Conozca la casa de las mil y una historias

Tiene dos siglos de existencia, está repleta de recuerdos y está ubicada en Tierra Blanca de Cartago. Actualmente es propiedad del historiador Carlos Ramírez, quien forma parte de la octava generación familiar que ha vivido en el inmueble.

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Oculta detrás de un gran muro verde, de muchas hojas y variadas plantas, una joya arquitectónica yace en el centro de Tierra Blanca de Cartago, sobre la carretera que lleva al lugar.

Basta con estar frente a ella para saber que allí se han escrito miles de historias, así como un cúmulo de anécdotas familiares que muy pocos conocen. Es sencilla, pero imponente, con una belleza natural muy propia.

Se trata de la casa de Genaro Garita y María Josefa Aragón, quienes construyeron el inmueble para vivir con su familia. Desde entonces, por sus paredes sencillas, han pasado ocho generaciones, quienes se han encargado de conservarla y mantenerla en las mejores condiciones posibles.

En sus exteriores es color blanca con detalles en rojo y azul, mientras que el techo es de tejas. Tiene puertas angostas de madera (que no son las originales) y de la chimenea sale humo que proviene de la cocina de leña. Conocida como la casa y solar Garita Aragón, el sitio es un verdadero museo.

Por dentro se puede apreciar que, tanto las paredes como el techo, fueron construidos con la técnica bahareque, que consiste en cañas amaradas entre sí, para dar firmeza.

Actualmente el inmueble, de aproximadamente 1.014 metros cuadrados, pertenece al historiador Carlos Ramírez, de la octava generación de la familia, quien se ha encargado de ir documentando poco a poco la historia de la casa.

Según las investigaciones de Ramírez, la vivienda fue construida en 1817, aunque la declaración del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural dice que su época constructiva va de 1851 a 1900.

“Esto es una herencia de varias generaciones, que estuvieron acomodadas todas en un mismo lugar y que empezó allá por el año de 1800. Eso es lo más importante: que ha ido amalgamando a toda una familia, entonces es un lugar muy especial. Aquí han venido visitas especiales, como los expresidentes Alfredo González Flores y Cleto González Víquez”, comenta Ramírez.

La casa cuenta con cuatro aposentos: una sala, dos cuartos y la cocina. Esta fue sometida a una remodelación en 1995, por el mismo historiador, procurando conservarla en buenas condiciones.

Las paredes de toda la vivienda están repletas de fotografías, santos, cuadros y objetos antiguos, muchos de las reliquias han sido donadas por vecinos de la zona, quienes conocen sobre la historia del inmueble. Por ejemplo, en la sala, se puede ver una placa de 1897 del Teatro Nacional, así como un escudo de la provincia de Cartago que data del año 1884.

En el cuarto hay una cama que forma parte de la familia desde la cuarta generación. Es muy significativa porque allí falleció una de las bisabuelas.

En la cocina, además, se encuentra un gran horno antiguo de barro. A su alrededor hay ollas de hierro, artículos de losa, planchas antiguas y una cocina de leña.

“Cuando yo me pensioné de profesor de colegio me dedique a la restauración de la casa, duré un año exactamente. Hice esto porque esta es la herencia de mi tía abuela y era mi oportunidad para darle color y sabor a esta casita, sobre todo ahora que ya es mía”, afirma el historiador, quien nació y creció en este singular inmueble.

Debido al gran valor histórico que tiene la vivienda, hace algunos años el profesor Ramírez decidió construir dentro de la misma propiedad una pequeña casa para vivir él, con la meta de preservar aún mejor la joya arquitectónica.

El historiador anhela que el mayor tesoro de la familia se mantenga en pie por muchísimos años más. Por ello ya prepara a su sobrino, Fernando Ramírez, quien como parte de la novena generación, sería el encargado de continuar a cargo del inmueble.

“Es un orgullo tener una casa de 204 años. Por eso nos toca seguir preservando su historia ”, cuenta Fernando, quien vive desde hace un tiempo con su tío y se ha empapado de la historia familiar.

La idea de Carlos y Fernando Ramírez es que, algún día, se pueda abrir el inmueble al público, con visitas guiadas para los visitantes. Con ese objetivo han creado el Grupo Grecas, que busca promocionar este atractivo de Tierra Blanca.

La vivienda, que sobrevivió a los terremotos de 1910 y de 1963, fue declarada Patrimonio Arquitectónico en el año 2015.

Las personas interesadas en conocer el inmueble pueden llamar al teléfono 6134-7477 o bien, enviar un correo a la dirección museoaragon@gmail.com.