Responden desde latitudes disímiles, pero se parecen en que, en ninguna de ellas, hubo pitoretas ni caravanas, o al menos no por las elecciones que hoy se realizan en esta tierra, su tierra también, la que ven desde lejos y por la que votarán desde lejos.
Hasta conseguir una bandera partidaria se vuelve tarea imposible, pero en esta ocasión, por primera vez , 8.700 costarricenses empadronados en uno de los 50 consulados en el extranjero podrán emitir su voto.
Adolfo Chaves Jiménez viajará unos 25 kilómetros desde Rotterdam hasta el centro de votación que se encuentra en La Haya; ahí está la embajada tica. Ya lleva cinco años de vivir en Holanda, pero en la elección pasada tuvo que venir a Costa Rica para poder votar. Eran otros tiempos.
Este estudiante de doctorado en Ingeniería en Sistemas Espaciales ya decidió su voto. Informarse no le resultó complicado, ya que, al igual que muchos costarricenses que votarán en territorio nacional, Adolfo se informó gracias a las redes sociales y a las ediciones en línea de los de medios de comunicación.
“Para nosotros, la oportunidad de votar en el extranjero nos permite mantener el vínculo con Costa Rica. Desde acá estamos muy pendientes de lo que pasa allá; aunque estemos lejos, nos mantenemos preocupados y conscientes de lo que es bueno para el país”, dice, en nombre de la colonia de ticos en Holanda, que se hermanará en las urnas y almorzará en conjunto.
De Heredia a Beijing
Róger Jiménez Chaves lleva muy poco viviendo en China por lo que, es apenas por cinco meses de diferencia, que tendrá que votar en Beijing y no en el recinto de su natal Santo Domingo de Heredia. La embajada de Costa Rica en aquel país queda a 45 minutos en metro.
Junto a 70 ticos más, estudia mandarín en la Language and Culture University y asegura que la inclusión de las colonias en el extranjero representa un honor para él y sus coterráneos que se hallan en la misma condición.
“Nos da la oportunidad de elegir, de ser tomados en cuenta y de ser parte de esa fiesta democrática sin importar la ubicación geográfica”, comenta.
A pesar de que acceder a Facebook en China implica irse por recovecos para lidiar con los accesos bloqueados, Jiménez se ha informado a través de Internet, y celebra poder contribuir con su voto a pesar de los kilómetros que lo separan de casa. De todas formas, en Beijing, en Holanda o en cualquier otro rincón, los votos contarán igual.