Déjese tocar la próstata

No hay escapatoria. Para conocer cuán saludable está su próstata, necesitará que le hagan un tacto rectal.

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Haga la verguenza a un lado, tome aire y deje que su médico le toque la próstata para verificar si hay algún crecimiento anormal que sugiera posibles indicios de cáncer.

Y, lo sentimos mucho, pero no hay otra forma de hacerlo. El urólogo debe introducir su dedo por el ano del paciente hasta llegar a esta glándula, ubicada debajo de la vejiga, donde se guarda su orina.

Si cree que es suficiente con un examen de sangre llamado antígeno prostático, se equivocó. Esa prueba no basta para revelar, a plenitud, el estado de salud de su próstata, aunque sí es un detonante de alerta, sobre todo cuando los resultados indican valores más altos de los normales.

Pero no tenga miedo. El examen no es doloroso, aunque sí un poco incómodo. El médico se protege con guantes y usa lubricante para hacer menos molesta la exploración.

“El examen urológico debe completarse con el tacto rectal, pues el antígeno puede estar normal y, aun así, el paciente puede tener un cáncer de próstata. Además, es conveniente hacer un examen general de orina”, dice el urólogo Carlos León Solano, de la Clínica Bíblica.

Al paciente se le puede hacer el tacto en diferentes posiciones. “La mejor posición, de acuerdo con mi experiencia, es en decúbito lateral izquierdo (acostado de medio lado), pero será la preferencia del médico y su experiencia las que decidan la posición adecuada para cada paciente”, agrega el especialista.

De hecho, son tres las posturas más comunes para realizar esta exploración: la mencionada anteriormente por el doctor León; la llamada decúbito supino (el paciente acostado sobre sus espaldas con las piernas abiertas y las rodillas flexionadas); y la posición mahometana (con los codos apoyados sobre la camilla, útil para enfermos ambulatorios y con dificultad para moverse).