablar y dejarse encantar por sus historias. Hay que ponerle atención y cuidado a cada palabra para no perder detalle de las genialidades que dice... y de las verdades que a muchos podrían incomodar.

“El referente de haber eliminado a los militares y el proceso de paz de Costa Rica comparado con sus vecinos, que ha sido muy turbulento, marcado por guerras y dictaduras y problemas de tipo social y humano, incluyendo genocidios, hace que Costa Rica tenga una imagen que entre otras cosas ha favorecido a su turismo”

— Rubén Blades

A continuación (en orden, para facilitar la lectura), esa conversación que tuvimos Víctor Fernández, editor de la ‘Revista Dominical’, y yo con Rubén.

De música tica y más

La relación de Rubén Blades con Costa Rica es de larga data y no se limita nada más a que seamos vecinos. Hay una sincera admiración por los ticos como personas y como sociedad, pero también por la calidad artística que nace en nuestro país.

Hace más de 20 años Rubén trabajó mano a mano con el grupo Éditus (Edín Solís, Ricardo Ramírez y Carlos Tapado Vargas) y otros artistas nacionales en los álbumes Tiempos (1999) y Mundo (2002), ambos reconocidos con premios tan prestigiosos como los Grammy y Latin Grammy.

También lo hizo con Wálter Flores, Son de Tikizia, Felipe Fournier, Óscar Marín y muchos nombres más de la escena musical tica. Además, en Costa Rica vive Daniel Aisemberg, su tour manager.

-El concierto en Costa Rica, por las circunstancias del país, va a tener diferencias con respecto al resto de la gira, porque se encontrará acá con sus viejos amigos…

-Básicamente yo lo que quiero es que la gente vea a Éditus. Me sigue molestando mucho el hecho de que un grupo como Éditus o músicos como Felipe Fournier no reciban el apoyo que merecen en su propio país. Hablo no solo de la audiencia, sino del gobierno; yo no entiendo por qué ocurre esto. Hubo una situación donde Felipe había ganado una beca muy importante en Estados Unidos y no tenía dinero para poder entrar y el gobierno consideró que porque había ganado un Grammy era suficiente.

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”Costa Rica se precia de que sabe más y que es más culta que toda Centroamérica junta, incluyendo Panamá, y con cierto criterio y con cierta razón; entonces de repente a esta gente, que son los representantes que verifican ese pronunciamiento, a esos no los ayudan”.

-¿Qué siente ante esta oportunidad de revisar Tiempos y Mundo después de 20 años?

-La satisfacción de haber podido participar con un talento como ese. Lo que hizo Éditus y que no hizo nadie es que el formato de ese grupo y su preparación, que muy certeramente incluyó no solo el aspecto clásico, sino también el aspecto de la música popular y también de la folclórica, le dio a ese grupo y al ensamble con Wálter Flores y los demás miembros adicionales, una sensibilidad que se transmite hacia los arreglos que crean un tipo de atmósfera que hace que mi letra crezca y eso es muy difícil de obtener en un formado de salsa.

“Esos dos discos son de los mejores que he hecho en mi vida, a pesar de que desafortunadamente la gente ve a los músicos como una especie de tocadiscos humanos y que nuestra función es solamente divertirlos. Eso quiere decir que nosotros tenemos que pintar el mismo cuadro una y otra vez y pintarlo según la intención y la dirección de los demás. Nosotros no somos así, porque nosotros somos músicos, artistas, somos creadores; lo que esperamos es que exista una comunicación y una coincidencia entre lo que hacemos y la gente. Eso no se da todo el tiempo.

”En el caso de Éditus y los dos discos que hicimos, la gente que sabe de música los separa de todas las demás cosas que yo he hecho y te dirán: ‘Mira, el producto total de estos dos trabajos es sumamente interesante’. Un álbum como Mundo es algo que se escapa de la definición de si es salsa, pop, jazz o rock; es una cosa que se va para otro lugar y como eso no saben cómo mercadearlo, porque no se le puede poner una etiqueta que diga qué es para poderlo vender a las masas, entonces en muchos casos son álbumes que pasan desapercibidos y son descubiertos después cuando las audiencias han madurado o cuando las condiciones han cambiado.

”Respondiendo a la pregunta, a mí personalmente volver a encontrarme con estas canciones es rejuvenecerme y hacerme feliz nuevamente”.

Rubén contó además que antes del concierto en nuestro país y su reencuentro en el escenario con Éditus, habrá una reunión previa con ellos para hablar, porque hay muchas ideas para el futuro. Su plan es realizar una gira, pero habría que buscar diferentes audiencias y países. Tal vez podría juntar a sus amigos ticos con él y con los brasileños de Boca Livre (con quienes grabó Pasieros, ganador del Grammy a mejor disco de pop latino en el 2022).

-Hay una relación con Costa Rica muy fuerte a partir de que somos vecinos, pero va más allá gracias a la música…

-La relación personal es tener muchos amigos míos que son costarricenses y viven en Panamá. Los costarricenses para nosotros siempre han sido un modelo en cuanto al aspecto político y cultural. Siempre lo digo: el tiempo que estuve con el grupo Éditus nunca tuve ningún problema o escuché ningún problema en cuanto a nuestro trabajo o manera de comportarnos y el grupo con el que estoy ahora mismo es igual.

”Los costarricenses hablan mucho más bajo que nosotros, nosotros somos más escandalosos. El periódico de ustedes, La Nación, es superior a los periódicos que hay en Panamá, es mi concepto. Siempre ha habido modelos que para mí son importantes porque confirman lo que yo creo que debe de ser el trato y la manera de ver y de reportar cosas y de entenderlas; así que para mí ese aspecto humano y cultural de Costa Rica siempre ha sido un referente de cómo deben de hacerse las cosas.

“Me refiero a lo que yo recojo de afuera, las ocasiones en que he estado en su país la gente es muy correcta, amable y tranquila. Aparte, el referente de haber eliminado a los militares y el proceso de paz de Costa Rica comparado con sus vecinos, que ha sido muy turbulento, marcado por guerras y dictaduras y problemas de tipo social y humano, incluyendo genocidios; esto hace que Costa Rica tenga una imagen que entre otras cosas ha favorecido a su turismo.

”El hecho de que ustedes tengan esa imagen es producto no solo de la propaganda, sino de la realidad que han mantenido a pesar de los problemas internos que puedan tener. Han mantenido una imagen que descansa en esa idea de un pueblo tranquilo en el que la justicia todavía priva, que la gente puede ir a disfrutar sin problema”.

-¿Y en el aspecto musical?

-La calidad de músicos que yo encontré que venían de la escuela del Castella es extraordinaria. Me acuerdo cuando escuché por primera vez a Éditus, no podía creer que ese sonido y ese tipo de trabajo original venía de Costa Rica, eso fue para mí una sorpresa tremenda. Más adelante, encontrarme con más músicos y darme cuenta de que esto no era una cuestión de suerte, sino que había músicos y una calidad internacional y que otra vez no me explico cómo el gobierno no les da más apoyo, ya que son los exponentes más claros de la calidad que hay en Costa Rica.

”Los turistas llegan y hablarán bien de ustedes cuando se van, pero esta gente son ticos que viven en Costa Rica y salen al mundo entero. Nosotros ayudamos a que Costa Rica se ganara su primer Grammy con un disco que grabamos en su país. Los premios son muy relativos y nadie debe de basar su felicidad en premios, pero lo menciono porque ellos se lo merecen. Ellos tienen mi admiración y respeto total”.

De su música

Algo que ha caracterizado a Rubén Blades es la versatilidad. Una salsa la convierte rápidamente en tango o en swing. Apoyado por grandes músicos lo ha logrado, pero la belleza de sus obras tiene eso que cuesta lograr en la música: amplitud.

Y por eso, pese a que muchos quieren verlo en escenario pintando el mismo cuadro una y otra vez, él se las ingenia para hacerlo a su manera.

Todavía quedan entradas a la venta para le concierto de Rubén Blades en el Estadio Nacional. Los boletos están disponibles en el sitio www.eticket.cr.

Los precios y localidades son: ¢28.500 (preferencial de pie), ¢39.000 (platea preferencial sur), ¢67.000 (sillas VIP), ¢77.000 (BAC Credomatic), ¢100.000 (Platino) y ¢110.000 (Super Fan).

La producción fue enfática en informarle al público que el concierto inicia a las 6 p. m. con la participación de Éditus. En una parte de este show Blades entrará como invitado a cantar con los ticos, por lo que es recomendable llegar temprano.

Después de su presentación con Éditus, el panameño se quedará en el escenario para presentar Salswing!.

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-Hay canciones que se le hacen indispensables siempre, pero al menos ha encontrado la manera de que ese cuadro lo puede pintar distinto. Hemos escuchado a Pedro Navaja en todos los formatos y con otro tipo de grupos, sí puede cambiar la técnica y en eso hay mucho valor…

-Lo que ocurre es que a mí varias cosas me ayudan. Una es que yo no tengo mánager o no tengo a alguien que me está diciendo qué hacer. Dos, no tengo casa disquera y como no la tengo, puedo grabar lo que me da la gana. Tercero, como no gasté mi plata en drogas y porquerías ahora yo puedo pagarme mi producción como yo la quiero pagar. Yo puedo pagar de mi bolsillo estos experimentos que serían imposibles si estuviera firmado con una empresa que espera que nada más haga lo que ellos quieren que haga, porque venden la música como quien vende una refrigeradora. Las decisiones las asumo yo, así como asumo las pérdidas y los logros.

”Por otro lado, el éxito no es nunca de una sola persona. El éxito es producto de una serie de contribuciones de mucha gente que es mejor que yo y que nunca tuvo la oportunidad de presentar su talento. Yo tuve suerte, tuve oportunidad. Tenía preparación e ideas, sí, pero tuve oportunidad. Pero también tuve otra cosa que fue gente que sabe más que yo que me ayudó a hacer los arreglos, a grabarlos, me ayudó a ejecutarlos; todo eso hizo posible todos estros trabajos de Mundo a Tangos.

”El disco que más me han atacado a mí en mi vida fue Agua de Luna. Yo le había dicho a Gabo (el escritor colombiano Gabriel García Márquez) vamos a hacer el disco los dos y me dijo que no porque nunca íbamos a terminar. Le pedí permiso para interpretar las canciones, le dije que no iba a hacer adaptaciones de sus cuentos cortos.

”La cuestión es que ese disco cuando salió, en 1987, fue atacado. Los salseros decían que era presuntuoso, con letras que no se entendían, con una instrumentación rarísima y arreglos raros, y los intelectuales decían que había destruido la obra de los primeros cuentos de García Márquez. Pero a Gabo lo que le interesó era que yo iba a hacer una reinterpretación de los cuentos. Una vez me llamó y me dijo que le dolía todo el cuerpo, le pregunté por qué y me dijo que porque le estaban dando todos los palos que me iban a dar a mí.

”A lo que voy con esto es que no soy extraño a la idea de hacer experimentos. Ese disco se hizo con una compañía disquera y me imagino que se lo tragaron como quien se traga un sapo”.

Ahora mismo, lo que estoy es tratando de organizar mi tiempo para dejar mis cosas claras para los que quedan después de mí y tratando de hacer cosas que me gustaría hacer dentro de la medida de lo posible; por ejemplo, ya no voy a ser delantero de Saprissa, eso no va a pasar.

— Rubén Blades

-Sus canciones se han rejuvenecido, se pueden adaptar a la actualidad…

-Yo estoy haciendo esto hace mucho tiempo, entonces algunos números están siendo rescatados por generaciones nuevas, que eso es muy interesante. Si se meten a la web y ven las fotos de todos los conciertos que hemos hecho, están llenos, pero de gente joven, o sea no es que está lleno de gente en andadera. Hay personas de mi edad y más viejas porque había una señora de 99 años que fue en silla de ruedas. Eso es tremendo para cualquier artista, que puedas renovar tu audiencia, eso es muy difícil. Una letra como la de Ojos de perro azul tiene la misma vigencia ahora que la que tuvo hace 30 años, Pablo Pueblo tiene la misma vigencia, Plástico tiene la misma vigencia.

”Lo que pasa es que como yo no pago “payola” (soborno), ni ando mandándoles cartitas de amor a la gente de la radio, a mí no me están tocando. No estoy diciendo que ellos (disqueras) paguen payola, que seguramente no lo harán y no lo habrán hecho nunca en su vida, que quede constancia de que yo dije eso; pero ellos tienen su forma de operar entre lo que son las radios y lo que son las compañías de discos. Yo no tengo eso, a mí me toca el que le da la gana. Así que ¿cómo es posible que una audiencia nueva nazca bajo esas condiciones? Tiene que ser entonces que la gente dice: ‘¿Tú has oído eso?’ La otra cosa que definitivamente nos ayudan son las redes; nos roban, pero nos ayudan con todo eso”.

-Ese ecosistema digital, las plataformas que no estaban hace 10 años presentes, ¿siente que le ha ayudado, tiene control de su material ahí?

-Nos ha ayudado en el sentido de que publicita la posibilidad para nuestras presentaciones personales, que creo es donde está la plata para el artista, porque olvídate del dinero que venía por concepto de publicación. Esto lo digo porque los cinco años que trabajé en el gobierno de Panamá sin hacer conciertos y sin hacer nada más, sino trabajando a mi país y no robando como muchos que están ahí en el gobierno, yo vi como fue bajando lo que entraba en términos de publicadora. La gente te quiere, pero se queda con el material gratis.

”Cuando voy a un supermercado por mis cosas, cuando llego al final y pregunto que cuánto es, y ahora con la inflación, que todo vale tres veces más, me dicen: ‘Tanto’ y yo digo: ‘Por la esquina del viejo barrio lo vi pasar…’. Le canto un pedacito de Pedro Navaja y le pido el vuelto y me dicen: ‘Señor, usted paga aquí o no se lleva esa comida’. Entonces, la gente se coge las cosas de uno como esperando que uno es el payaso de la feria medieval que tiene que entretener a la gente y, ¿entonces, los músicos?

”A mí me va mejor que a muchos de mis compañeros, pero si yo no trabajo, ellos no trabajan tampoco. Nadie se atreve a hablar de eso porque no quieren molestar al público. No estoy molestando al público, estoy molestando al segmento del público que cree que en la vida todo es gratis. Que creen que hay una diferencia entre robarle el pan al músico y el político que le roba el pan a un niño; robo es robo. Ahora, todos pecamos de eso en algún momento u otro: nadie quiere pagar impuestos, todos estamos viendo qué hacemos; pero hay cosas que a mí me parecen exageradas y debieran ser habladas con honestidad porque eso es un problema.

”Ahora, las redes también exponen a una audiencia que antes era imposible. Yo estuve en un programa que es Fear the Walking Dead, que era un personaje principal, Daniel Salazar, y lo mostraban en 120 países. A mí me llegaba una solicitud de Nigeria y yo no conozco a nadie de Nigeria, pero de repente están viendo el programa allá porque un nigeriano me está doblando a mí, entonces en Nigeria se enteran de que yo canto y eso me ayuda mucho.

”Las redes sociales nos ayudan de una manera tremenda, pero a la misma vez, así como facilitan el intercambio de opiniones, así mismo le dan una tarima a los locos más locos del mundo para que propaguen su racismo, su sexismo, su odio, su estupidez. Ahora mismo estamos discutiendo si la Tierra es plana o redonda, ¡váyanse al carajo! Yo creía que habíamos superado esa vaina. Pronto quemarán a alguien. Esa es la otra: la ejecución es pública, porque ahora resulta que cómo se te ocurre decir a ti que nosotros giramos al rededor del sol.

”Hay una especie de temor o reticencia de frentear el asunto porque nadie quiere que de pronto lo señalen. Entonces quédate callado para que los locos no sepan dónde estás. Eso es como si estuviéramos con los zombis que no se puede hacer bulla, porque si saben dónde estás, van a morderte; así andamos”.

Hispanía y las crónicas de la realidad

Pedro Navaja, Ligia Elena, El Tartamudo, Pablo Pueblo, María Lionza, Paula C, Juan Pachanga… a todos los hemos conocido gracias a los relatos de Blades en sus canciones. Todos viven en una ciudad de plástico, en Hispanía, ese lugar que Rubén inventó como un hogar para sus obras, para salvaguardar la seguridad de todos, pero también para cantar salsa con crítica social.

-Hispanía refleja la realidad de los latinos con ficción, narración, cuentos, en fin, en una obra literaria musical. ¿Qué lo motivó a crearla?

-En realidad fue el miedo. Yo empecé escribiendo cosas desde que era muy niño, a los siete años me gané un concurso de cuentos de la escuela pública de Panamá, para la felicidad de mi abuela, porque ella me había enseñado a leer en la casa a los cinco años. Cuando hice mi primer disco, Panamá acababa de pasar por un golpe militar y en América Latina había muchísimas dictaduras. En ese disco yo puse Juan González y lo primero que digo es que la historia que van a escuchar está basada en hechos ficticios, que cualquier semejanza con persona viva o muerta es pura coincidencia.

“El relato es de un guerrillero que lo mata el ejército y los llanos lo sienten y lo sienten todos los pobres del mundo. En ese momento dije que cuando me vengan a preguntar por esto, les voy a decir: ‘¿Pero usted no está viendo que esto está ocurriendo en otro lugar, no en nuestro perfecto Panamá, donde ustedes son dictadores? Esto es otro lugar que no es perfecto como este’.

”Desde el principio traté de que toda mi trama y todas mis cosas ocurriesen en otro lugar, yo no estaba consiente en ese tiempo, aunque había leído a William Faulkner, pero no estaba consciente del Yoknapatawpha de él, que es el sitio donde ubica muchas de sus historias. Después me enteré por Gabo, porque él sí lo tuvo claro y creó el Macondo. Así que yo lo que vi fue el Macondo de Gabo, después yo pensé que si él fundó todo su trabajo en un área, todo lo que yo escribo ocurre en ese lugar que es Hispanía.

”Lo que estoy haciendo ahora es amarrando las historias porque eso no lo había hecho antes. Estoy tratando de entender por qué las escribí y cuál es la conexión que hay entre todos los personajes que se han escrito y cuáles son las que faltan. Ahora mismo estoy con René Pérez (Residente) trabajando sobre un tema que se llama Un día especial. Hay un reguetonero original que se llama Nando Boom que es de Panamá, él fue el que hizo el golpe del reguetón y como anda desapercibido en medio de todos estos nombres, me dije que voy a traer a Nando Boom de vuelta usando el modelo de la canción Gente despertando bajo dictaduras (GDBD) con el tema Un día especial que tiene partes de rap.

”Ahí ustedes se darán cuenta de que el borracho que se estrella en Decisiones es el mismo que encuentra los cuerpos de Pedro Navaja y la mujer, pero ahora se enterarán cómo fue que pasó el asunto y qué es lo que pasa después, porque ese señor también en ese choque atropella a uno de mis personajes, no sabemos si se muere o no, pero lo atropella.

”Todo el tema de la canción es quizás una reflexión mía a los 75 años y saber que cada semana se me muere un amigo o alguien que yo conozco. Las cosas van picando y dices esto es serio. Ahora mismo, lo que estoy es tratando de organizar mi tiempo para dejar mis cosas claras para los que quedan después de mí y tratando de hacer cosas que me gustaría hacer dentro de la medida de lo posible; por ejemplo, ya no voy a ser delantero de Saprissa, eso no va a pasar.

”Estoy ahora mismo en el proceso de conectar las historias de Hispanía para poder dejar una estructura en pie que explique la conexión que hay entre diversos personajes. Por ejemplo, está Ligia Elena y otros personajes más cuyas conexiones son más fáciles que otras. Otros son descubrimientos que a mí me entristecen, a mí me dejó abatido por semanas uno de los descubrimientos que me sumió en una total tristeza”.

-¿Qué es lo que pasa para que esa realización se dé? ¿En qué momento cae la manzana?

-Cuando me pongo a examinar con mucho cuidado la letra empiezo a tratar de encontrar cosas. Por ejemplo, El Tartamudo, esa persona que va y le dice ‘pié, pié, pié, piérdete’ y se burla de él es Josefina Wilson. Entonces se comienza ahora: ¿fue una casualidad o la estaba buscando? Y Pedro Navaja, ¿qué conexión tiene con El Tartamudo? ¿Es él? No sé. Vas haciendo las conexiones, entonces vas viendo las otras canciones que son como de fondo, vas tratando de crear un árbol genealógico, creando una especie de diario de eventos y vas viendo dónde faltan cosas. Fítaje tú, la canción El Pescador, que está en el primer álbum que yo hice, está completamente conectada con todo”.

-¿Es una crónica?

-Sí porque lo que yo hice fue básicamente pintar un mural a destiempo sin saber qué pintaba ahí. Empecé a pintar un rostro por acá y pinté un auto por acá y acá pinté una casa. A medida que iba haciéndome más viejo, a veces las pinturas se iban encontrando y entonces iba creando y de repente ya distingo lo que es.

“Eso es lo que estoy descubriendo, que hay una crónica completa, que es lo que me decía Gabo, que yo era un cronista, un periodista que canta”.

-Mencionaba ahora a Daniel Salazar, de Fear the Walking Dead, que puede ser el personaje con el que ha estado más tiempo. En muchas de las películas de Hollywood en las que ha estado es normal que sus personajes murieran…

-Yo mismo fui el que comencé con la cosa diciendo un día en broma que iba a poner en mis contratos que no me mataran. Entonces los enemigos políticos en Panamá se agarraron de eso y empezaron a decir que me mataban en todas las películas (...) En la última película que hice con Denzel Washington (Safe House, 2012), como él me conoce, quería que yo fuera la motivación que iba a llevar a su personaje a la venganza, entonces para llegar a la venganza había que matarme.

-Con Daniel resultó que pensábamos que ya no iba más y volvía como un duro de matar…

-Una cosa que se ha discutido en una película o en una serie de televisión es la importancia del personaje, lo que llaman el call sheet que es la lista donde están los nombres de los actores y actrices del show y va en orden. Yo en Fear the Walking Dead empecé en el número siete, así que era un personaje principal de apoyo, pero la gente es la que va a sintonizar el asunto en la casa, no los puedes obligar a que lo hagan. Los programas entran a las casas porque quieren, de igual manera el público decide cuál personaje es el que le gusta.

El Tartamudo, esa persona que va y le dice ‘pié, pié, pié, piérdete’ y se burla de él es Josefina Wilson. Entonces se comienza ahora: ¿fue una casualidad o la estaba buscando? Y Pedro Navaja, ¿qué conexión tiene con El Tartamudo? ¿Es él? No sé. Vas haciendo las conexiones, entonces vas viendo las otras canciones que son como de fondo, vas tratando de crear un árbol genealógico, creando una especie de diario de eventos y vas viendo dónde faltan cosas”

— Rubén Blades, músico

”La gente se enamoró de Daniel Salazar, por eso no me podían matar. Si me mataban iban a perder a muchísima gente. Si ves las primeras tres temporadas, cuando se va el showrunner original, Daniel empieza a desaparecer. En la cuarta no estoy en lo absoluto y en la quinta y sexta me voy convirtiendo de un tipo que era habilidoso a una especie de abuelito con una niña a la que estoy cuidando y eso fue un problema, pero no me pudieron matar ni siquiera hasta el final”.

-En una serie de zombis, llegar a ocho temporadas habla muy bien…

-Esto es de vergüenza, yo era uno de los pocos latinos participando en una serie de televisión en prime time en Estados Unidos. Estaba Danay García conmigo, pero ponte a ver cuántos otros shows tenían un latino o una latina que no fuera en un plano inferior, ni siquiera eso. Es una vergüenza que no nos den esas oportunidades, que no tengamos presencia a pesar de que los latinos contribuimos económicamente a Estados Unidos con más de tres trillones de dólares.

-Tengo una referencia cinematográfica. Hace muchos años estaba en el cine de la Universidad de Costa Rica viendo The Milagro Beanfield War (1989). Recuerdo que al final su personaje del sheriff brinca a una zanja y se cae de un modo muy cómico. Quedé con la duda, no creo que esa caída haya sido intencional…

-¡Fue intencional! Yo me opuse rotundamente a la caída. Me peleé con Robert Redford (el director), que fue muy amable como actor y excelente director. Le dije que por favor no me hiciera caer, que era el momento de Bernie (el personaje) de mostrar su capacidad, porque la gente creía que era un payaso. Robert me dijo: “pon el pie en la zanja, Rubén. Eso es para desarmar la tensión. Vamos a hacer una cosa: has una con y una sin”. Le dije: “Yo sé lo que vas a hacer, vas a publicar la de la caída”. Hice las dos, cuando me caí me paré lo más rápido, eso sí. Esta es una reivindicación para él, que no la necesita. Eres el primero que me lo dice. Él estaba en lo correcto y yo equivocado.

”Robert me pidió que hiciera el papel de Chick Vennera (Joe Mondragon), le dije que no y quedó sorprendido porque era el papel principal. Le dije que ese tipo es como si tuviera un instrumento del destino, a mí lo que me gusta de Bernie es que está en el medio de un enredo tratando de que la gente no se mate, eso me parece más interesante y hay más voluntad, por eso fue que hice ese rol. A mí no me dieron tanto problema a pesar de que no era mexicano, la gente me conocía como músico y estaba identificada conmigo, porque hubo muchas críticas con el casting.