La noche del sábado 23 de enero, en Londres, Inglaterra, cerca de la embajada Francia, apareció un mural inspirado en un póster del musical cinematográfico Les Misérables (2012), el cual muestra a una niña frente a una nube de gas lacrimógeno que está por alcanzarla, con una bandera de Francia detrás de su cabeza.
A la par hay un código QR, el cual –cuando se le toma una fotografía con el celular– redirecciona a un video que muestra a policías franceses lanzando gases lacrimógenos a miles de refugiados en Calais, ciudad al norte de Francia a través de la cual migrantes intentan cruzar al Reino Unido.
Dos días después, los administradores del edificio donde se colocó la obra la taparon con una gran placa de madera, con la excusa de que buscaban preservarla. La niña del gas lacrimógeno es tan solo una parte más de una colección relacionada a la crisis de refugiados en Europa, elaborada por el artista británico Banksy.
Crítica de impacto
Medios internacionales explicaron esta obra de Banksy –artista anónimo famoso por revolucionar el medio del arte callejero con sus grafitis y murales en distintas partes del mundo– como un crítica directa al control violento de la fuerzas francesas sobre los migrantes en Calais.
El uso de gases lacrimógenos fue documentado en setiembre de 2015, y este año se informó que las autoridades francesas estaban construyendo nuevos refugios para los migrantes, aunque también les dieron un plazo hasta el 18 de enero para que se movieran de la zona.
Antes del mural que se bajaron en Londres, Banksy había explorado la crisis migratoria europea con una gira propiamente en Calais, donde presentó varias obras, entre ellas un grafiti de Steve Jobs y una nueva versión de la pintura La balsa de la medusa, de Théodore Géricault, en la que se ve una lancha llena de migrantes saludando felices a un bote de lujo.
Zona de paso
Calais es uno de los puertos franceses más cercanos al Reino Unido, el país al que unos 7.000 migrantes sirios y afganos intentaron llegar en 2015 para recibir estatus de refugiados y ganar algo de tiempo para encontrar trabajo y empezar una nueva vida fuera de sus naciones pulverizadas por la guerra.
La problemática de la inmigración ilegal al Reino Unido desde el puerto de Calais ha sido común desde 1999, e incluso ha desatado controversias entre los gobiernos de ambos países similares a las acontecidas recientemente entre Costa Rica y Nicaragua, cuando Nicaragua alegó que su vecino del sur incitaba a migrantes cubanos a desplazarse ilegalmente en su territorio.
El Reino Unido manifestó en 2015 que el gobierno francés instaba a los migrantes a trasladarse al Reino Unido, y los exponía a peligrosos métodos de transporte ilegal. Desde que se desató la crisis migratoria en Europa, en 2015, Calais ha estado colmado de migrantes que harían todo lo posible por trasladarse al Reino Unido.
En agosto de 2015, un acuerdo entre los gobiernos permitió a la policía británica resguardar el paso de migrantes hacia el Reino Unido, y también se construyó un muro en una de las zonas de paso. El 22 de enero, un bus de estudiante escoceses fue dañado mientras pasaba en medio de un conflicto entre los migrantes y la policía.
Steve se va de Siria
Banksy primero se involucró con la crisis migratoria cuando desmanteló su tétrico parque de diversiones Dismaland –descrito como un “giro siniestro de Disneyland”– y envió algunas de las partes de las atracciones a Calais con el fin de ayudar a construir más refugios para los desplazados.
Luego vinieron las obras sobre Steve Jobs, los migrantes en el bote y un niño en la playa que ve hacia el Reino Unido desde un telescopio sobre el cual está sentado un buitre.
La obra sobre Jobs –llamada El hijo de un migrante de Siria – fue la más popular, pues muestra al finado cofundador de Apple con una bolsa sobre los hombros y una computadora en mano, en teoría huyendo de Siria.
El padre biológico de Jobs –quien lo abandonó tras su nacimiento– migró de Siria a Estados Unidos en su juventud. En un comunicado compartido por The Independent , Banksy manifestó: “Normalmente nos hacen creer que la migración drena los recursos de un país, pero Steve Jobs era el hijo de un migrante sirio”.
El polémico artista agregó: “Apple es la compañía más rentable del mundo, paga más de $7.000 millones en impuestos anuales, y solo existe porque dejaron entrar a un joven de Homs (provincia siria)”.
Si bien la obra fue compartida en los principales medios del mundo, tuvo grandes críticas del público y de revistas como Wired , la cual señaló que la pieza no da en el blanco pues simplifica la crisis a los recursos que podrían generar ciertos migrantes para los países que los acojan, por encima del derecho humano que tienen a vivir una vida digna y a no ser objetos de violencia.
Rebeldía en la pared
Banksy comenzó su recorrido como artista callejero a comienzos de los 90, con su característica mezcla de ilustraciones graciosas y llamativas y mensajes políticos en contra de la guerra, el capitalismo, la policías y los ejércitos, poniendo por encima la figura de niños y mujeres.
Ha colocado obras en la barrera de Cisjordania, Nueva York, los trenes de Londres, la Nueva Orleans post-huracán Katrina y la franja de Gaza, entre otros lugares, siempre creando polémica en torno al fondo y la forma de su expresión artística.
El artista debutó como cineasta con Exit Through the Gift Shop , un documental sobre el francés Thierry Guetta y su obsesión con el arte callejero. Guetta filmó durante muchos años a prolíficos artistas de la calle, entre ellos a Banksy, y los acompañó en sus peligrosas misiones, normalmente amenazadas por la policía y la ciudadanía.
El filme muestra entrevistas con Banksy y al artista desarrollando algunas de sus obras, pero siempre manteniéndolo en el anonimato que durante más de dos décadas no ha perdido. El documental fue nominado a un premio Óscar en 2010.