Luis Alvarado: el hombre que perdió 31 kilos y ganó un BMW del año

Tiene 29 años y la convicción de que no hay que dejarse llevar por lo que muchos llaman “el peso ideal”. Eliminó “los no puedo”, ingresó a un reto de ejercicios y con determinación alcanzó sus objetivos. Además de sentirse mejor consigo mismo, hoy conduce “su trofeo”.

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“No quiero seguir viviendo la vida así”, se dijo así mismo Luis Alvarado.

No fue una reflexión intrascendente. Mientras pronunciaba cada palabra Luis se convencía de que quería cambiar la forma en la que llevaba su existencia.

Ya no soportaba llegar de último en las caminatas o paseos a los que era invitado por sus amigos. En diciembre, por ejemplo, fue a unas cataratas con un grupo y para llegar debía recorrer un camino complicado. Para él, además de la dificultad, el trayecto fue doloroso emocional y físicamente.

Luis no quería vivir con el temor de ir al médico y enfrentarse a diagnósticos de enfermedades que creía podían haberse derivado de su alimentación poco saludable. Luis tampoco deseaba pasar sus días resignado a que lo único que pudiera vestir fuera cualquier prenda que encontrara de su talla.

En el 2018 llegó a pesar 151 kilos. Sus pantalones eran número 52 y las camisas 3XL. Aún así esas piezas le quedaban ajustadas. Cuando se agachaba para amarrarse los cordones de sus zapatos se agitaba. Luis ya no quería vivir así, insiste. No podía lidiar más con el rechazo de las personas que por su apariencia le hacían a un lado.

Entonces decidió hacer un cambio: no por la gordofobia de los demás, sino porque estaba convencido de que la vida que tenía no era la que quería.

Hoy habla de su peso y su talla sin la intención de hacer sentir mal a personas que quizá atraviesan por lo que él pasó. Es consciente de que tuvo las posibilidades de poder pagar un plan de ejercicios y una guía nutricional, opciones que no tienen todas las personas.

No obstante, Luis insiste en un mensaje: sea cual sea la manera, siempre se puede volver a intentarlo. Él lo hizo durante 15 años hasta que, finalmente, este 2021 consiguió su cometido.

Un deseo de años

Luis Alvarado, de 19 años, se fue junto a su mamá a Estados Unidos cuando era un niño de ocho años. Recuerda que luego de regresar de la escuela su madre estaba trabajando; por lo que él empezó a alimentarse principalmente con comidas fritas o de las que vienen en presentaciones congeladas, cuenta.

“Siendo niño no tuve buenos hábitos alimenticios. Mi mamá trabajaba mucho. Yo era lo que comía en la escuela y luego me la jugaba solo. Para salir del paso comía ese tipo de comidas.

Empecé a aumentar como a los 10 años. De lo que más recuerdo han sido los últimos 15 años, cuando uno va entrando a la adolescencia y ya empieza a afectar el autoestima. Hasta las calificaciones. No es hasta el 2018 que llegué al punto más alto de mi vida. Llegué a pesar 151 kilos”, detalla Luis, quien regresó a Costa Rica cuando tenía 16.

Menciona que sus hábitos continuaron y empezó a enfrentar las situaciones descritas al inicio. Le costaba atarse los zapatos, no encontraba la ropa de su preferencia en una talla adecuada, temía ir a revisarse...

“Aparte de eso la parte más afectada era la emocional y mental. Vivía en depresión constante. No tenía autoestima del todo. Para nadie es un secreto que cuando uno no se ve bien las personas no quieren estar cerca de uno. Eso no era bonito. Este pasado diciembre unos amigos me invitaron a Limón y el paseo involucraba ir a una catarata y la caminata era extrema. Yo estando tan pesado, la constante era siempre quedar de último en todo. Los demás avanzaron y quedé de último”, describe.

Luis continúa narrando esa vivencia que hizo cambiar su perspectiva: “Llegué a un momento tan crítico que para poder avanzar tenía que pasar por un guindo o subir una lomita de barro que era complicada. Yo ya estaba solo y no sé por qué me acordé de lo que había dicho siempre en la vida: no puedo. En ese entonces dije: ‘ya no puedo más’ y algo se me disparó y me dije que ya lo había dicho muchas veces. Subí la lomita. Terminé lleno de barro. Me dolía la rodilla. Estaba derrotado y dije que no quería seguir viviendo la vida así. Si pasan los años voy a estar arrepentido de todo, pensé”.

Meses antes Luis había hecho algunos cambios con los que paulatinamente perdió 20 kilos. Cuando regresó del paseo vio el anuncio del reto #challengefever promocionado por RichFitTips. En el paquete se incluía un reto de pérdida de grasa y, además de motivarse por alcanzar un deseo de años, saber que el premio del ganador sería un BMW X1 de paquete lo convenció aún más.

“Vi el reto y me motivó el premio: fue un incentivo muy grande. Pero antes tomé la decisión de cambiar y no vivir así. Tenía la determinación de bajar de peso. Pensé que eliminaría el riesgo de enfermedades que podía padecer y mis problemas emocionales los iba a atacar mejorando mi físico y la energía. Lo hice por el premio y por querer cambiar mi vida por siempre”, cuenta Luis, quien es emprendedor, tiene locales de venta de baos y para inyectar capital a su negocio hace un tiempo había vendido su vehículo.

Luis empezó el reto un 25 de enero. Tuvo que enfrentarse a una lesión en la rodilla que le provocaba mucho dolor. Un fisioterapeuta le dijo que fortalecer los músculos le ayudaría. Le dio el aval para entrenar así. Tuvo malestar por un mes. Pero poco a poco las dolencias mermaban y su disciplina crecía.

“El reto consistía en una programación guiada por un app, donde hay rutinas todos los días que trabajan según los objetivos que uno quiere. Llevé un programa de pérdida de grasa. Aparte estuve con una nutricionista deportiva que me ayudaba semana a semana a cumplir mis objetivos. Fue muy difícil. A veces la gente piensa que a uno no le cuesta. Había días donde no tenía ganas de nada y quería comer cosas como antes”, dice.

Hay que aclarar que el plan alimenticio de Luis no le privaba de comer, solamente que sus alimentos eran más balanceados.

“Era alto en proteínas y bajo en grasas. Para alcanzar el objetivo y perder el peso que perdí el plan era más restringido. Tras el reto ya no es así. Nunca aguanté hambre para lograrlo. A veces se confunde la ansiedad con el hambre. Cuesta aprender a escuchar el cuerpo”, cuenta Luis, quien reconoce que algunas veces a la semana consume los baos de su negocio.

El hombre, de 29 años, resalta que no hizo nada “poco sano” para alcanzar su objetivo, que consistía en perder 31 kilos en tres meses. Lo que sí hizo, fue comprometerse a realizar deporte constantemente.

“Iba al gimnasio cinco veces a la semana, además nadaba tres días y combinaba con spinning. Me esforcé mucho. Esto lo hice buscando mi mejor versión. Era lo que perseguía. Sabía que así no podía tener una pareja, porque si no que me quería a mí mismo cómo voy a querer a alguien. Mi estado de antes no me permitía hacer mi trabajo en mis negocios. Si uno está bien todo fluye. Es meramente eso”, aclara.

Luis entiende lo importante que es el amor propio y la aceptación; sin embargo, él considera que “no hay que conformarse como usted está si usted no quiere estar así”.

“Ahora me quiero mucho más que antes. Es no conformarse. Uno merece sentirse bien”, dice.

Luego continúa con su mensaje, uno que expone en su cuenta de Instagram @yosoybao en la que ha documentado su proceso.

“Esto lo intenté muchas veces. Es algo con lo que he lidiado toda la vida. Los últimos 15 años más intensamente. El mensaje es que siempre se puede intentar una vez más. Soy testigo de eso. Es cuestión de seguir intentando, de no rendirse y perseguir esa mejor versión que uno merece”, cuenta Luis, quien de septiembre a enero perdió 20 kilos. Tras el reto bajó 31 más y se convirtió en el ganador. Hoy conduce su premio.

Una vida nueva

Actualmente Luis se siente diferente, mucho mejor.

“La vida me ha cambiado por completo y no hablo solo por el carro. Solo poder comprar ropa es todo un logro para mí. La primera vez que fui al mall fue porque tenía un evento importante, llegué viendo qué podía comprar y logré comprar ropa. Ahora uso pantalón talla 32 y camisa L. Es la primera vez en 15 años que puedo decir ‘quiero eso porque me queda y me gusta’. Con eso empecé ganando. Eso era un logro para mí. Full motivación. Ahora mi seguridad cambió, me desenvuelvo mejor con las personas, me desempeño mejor en los negocios…”, cuenta.

Para Luis, el carro año 2021 que ganó -que en el país según el modelo puede costar entre $42.900 y $52.900-, es “la cereza en el pastel.

“Ese carro es mi trofeo. Es el recordatorio del proceso que atravesé. Fue un proceso muy rápido… y realmente increíble que, en tres meses, pude solucionar por lo que luché por 15 años”.

Para lograrlo algo así, Luis recomienda ver el proceso como un proyecto. Tener una estructura y contar con el apoyo de familia y amigos.

Ahora su estilo de vida incluye ejercicio y una alimentación balanceada. Tras terminar el primer proceso, ahora Luis se inscribió en uno nuevo que se enfoca en aumento muscular.

“Duermo muy bien, por lo general estoy con energía todos los días, con buen humor. Tengo una alimentación más libre. Si quiero algo rico me lo como. Intento llevar un plan con nutricionista. Esto no acabó con el reto y el carro. Tengo objetivos. Quiero aumentar masa muscular. Sigo entrenando cinco días a la semana.

Meramente es eso. Disfruto de la vida. Estoy paseando. Conociendo personas. Me siento bastante feliz y optimista con lo que sigue. El carro es mi trofeo. BMW es mi marca favorita de toda la vida. Sabía que iba a tener uno y se adelantó”, comentó Luis, quien invirtió $200 en el reto.