¿Luz al final del cigarro?

Unos países les quieren cerrar las puertas, mientras que en otros los ven como una panacea contra el vicio del fumado. Los cigarrillos electrónicos son motivo de intenso debate.

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Algunos pueden enchufarse a la pared, la computadora o el carro. Pueden venir junto a un control electrónico, con cartuchos remplazables o con una luz de LED que les da puntos extra en “caché”.

De lejos, se ven iguales que un cigarrillo normal, pero los eCigars, o cigarrillos electrónicos, distan mucho de los cilindros que se van quemando a pocos con cada “jalón”.

Estos aparatos se pueden adquirir en diferentes colores y sabores, funcionan con una batería y un cartucho que se asemeja a un filtro, pero acá es donde está el líquido que será expulsado como vapor cuando se inhala.

En el mercado se ofrecen con diferentes cantidades de nicotina: desde el que contiene tanta como uno convencional (aproximadamente 0,8 mg) hasta el que –según la publicidad del producto– está exento de este compuesto orgánico.

El invento del farmaceuta chino Hon Lik cuenta con patentes en más de 50 países y es ofrecido bajo más de 250 marcas, como una alternativa menos nociva para sustituir al producto tradicional.

En los últimos años, la venta y consumo de este vaporizador se ha incrementado de forma importante por factores como el hecho de que, entre sus ingredientes, no están ni el arsénico ni el alquitrán.

“Hay ventajas, como que no me deja el olor asqueroso del cigarro normal. Sigo fumando los que tienen nicotina y por eso tengo claro que no estoy recibiendo beneficios para la salud, pero me ha ayudado mucho a dejar los cigarrillos de tabaco”, afirma Ock San Ajú, de 25 años, quien abandonó los cigarrillos tradicionales a inicios del 2013.

“No es un sustituto para dejar de fumar; es una alternativa más sana”, comenta Aarón Daniel, copropietario de la marca de cigarrillos electrónicos Volt.

“Los consumidores se están ahorrando los gastos médicos que conlleva fumar un cigarro normal. Además, los cartuchos valen menos que una caja del cigarro regular y les duran más”, agrega.

El Ministerio de Salud no cuenta con el dato preciso de la cantidad de marcas de eCigars que se ofrecen en el mercado local pero, según los oferentes, el precio va desde ¢6.000 hasta kits de ¢25.000.

A los mercados europeo y estadounidense estos productos llegaron en el 2006, mientras que en Costa Rica empezaron a venderse en abril del 2009.

Aquí, la Ley General de Control de Tabaco prohíbe el consumo y encendido del cigarrillo electrónico que tenga nicotina en los mismos lugares donde también es ilegal fumar productos de tabaco y sus derivados.

¿Y cómo se aplica la ley cuando se está fumando uno sin nicotina?, se preguntan los vendedores.

“Si no tuvieran nicotina, no deberían ser un problema, pero habría que ver el tipo de refrigerantes que contienen, ya que hay estudios de la FDA (Administración de Drogas y Alimentos) que indican que contienen sustancias asociadas con el cáncer”, dice la viceministra de Salud, Sissy Castillo.

Por las mismas razones es que el Ministerio de Salud pretende prohibir la importación total de estos cigarrillos. La aplicación de este proyecto regiría no como un agregado a la Ley General de Control de Tabaco, sino a la Ley General de Salud, según comentó la viceministra.

En otras latitudes

Costa Rica no sería el primer país que prohíba la venta y consumo de los vaporizadores personales. Argentina, Brasil y Colombia son tan solo algunas de las naciones que han tomado esta medida, mientras que en mayo anterior, Francia (donde se calcula que 500.000 personas prefieren los cigarrillos electrónicos) prohibió su uso en lugares públicos .

Por su parte, la Unión Europea pretende someter los eCigars a una nueva reglamentación que los trate como si fueran medicamentos, para así regular su venta. Si se aprueba la ley, comenzaría a regir en el 2016.

Teresita Arrieta, coordinadora del programa Entornos libres de humo de tabaco del IAFA e integrante de la Red Nacional Antitabaco, dice que no podría recomendar los eCigars sobre los convencionales debido a que la FDA y la Organización Mundial de la Salud (OMS) se abstienen de aprobar este producto por la ausencia –hasta la fecha– de estudios científicos respaldados por laboratorios oficiales y reconocidos.

“Mientras que tengan nicotina, van a producir dependencia. Si bien es cierto, hay productos sustitutivos que contienen nicotina, este producto no tiene todo un protocolo que respalde una recomendación. Por eso, no pueden ser considerados una terapia de remplazo, como sí lo son los parches o los chicles”.

”Tal vez no tengan la misma cantidad de componentes tóxicos, pero no hay estudios oficiales que lo confirmen”, precisa Arrieta.

La nicotina tarda entre siete y diez segundos en llegar al cerebro después de que se ha inhalado el cigarrillo, y está presente en alta concentración en las hojas de tabaco. Sin embargo, los defensores del fumado aseguran que su presencia no debe preocupar a los fumadores.

Robert West, profesor de Psicología de la Salud y director de Estudios del Tabaco del departamento de Epidemiología y Salud Pública del University College London, comentó al diario El Clarín : “ Los cigarrillos electrónicos son lo más seguro que puede haber . Conocemos los riesgos de la nicotina a partir de estudios realizados en Suecia sobre el consumo de un tabaco sin humo.

”Los cigarrillos electrónicos probablemente sean tan seguros como beber café. Todo lo que contienen es vapor de agua, nicotina y glicol de propileno (que se usa para ayudar a vaporizar la nicotina líquida)”.

A pesar del debate inconcluso en torno a los cilindros electrónicos, las tabacaleras más poderosas están apostando por ingresar a este mercado .

En los próximos meses, Altria Group Inc., la empresa fabricante de Marlboro, estrenará Markten, mientras que Reynolds American Inc. lanzó ya la marca Vuse.