El crecimiento no le teme a las pesas

De la mano de un profesional, una persona joven puede hacer ejercicios en máquinas, barras o con mancuernas, sin que esto detenga su desarrollo normal.

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El testimonio de Arnold Schwarzenegger es el más utilizado cuando se busca derribar el mito de que hacer pesas desde la adolescencia puede frenar el crecimiento de un joven. El fornido austriaco empezó su rutina de levantamiento cuando tenía solo 15 años, y de adulto, alcanzó una estatutra de 1,88 metros.

El caso de Schwarzenegger es particular porque se dedicó al fisiculturismo desde corta edad (antes de que se le conociera en la pantalla grande), pero, sin el afán de seguir sus pasos, una persona joven puede acercarse a las máquinas, barras y mancuernas sin que por ello ponga en riesgo su desarrollo físico normal.

El desarrollo óseo, que sigue su curso durante la pubertad, podría verse afectado en los casos en que haya sobrecarga al hacer ejercicio, pero no debe haber temor si hay un acompañamiento profesional de cerca y una revisión médica antes de recibir la rutina o el plan de entrenamiento.

Entonces, ¿cuándo es seguro que un joven tenga el primer contacto con las pesas? El doctor Álvaro Barrenechea Coto, director técnico y médico del Instituto Multispa , asegura que esto depende del estado de crecimiento del niño.

“Si las placas o centros de crecimiento epifisiario óseo no están maduros o cerrados, solo es conveniente hacer ejercicios con el propio peso corporal, que es una forma igualmente efectiva y segura de hacer ‘pesas’”, explica.

Además, el médico agrega que los niños y jóvenes no son más propensos a lesiones si hay una correcta administración de cargas y se hace una valoración estructural y funcional de su cuerpo.

El ortopedista Max Méndez Salazar asegura que, cuando se realiza un sobreesfuerzo importante durante la etapa de desarrollo, no se afecta el crecimiento longitudinal, pero las capas de los cartílagos de crecimiento (hay dos por cada hueso del cuerpo) pueden sufrir lesiones y deteriorar huesos de la columna, rodillas o cadera.

Una publicación de Pediatrics (periódico de la Academia Estadounidense de Pediatras) del 2001, advierte que tanto los preadolescentes como los adolescentes no deben participar de forma competitiva en disciplinas como fisiculturismo y halterofilia hasta que alcancen la madurez física y de crecimiento de sus huesos.

Por su parte, otro artículo de The New York Times publicado en el 2010, insiste en que el levantamiento de pesas por parte de jóvenes –que usualmente no se manifiesta con el crecimiento de musculatura– sí los beneficia en el desarrollo progresivo de fuerza.

“No se debe buscar la hipertrofia, sino el reclutamiento de la fibra muscular para aumentar la fuerza y no la masa”, explica Méndez.

Barrenechea agrega otros beneficios: “Antes de los 20 años, este tipo de ejercicio genera beneficios como una mejora en los niveles de ansiedad, concentración, rendimiento académico, calidad de sueño y salud postural, también minimiza el riesgo de lesiones”.

Los jóvenes no deben realizar más de dos o tres entrenamientos de pesas por semana y estos deben incluir ejercicios de calentamiento, estiramiento y enfriamiento.