Del clóset a la cancha: Cómo la liga gay de fútbol 5 de Costa Rica derrumba estereotipos un gol a la vez

Un grupo de 40 jóvenes tomaron una cancha tibaseña la noche de este miércoles durante la segunda jornada de una iniciativa que busca un cambio a través del deporte.

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Si es gay no juega bola y si juega bien bola, de fijo no es gay. Ese ha sido uno de los estereotipos que por años ha sobrevivido en la sociedad costarricense y que ha provocado rechazo hacia quienes son diferentes.

Para combatir esta idea, nace la iniciativa Del clóset a la cancha con la intención de demostrar que, al igual que en la intimidad, en la cancha tampoco importa a quien se ame, mientras de por medio haya pasión por lo que se hace.

Segunda jornada

Como cada noche, cientos de canchas de fútbol 5 en Costa Rica se llenan de grupos de amigos que buscan matar fiebre con el deporte que tanto les apasiona.

Sin embargo, la noche de este miércoles 8 de agosto, en Tibás había una cancha que captaba la atención de muchos. ¿La razón? La segunda fecha de la liga gay de fútbol 5 que en tan solo una semana ha acumulado cientos de seguidores en redes sociales.

Unos 40 jóvenes divididos en seis equipos, cada uno vestido con un color correspondiente a la bandera de la diversidad, se reunieron para meterle un gol a la intolerancia y destrozar estereotipos en el fondo de las mallas.

Es una aventura que apenas empieza a tomar forma y que cada vez se hace más grande. Sin uniformes, cada uno llegó con una camiseta lo más parecida al color que le correspondía pero, sobre todo, llegaron cargados de mucha ilusión.

Muchos no se conocían hasta esa noche, incluso si les tocaba jugar en el mismo equipo. Un ‘mucho gusto’ seguido por el nombre fue suficiente para ir rompiendo el hielo y armar la estrategia de juego mientras calentaban. La noche en realidad no se trataba de ser el mejor jugador, pero sí de derrumbar ideas preconcebidas.

Para algunos, esta iniciativa se convertía en una especie de reinvindicación ya que algunos sufrieron de discriminación en su época colegial según comentaban entre ellos, mientras llegaba el momento de entrar a la cancha. Hubo otros que no sufrieron ese problema, pero que también llegaron dispuestos a romper estereotipos y demostrar que los gays sí saben jugar fútbol.

“Para muchos, esto se ha convertido en un espacio del que no pudieron disfrutar cuando eran adolescentes por muchas razones y ahora, por fin, pueden hacerlo con total libertad y sin temor”, explicó Greivin Zúñiga, quien se desempeña como profesor.

Juan Carlos Vega, quien es profesor y actor, se declaró un apasionado del deporte, el cual juega desde niño. “Antes no me sentía bueno, pero ahora lo disfruto más, ya que la idea es pasarla bien, hacer ejercicio y que no te critiquen”.

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La cancha de Soccer World de Tibás se volvió pequeña para recibir además a un grupo de entusiastas fans que colmó la gradería para apoyar esta causa. Llegaron con bombones y banderas multicolores y con todas las ganas de pasarla bien.

Karol Vega, vecina de Calle Blancos, fue una de las que llegó a apoyar desde las graderías. "Soy porrista de todos. Mi primo está jugando, otro amigo y mi novio. Es una experiencia muy bonita porque es un espacio inclusivo".

Su novio es Andrés Gómez, un hombre trans oriundo de Colombia y quien afirmó sentirse ilusionado con la oportunidad de jugar este deporte sin sentirse marginado como le ha pasado en otras ocasiones.

"Me he sentido muy cómodo jugando con ellos. No importa si saben jugar bien o no, lo que importa es venir y conocer y saber que todos somos diferentes", dijo Andrés.

Ricardo Delgado, vecino de Cartago y estudiante de Odontología fue uno de los más animados entre el público. Él forma parte del grupo, pero asegura que aún no se anima a jugar porque cree que este deporte no es lo suyo; sin embargo, no descarta esa posibilidad a futuro. Él llegó con unos bombones multicolor elaborados por él mismo para mostrar el apoyo a sus compañeros.

Y empieza

Poco después de las 8 p. m. se dio por iniciada la jornada. Todos los participantes entraron con una gran sonrisa al centro de la cancha para hacer la foto grupal de rigor. Inmediatamente, cuatro equipos en dos canchas se enfrentaron durante cinco minutos y el vencedor recibía a un nuevo equipo. En caso de empate, una moneda decidía cuál quinteto continuaba en la cancha con la intención de que todos jugaran durante la hora que duraba la jornada.

Los equipos se formaron al azar con el objetivo de que todos se vayan conociendo a largo de las fechas que jugarán.

Unos mostraban más destreza que otros, pero no importaba, ya que desde la gradería, el público celebraba cada jugada y, en especial, cada gol. Se sentía como cualquier otra cancha de cualquier otro barrio. La misión de la noche estaba lograda.

En canchas adyacentes del lugar, otros grupos de amigos, ajenos a esta iniciativa, jugaban con igual entrega sin que se notara diferencia entre lo que hacían ellos, por un lado, y los chicos de Del clóset a la cancha por otro.

Kevin González, gestor de esta iniciativa, explicó que el objetivo de esta liga no profesional es que todos la pasen bien en un ambiente libre de discriminación y de burlas.

"No importa si saben jugar bien o no. Aquí todos son bien recibidos" afirmó el joven de 25 años.

“La idea es que sea accesible para todos. Se buscó un lugar céntrico para que todos pudieran venir; hay gente de las cuatro provincias de la Gran Área Metropolitana y nos organizamos con carpooling (compartir carro) para que nadie se quedara sin venir”, agregó.

"A futuro queremos añadir otros deportes para que más gente pueda participar y además, el Gobierno nos ha ofrecido canchas gratuitas en todo el país para poder involucrar a gente de provincias más lejanas", destacó González.

La liga gay nació como una simple inquietud por compartir un gusto por hacer deporte, pero rápidamente se convirtió en un abanderado de la tolerancia y en un adversario del bullying incluso llamando la atención de medios internacionales como CNN en español que llegó a cubrir la jornada y de una marca patrocinadora de refrescos que veló porque los muchachos estuvieran bien hidratados.

La jornada culminó con el equipo amarillo y rojo como los mejores de la noche. Entre aplausos de celebración por la exitosa jornada entre fotos y abrazos. Alguien gritó: ¡matrimonio igualitario ya!, lo cual volvió a desatar gritos y aplausos, mientras la Sala IV discutía sobre el tema a pocos kilómetros de ahí.

Camaradería

Diego Fallas, vecino de Poás de Alajuela, destacó por su buen juego y potencia al disparar a marco.

"Toda la vida he jugado y me pareció muy bonita esta iniciativa para demostrar que nosotros también sabemos jugar fútbol", resaltó el joven de 22 años.

Para esta hora, la camadería era más evidente y alguno se aventuró a gritar: "debe ser hetero", lo cual desató las risas por la ironía del gracioso comentario. "A ver, que bese a alguno", siguió la broma.

La próxima fecha será el viernes 17 de agosto en San Pedro. Las inscripciones para jugar siempre están abiertas y puede hacerlo por medio del correo delclosetalacancha@gmail.com. Pueden participar personas de cualquier orientación sexual.

Una vez finalizado el encuentro, los asistentes permanecieron en el lugar, mientras los nuevos inquilinos de las canchas entraban para empezar con su propio juego. Los selfies y abrazos entre los integrantes de la liga gay y quienes había llegado a apoyarlos fueron la tónica del cierre, mientras el miércoles se acercaba a su fin.

“Escriba que metí dos goles”, se despide un joven llamado Luis mientras empieza a abandonar el lugar. “Y que se los dedico a mi novio”, con quien jugó en el mismo equipo y a quien abraza de inmediato mientras los dos desaparecen orgullosos en medio de la oscura noche tibaseña.

La lección de la velada es que para hacer la diferencia en el mundo hay que tener las bolas bien puestas y rematar a gol.