Gustavo Matosas en la intimidad ¿cómo es y cómo piensa el nuevo técnico de la ‘Sele’?

Tras departir con el uruguayo en varios ámbitos durante su última visita al país, descorrimos varias facetas de su vida y de su personalidad. Esta es su “presentación en sociedad” antes de que arranque su aventura rumbo a Catar 2022.

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Es la noche del primer lunes de noviembre y Gustavo Matosas atrae sobre sí, sin proponérselo, todas las miradas mientras cruza el lobby del Hotel Real Intercontinental, en Escazú, en dirección al restaurante The Market, presto a cenar con quien escribe y otro pequeño grupo de sus nuevos allegados en el país.

Aquel era el corolario de una exhaustiva jornada que se había repetido desde varios días antes, cuando regresó al país (tras su primera visita relámpago, el 9 de octubre) en lo que sería una especie de “presentación en sociedad”, donde visitó estadios, presenció partidos del Campeonato Nacional, asistió a entrevistas y encuentros en diversos medios periodísticos y hasta programas de entretenimiento. Cualquiera estaría liquidado con semejante trajín, pero el nuevo director técnico de la Selección Nacional puede presumir no solo de su vigor, sino también de su educación, pues como lo comprobaría en los tres días que faltaban para cumplir su ajetreadísima agenda, Matosas se esmera en respetuosas consideraciones con quienes desean conocerlo y tratarlo, independientemente de que haya dormido por lapsos de cuatro o cinco horas en las últimas cinco o seis noches.

Su estatura (1.85 m.), su porte y la seguridad con la que camina pueden ser “apantallantes”, pero basta cruzarse un apretón de manos y un primer saludo con él, para saber que se trata de una persona cálida, social, alegre y sencilla.

Conste, estamos hablando de Gustavo Cristian Matosas Paidón en su faceta personal, si se quiere, relajada. Habrá que ver qué gallo canta una vez este exfutbolista y director técnico uruguayo, nacido en Argentina, asuma formalmente la dirección técnica de la Selección de Costa Rica, el próximo 2 de enero, en lo que será su arranque como timonel hacia Catar 2022.

Él mismo contesta esta interrogante en la sección formal de preguntas y respuestas de esta entrevista.

Por lo pronto, durante los días que faltaban para terminar su periplo por la capital, nos concedió un espacio cercano durante algunas actividades a las que nos desplazamos con él en el vehículo que lo transportaba, al palco del estadio Alejandro Morera Soto durante el partido de la Liga contra la UCR, a un par de cenas, unos cuantos “cortados” (café expreso).

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Ahí, entre conversaciones informales y el lógico ejercicio de observación, se devela un hombre de buen ver y de buen verbo, con amplio sentido del humor y una curiosidad permanente por un país del que, hasta hace unos meses, sabía muy poco.

Prudencia y consideración obligaron en el primer encuentro debido a que la noche ya no era tan joven, así que la entrevista se convirtió en una amena tertulia en la que mencionó sus primeras impresiones del país.

“Bueno, de lo que he conocido ,que es bien poco a pesar de que he andado por varias ciudades y provincias, me la he pasado de entrevista y entrevista y lo que he conocido ha sido casi todo a bordo del auto... Me gusta, la gente es muy amable, me he sentido muy a gusto... de momento me queda el sinsabor de regresar a Uruguay sin haber podido conocer una sola playa... me han hablado de muchas, pero de la que más me han hablado es de una que tiene el nombre y apellido de una persona”.

Después de un quebradero de cabeza junto con los otros acompañantes del vehículo, dimos con la bendita playa que sedujo desde ya a Gustavo Matosas: Manuel Antonio.

Lo que se ve no se pregunta: como parte de sus facetas personales, el nuevo entrenador de la Tricolor viene precedido por su fama de ser uno de los técnicos mejores vestidos del fútbol mexicano, donde ha desarrollado gran parte de su carrera.

Medios como ESPN, entre otros, dieron cuenta del gusto de Matosas por los sacos Giorgio Armani, cinturones Louis Vuitton y zapatos Salvatore Ferragamo.

En un par de ocasiones, mientras se desplazaba de un lugar a otro en el vehículo, sacó un perfume y se lo aplicó discretamente. Era Egoiste, de Channel, una de sus fragancias favoritas.

Al preguntarle qué le parecían los estadios que había visitado, dijo que era exactamente como en Uruguay: “hay de todo, unos apenas aptos y otros muy buenos”.

En medio de la vertiginosa visita al país, Matosas se esmeró por conocer el significado de algunas palabras. Obviamente, ya estaba familiarizado con el “mae” y el “pura vida”.

Mientras presenciábamos el juego en el Morera Soto, subí una foto junto a él a mi cuenta de Facebook y los comentarios de muchas amigas y algunos amigos fueron bastante elocuentes en cuanto a la guapura del suramericano.

De regreso al hotel, en el vehículo, le mostré algunos de los comentarios y, mientras sonreía divertido dijo que le hacía mucha gracia una frase tica que justo había leído varias veces en los mencionados comentarios: “¡Cuidao pierde!”.

“¡Profe, profe, una foto!”

Fue justo en el Morera Soto, la noche en que presenció el último juego del Campeonato Nacional antes de regresar a Montevideo, en el que quedó patente que Matosas genera gran empatía en la afición. Al menos por ahora, en el previo de su arranque, fue muy llamativo que, no bien Gustavo se bajó del vehículo y cruzó el saludo con varios directivos de la Liga, que lo esperaban afuera, cuando ya su tránsito hacia la puerta principal se volvió dificultoso.

Como ya para entonces tenía una semana en el país y había aparecido, literalmente, en decenas de medios, la gente lo reconocía al instante, empezando por varios cuidacarros que lo abordaron para saludarlo y, por supuesto, para tomarse el infaltable selfie.

A partir de ahí, decenas de aficionados que pululaban por los alrededores del encuentro que estaba por comenzar, rodearon a Matosas, obtuvieron sus fotos, le desearon todo tipo de congratulaciones, buena suerte y hasta uno que otro consejo... la escena se repitió dentro del estadio e incluso en el palco principal del Morera. La voz de que Matosas estaba en el estadio se corrió como un polvorín y, en el intermedio, muchos subieron hasta donde pudieron y el técnico se inclinaba para recibir saludos y posar para las fotos.

Para entonces, Gustavo estaba totalmente agotado, llevaba unas 15 horas sin dormir, un intenso trajín de días y, enfrente, una noche corta, pues a primera hora del jueves desayunaría con el presidente Carlos Alvarado poco antes de abordar su vuelo hacia Uruguay, a las 9 de la mañana.

Sin embargo, recibió los parabienes y las solicitudes de foto y hasta video con el ánimo y la sonrisa intactas.

Pero bueno, más allá del convivio, se imponía un toma y dame que finalmente armamos con preguntas sueltas en algunos de sus espacios acá, y otras tantas vía telefónica, ya con Matosas de regreso en su país. A Costa Rica vuelve el 8 de diciembre, ya para finiquitar asuntos logísticos de su residencia y preparar el arranque de lo que será su primer rol como entrenador de la Selección Nacional de un país.

–¿Qué es lo primero que se le viene a la mente cuando se establece el primer acercamiento con los dirigentes deportivos de Costa Rica? ¿En qué momento empieza a realizar la idea de hacerse cargo de una Selección Nacional pero, además, de un país que no conocía?

– Lo primero fue visualizarme en el Mundial con Costa Rica, porque tiene buenos jugadores.

–¿Cuál fue primera impresión de Costa Rica, tomando en cuenta que se trata de visitas relámpago?

– En poco tiempo conocí gente muy cálida y con mucha pasión por el fútbol.

–El país es pequeño y las noticias vuelan; en su reciente visita en la que asistió a varios medios de comunicación, en cosa de dos o tres días ya muchísima gente estaba familiarizada con su imagen y lo abordaban en la calle, estadios para felicitarlo o tomarse un selfie. ¿Qué impresión le generó esa empatía que se generó de una manera tan rápida y espontánea?

–Esa reacción de la gente me dio mucha energía positiva para hacer el mejor trabajo y llenarme de ilusión.

–Claramente usted tiene experiencias exitosas, otras no tanto. Y claramente también está consciente de lo volátiles que son las opiniones de la afición en el fútbol. Cada director técnico tiene su estilo o estrategia, para relacionarse con el público y la prensa, lo que habitualmente no es tarea fácil. ¿Cómo describiría el estilo de sus relaciones con ambos sectores?

–Mi estrategia en todas mis relaciones es el respeto. Trato a las personas de la misma manera que me gusta que me traten a mí.

–Ya en asuntos de camerino, no tanto técnicos o tácticos, eso lo analizan las secciones deportivas de los diferentes medios, me refiero más bien a sus rutinas de cara a un juego. ¿Suele dormir suficiente o se mantiene en vigilia por la expectativa?

– Siempre necesito y me hace muy bien la actividad física, es común verme los días de partidos haciendo deporte. Eso me despeja la mente y aclara mis ideas. ¡Duermo siempre muy bien!

–¿Tiene alguna especie de ritual? ¿Usar la misma corbata, equis ropa interior, algún amuleto?

– Sí, tengo rituales que me fortalecen y aunque ninguno de ellos asegura el resultado, siento que me hacen bien espiritualmente.

–¿Cuando viaja con el equipo en autobús ¿usa siempre el mismo asiento? ¿le es indiferente? ¿Es el primero o el último en subir o bajar del bus?

–Sí, normalmente ocupo el mismo asiento por una cuestión de orden. Me da igual si subo primero o último, el tema importante es ser puntual

–¿Cómo se califica a sí mismo en su época de futbolista?

– Un jugador que no me guardaba nada en las prácticas y los partidos, con carácter y que ponía todo al servicio del equipo.

–¿Su mayor orgullo durante toda su trayectoria, su día más feliz?

– El día que ayudé a Peñarol, con el último penalti de la serie, a definir una final del campeonato uruguayo contra Nacional.

–¿Y la faceta más frustrante o impotente?

– No haber sido convocado par disputar el Mundial del Italia 90.

–¿Cómo celebra sus jornadas buenas, sus triunfos?

– Hablando con mi familia y sabiendo cómo fue su día. Luego veo el partido para ver qué se hizo bien y en qué se puede mejorar.

–¿Cómo palia las derrotas? ¿Prefiere estar solo, ve una película, sale a distraerse con su familia, por ejemplo?

– Cuando comencé la carrera de jugador, prefería estar solo y no hablar con nadie. Como entrenador, aprendí que pase lo que pase la vida continúa... ¡y que no debo arrastrar problemas del trabajo a casa!

–¿Cómo describiría su carácter?

– Siento que tengo una conciencia clara, una voluntad firme y, tal vez la más importante, un corazón bondadoso.

–Su esmero en el cuido personal es bastante notorio, igual su gusto por el buen vestir. ¿Qué tan vanidoso se considera? ¿Siempre ha sido así?

– Considero que no soy vanidoso. Normalmente me pongo un jeans, una camisa y un saco. Cuando la ocasión lo amerita me pongo traje. ¡No sé si eso es vestirse bien! En cuanto al cuidado personal, es lo que me inculcaron en mi casa desde chico: había que bañarse, peinarse, desayunar y lavarse los dientes antes de ir a la escuela. ¡La vida es hábitos! Mi madre siempre nos decía: “Solo hay una primera oportunidad de causar una buena primera impresión”.

–¿Cambiaría algo de su infancia?

–Tuve una infancia muy divertida, muy familiera. Mis padres me motivaban siempre a hacer deporte y sentirme realizado dejándome ser auténtico. Sin embargo, sí hay algo que cambiaría y es haber tenido un mayor hábito de estudio. Si hubiera dedicado todos los días 30 minutos a estudiar después de clase, los exámenes los habría pasado de ojos cerrados. Hoy inculco eso a mis hijos por que lo aprendí de grande: hábitos de estudio.

–¿Es de los técnicos que creen en la importancia de predicar con el ejemplo a la hora de mantenerse en forma, por un asunto de consistencia o de consecuencia con su quehacer deportivo, o simplemente es parte de su personalidad, lucir en forma y bien vestido?

– Hago deportes desde que tengo memoria y me gusta. ¡Mi cuerpo y mi mente necesitan las endorfinas que genera el deporte para sentirme pleno! No conozco otra manera de predicar que no sea con el ejemplo.

–Hablemos de la familia. Es padre de cuatro hijos, el mayor, adolescente y el menor, casi un bebé aún, de dos años. ¿Cómo es su experiencia como padre de cuatro varones en etapas tan variadas, por sus edades?

– Mi relación con mis hijos es excelente, los cuatro son personas muy diferentes y únicas, aunque para mí son maravillosos y encantadores... ¡Soy el padre! Jajajajaja

–¿Qué tan receloso es en lo que concierne a su vida personal?

– Lo normal, ¡mi vida privada es privada!

–Aparte del fútbol ¿qué le ilusiona de venirse a vivir a Costa Rica?

– Conocer un país del que todos hablan maravillas por su gente cálida y por su hermosa e inusual geografía.

–¿Qué le han dicho sus parientes o amigos más cercanos, sobre su nuevo trabajo en Costa Rica?

–Que es una gran oportunidad para ir con una selección de nivel al Mundial.

–Es un ávido lector, por lo que se sabe, pero el mundo globalizado atenta contra el hábito de la lectura (de libros), y en cambio promueve otro tipo de entretenimiento a la mano, como la tevé en ‘streaming’. ¿Usted se dosifica para no consumir demasiado de lo uno o de lo otro?

– Leo todo lo que interesa cuando tengo curiosidad por un tema, voy hasta el fondo. Disfruto el placer de tener un libro en las manos, disfruto lo que bajo de Internet. ¡Lo que me importa es el contenido! El conocimiento puede llegarte desde muchos lugares diferentes. Lo realmente importante se almacena como conocimiento en un solo lugar: tu cerebro.

–¿Usa redes sociales? Facebook, Instagram, Twitter, ¿otra?

– Tengo alguna cuenta pero solo la uso para compartir cosas con amigos y familiares.

–¿Participa activamente de redes sociales o prefiere un perfil bajo?

– ¡Prefiero un perfil bajo!

–Cuando está a cargo de algún equipo, siempre va a ser sujeto de lo mejor y de lo peor de los comentarios en redes sociales, como les ocurre a las figuras públicas, más en este campo. ¿Lee usted, por ejemplos, los comentarios de aficionados anónimos sobre su trabajo?

– No leo las redes sociales, sólo uso alguna de ellas para compartir con amigos y familiares. Soy muy crítico y muy exigente conmigo mismo y sé perfectamente cuándo cometo un error, cuándo tengo un acierto y sé también cuándo algo depende de mí y cuándo no.

–Se dice que usted es muy agradable cuando no se encuentra ya inmiscuido en un proceso de campeonato, pero que ya cuando asume el puesto de entrenador se torna bastante serio porque se enfoca en el proceso … ¿Cómo describe usted el manejo del carácter o de las emociones en este sentido?

– Me gusta concentrarme en el trabajo con todos mis sentidos. Sé también que para todo hay un momento: ¡Para la seriedad y para la risa, cada una en su justo medida!

–¿Cuales son sus gustos más definidos, aparte del fútbol, obviamente? Me refiero a la música, el cine, el tenis, ir a recitales, buscar la naturaleza, ¿O es más de placeres urbanos o incluso, de recargar baterías en la intimidad de su casa?

– Me gustan todos los deportes, salir a comer o cenar con familiares o amigos. Me gusta el teatro, el cine, me gusta mirar tutoriales para aprender a hacer cosas. Disfruto de todo: el café por las mañanas, el mate al medio día, la ciudad, la playa, la naturaleza.

–¿Una película?

– Corazón valiente y la saga Bourne.

–¿Un libro?

–Uno que leí por el año 88 cuando hacía poco había salido y fue más de autoayuda que de literatura. Un viejo rey le dice a Santiago: “Cuando realmente quieres que algo suceda, el Universo entero conspira para que tu deseo se vuelva realidad”. ¡El Alquimista!

–¿Es de pocos o muchos amigos?

– Soy de muchos conocidos y muchos amigos.

–En su reciente visita al país, en la que departió con varios medios y entidades, tuvo un desayuno con el presidente Carlos Alvarado ¿Cómo fue esa experiencia y qué impresión le dejó?

– Me encontré con una persona de corazón bondadoso y con un gran sentido de justicia. Habló de cosas que me parecieron importantes para conocer la idiosincrasia tica. Un punto muy cercano de nuestro encuentro lo sentí cuando el Presidente de la República habló de la ilusión.

–¿Qué es el fútbol para Gustavo Matosas?

–¡Mi vida!

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