Carlos Estrada, el médico sin gabacha que se gana a la gente desde Multimedios

Tiene miles de seguidores en Instagram, es amante de las motos y espera ilusionado al amor de su vida. Así es el sonriente doctor que destaca en la televisión durante la pandemia y que busca ser un digno heredero de la vocación de servicio de su abuelo.

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El carné del doctor Carlos Estrada es el número 103 99, el de su abuelo Fernando Garzona, el 103.

Para este joven médico de 34 años -amante de los paseos en moto y que todas las tardes figura en la sección El diagnóstico, de Multimedios-, esa numeración del Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica no es obra de la casualidad: para él es su abuelo dándole la bendición.

“Yo siempre he pensado que, en todo lo que hago, mi abuelo me acompaña. Cuando me asignaron ese número yo dije: -sí, estoy en lo correcto, estoy haciendo las cosas bien”, comentó Estrada, quien al hablar de su antepasado no deja de sonreír.

Lo curioso es que nunca lo conoció. Al menos no en persona. Sentado en los regazos de su abuela -como cualquier niño que escucha cuentos de superhéroes, sapos convertidos en príncipes y las travesuras del lobo feroz-, el chico Estrada fantaseaba con las sorprendentes historias de un médico que entregó su vida al servicio de los demás.

“Yo pedía escuchar esas historias. Eran increíbles y sin duda me marcaron para siempre. Mi abuelo nunca la tuvo fácil y yo siento que vine a completar muchas cosas que él pudo haber dejado inconclusas. El servicio es mi vocación, tanto como lo era para él”, confesó el galeno, quien dejó el ombligo en Cartago, es un apasionado del fútbol y está seguro que este año el equipo blanquiazul conquistará el ansiado campeonato.

Confía en el goleador Marcel Hernández y en el técnico Hernán Medford para tocar la gloria futbolística, mientras que en otras facetas de su vida se olvida por completo de la pelota para enseñar farmacología en las aulas de la Universidad de Costa Rica (UCR), estudiar para responder las preguntas que hacen los televidentes sobre la covid-19 y atender a sus pacientes en su consultorio privado.

Él es especialista en neumonología y medicina interna, ramas de las que se graduó con honores en la UCR. Además tiene una Maestría en Sueño, obtenida en la Universidad de Murcia, España, lo que lo hace experto en todos los trastornos que se pueden suscitar mientras descansamos por la noche.

A todos sus enfermos los atiende sin gabacha. De igual a igual. Sin poses ni tecnicismos. Lo hace porque sí, porque es diferente, porque el mismo doctor Estrada se autodefine así: “no soy un médico convencional”.

Salido del molde

En una que va y otra que viene, no sería extraño que usted se tope al doctor Estrada comiéndose la carretera. Puede ser que se lo encuentre montando en bici, el ejercicio que más les gusta, o atravesando el país en alguna de las dos motos Ducati que tiene en casa.

No será difícil reconocerlo. Su jovialidad al pedal lo delata y pocos, en medio de la sudada que se pega, logran resistirse a saludarlo.

“¡Qué doc!”, le gritan seguido por donde pasa ‘cleteando’.

En moto -por el casco, la chaqueta negra y la velocidad de las máquinas que maneja-, quizá le sea un poco más difícil reconocerlo. Pero si lo encuentra en una de sus paradas técnicas no dude que algo pasará: sino le concede unos minutos de buena plática al menos le regalará su característica sonrisa.

“Un día, con la moto, tuve un problema con el neumático. Me quedé varado y al rato llegaron unas personas a ayudarme. Al ver que era yo me decían- qué honor doctor ayudarle, jamás pensamos que nos íbamos a topar con usted aquí-. Fue muy lindo el cariño que me expresaron, lo agradecí mucho”, recordó.

No sentirse más que nadie es su lema y, por eso, precisamente, es que nunca ha acostumbrado usar gabacha médica.

“Cuando la gente llega al consultorio muchas veces la atiendo en un sillón, no en el escritorio. Me gusta que las cosas sean así, más de tú a tú. No uso gabacha por lo mismo, porque siento que eso transmite un estigma de que el doctor tiene un poder sobre el paciente y eso no me gusta. El doctor deber ser alguien que se acerca al paciente para orientarlo, nada más”, explicó.

La costumbre de conversar de igual a igual el doctor la lleva a la práctica en todos los campos de la vida. En sus redes sociales –Instagram y Facebook-, mantiene comunicación directa con los miles de seguidores y lleva los consejos médicos a un nivel singularmente aterrizado.

En ese sentido, llama la atención cómo su comportamiento en redes sociales ha venido cambiando a través del tiempo. En Instagram, por ejemplo, sus publicaciones más antiguas se limitaban a consejos médicos en los que su imagen no solía figurar, pero que coincidiendo con creciente popularidad en la televisión abierta, su voz y su físico comenzaron a tomar protagonismo en los posteos que hace.

Se ve que se siente bien cuando los reflectores apuntan sobre él, por lo que pasó a convertirse en una especie de influencer de la medicina. No es que acumule una multitud exagerada de seguidores en Instagram -tiene exactamente 5.700-, pero sí cuenta con muchos más que lo que suele tener cualquier médico en el país.

Se expone a tal punto, que muchas personas en las redes no dudan en piropearlo: -Ayyy sus piernas-, escribe una muchacha colocando dos corazones al lado. Pero más que apreciarle su físico, la mayoría de seguidores agradecen la cercanía y la claridad con que el doctor se expresa. En la sección El diagnóstico, de Multimedios, eso queda en completa evidencia.

En el canal 8, Estrada tiene como encargo comentar las conferencias de prensa que las autoridades de salud emiten por la pandemia de la covid-19. La dinámica es la siguiente: el galeno primero hace un comentario general sobre los últimos datos referidos y, casi de inmediato, se vienen las preguntas y respuestas.

A Multimedios llegó el doctor luego de pasos esporádicos en Buen Día, de Teletica, y otros espacios similares en distintos canales ticos. Un día lo llamaron del canal 8 para lo que se suponía iba a ser una intervención más en la televisión, sin imaginar lo que iba a suceder. Al principio El diagnóstico era un espacio de unos 10 minutos, pero conforme el doctor se fue aplomando y el rating subiendo, se ha llegado a extender hasta por espacio de media hora o más.

“El doctor Estrada, sin duda, se ha posicionado en el canal. Al principio solo lo teníamos como un comentarista, pero cuando ya vimos la reacción que estaba teniendo la gente y el crecimiento de audiencia del doctor decidimos crear la sección El diagnóstico”, comentó Douglas Sánchez, director de Multimedios.

“Entonces, efectivamente, todo tiene ver con un asunto de audiencia e interacción. La gente interactúa muchísimo con el doctor, si te fijas en las redes sociales podrías darte una idea”, agregó Sánchez.

Es que el doctor Estrada tiene uno dotes natos de comunicador. Todo lo explica fácil y sin rodeos, captando singularmente la atención. En otras palabras, se roba el show.

Enfrentar la pandemia

Durante sus apariciones en El diagnóstico, Estrada siempre ha insistido en la existencia de la pandemia causada por el coronavirus, explica sus riesgos y advierte a las personas que deben cuidarse mucho. Sin embargo no es partidario de que la gente se quede encerrada en sus viviendas, a pesar de que la postura oficial del país pedía el #quedateencasa.

“Un día iba yo por San Joaquín de Flores e hice un alto en la bicicleta. De pronto veo que el carro de al lado baja la ventana y una señora me dice: -doctor gracias, gracias, por todo lo que dice en tele. Gracias porque mi mamá estaba muy deprimida en casa, no quería salir por la pandemia y usted la animó”, recordó el galeno.

“Usted no sabe lo que eso significa para mí. Para mí eso que me dice la gente significa todo”, agregó emocionado.

En esa línea, insistentemente, el doctor aboga porque la gente no tenga miedo y no termine cayendo en la tristeza o en una peligrosa depresión.

“Ese es justamente mi objetivo. Yo creo que Dios lo pone a uno en los lugares. Sé que Él me puso ahí para ayudar a mucha gente. Lo tengo claro”, comentó reflexivo el médico, que como tantos otros cartagineses se declara creyente católico y con una espiritualidad que lo fortalece día a día.

“Eso de la historia de la señora no es el único caso. En mis redes sociales me contaron sobre una abuelita que estaba triste, que con solo ver El diagnóstico se ha animó muchísimo y salió de casa. También está el caso de una persona, la cual me decía que se sentía morir con esto de la pandemia. Viendo el espacio salió de eso”, agregó.

Lo más curiosos es que, con el tiempo, El diagnóstico ha mutado. Antes todas las consultas que se hacían en el espacio eran relacionadas con la covid-19, pero ahora el espectro de enfermedades se ha ampliado muchísimo .

En otras palabras, El diagnóstico se convirtió en una especie de consultorio virtual, donde muchas personas que no pueden pagar una consulta privada aprovechan para al menos conocer un criterio médico inicial sobre su posible padecimiento.

“Por lo menos dar algunas recomendaciones que, a uno como médico, no le cuesta dar y que hacen que una persona, tras una pregunta muy sencilla, puede darse cuenta sí debe prestar o no atención a lo que tiene. Eso vale oro”, explicó Estrada, a sabiendas de que ese sentido solidario lo acerca mucho a su gran modelo: su abuelo Fernando.

El doctor Fernando Garzona era salvadoreño y vino a Costa Rica a cuidar a un tico que tenía una fuerte apendicitis. Acá encontró el amor, el mismo por el que el doctor Estrada pudo nacer un día y contar su historia.

Consultorio quemado

No lo sabía en ese momento, pero el paciente con apendicitis a quien el doctor Garzona cuidó con esmero se iba a convertir en su cuñado.

La hermana del enfermo, de nombre Consuelo Meseguer, enamoró al médico a tal punto que nunca más quiso irse. Se casó con ella y se asentaron en Cartago.

Eso no fue impedimento para que el doctor Garzona volviera regularmente a El Salvador a atender pacientes. Como en su país natal había escasez, se llevaba equipo de Costa Rica para aliviar el dolor en otros lares.

“El no hacía medicina comercial, hacía medicina para ayudar. Sin embargo su camino no fue fácil, tuvo muchas dificultades para insertarse en la cultura tica, pues los ticos somos complicados”, comentó el doctor Estrada.

Incluso, al doctor Garzona le quemaron el consultorio en una ocasión. Eran tiempos convulsos por la revolución de 1948 y su lugar de trabajo terminó en cenizas.

El doctor Garzona murió relativamente joven (60 años) y, por eso, el nieto que destaca todos los días en la pantalla de Multimedios se ha propuesto reivindicar su obra.

“Con lo del número del carné te digo: yo no creo que las cosas sean al azar. Nada es casualidad, solo existen historias que se repiten. Para mí el 103 99 significa que yo soy la versión modernizada de mi abuelo, 60 años después”, confesó el doctor Estrada.

“Por eso yo quiere finalizar cosas que quizá él, por morir joven, dejó sin hacer”, agregó.

De la abuelita Consuelo también es justo hablar. Ella fue la dueña de la famosa Farmacia La Central, en Cartago, y es muy recordada en la Vieja Metrópoli por su don de gente y desprendimiento: solía ayudar a las personas que no tenían cómo pagar.

Pero hay más actores en la vida del doctor televisivo. Están sus padres -Carlos y Ercilia-, a quienes considera sus amigos más cercanos, entrañables consejeros y los artistas que esculpieron su ser interior.

Además están sus abuelos paternos -Luis Fernando y Matilde-, de quienes heredó un carácter fuerte, el amor por el futbol y sobre todo la disciplina, que en conjunto construyen la parte más seria de Estrada.

“Digamos que es una mezcla muy bonita la que llevo de ambos lados. Definitivamente forjan el quien soy”, precisó el galeno.

Pero un detalle: la vida del doctor Garzona no se limita a su faceta cómo médico, motociclista apasionado o ficha estrella de Multimedios. En materia sentimental el galeno tiene sus propios anhelos: en este momento, sin ningún temor de decirlo, está a la espera de la mujer de su vida.

Sueños de boda

Ni novia tiene, pero al doctor Estrada le brillan los ojos cuando habla del amor.

No es que esté buscando pareja, afirma el galeno, pero lo que sí es cierto es que la está esperando.

“Yo estoy seguro que para mí existe una mujer especial…Ya llegará el amor que me toca a mí, sé que va a llegar”, comentó ilusionado.

“Estoy en la etapa en que estoy consciente en que quiero formar una familia y no quiero hacerlo muy viejo”, agregó.

Incluso ya piensa en los hijos. Dice que quiere tener dos- ojalá un niño y una niña-, pero por alguna razón intuye que tendría dos chicas “que le sacarían las canas”.

Tanto se ha visualizado como padre de familia que ya practica con la hija de uno de sus mejores amigos.

“Ella es como sobrina. Es la que me da esa idea de ser papá”, confesó.

No es una idea que brota de la nada. Desde hace tiempo el doctor Estrada se ha venido preparando para dar cabida a alguien más en su agenda, a la cual entregarse como es merecido. Por ejemplo, hace unos años renunció a su trabajo en la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) para tener un respiro.

Según Estrada el horario laboral de la CCSS, institución a la que dedicó 11 años, no le permitía tener el equilibrio personal que deseaba.

“Renunciar a la Caja fue una de las decisiones más complicadas que tomé en mi vida. Pero tenía que hacerlo, no me arrepiento. Lo hice más que todo por mi deseo de tener una familia y tener el espacio para ser feliz. Quiero estar con mi esposa, como mis hijos, ser un papá presente y llevarlos a la escuela de fútbol, sí es posible”, afirmó.

Las renuncias también se van al plano sentimental. Acepta que cuando estudió medicina dejó de lado muchas cosas, incluidos algunos amores, pero no se arrepiente. Para el doctor, el momento de comprometerse es ahora.

A la vista de los frecuentes piropos que recibe desde las redes sociales, el doctor mediático aprende aún a lidiar con el reconocimiento.

“Los piropos los agradezco mucho, no me considero un hombre feo. Aunque a veces, tengo que decir, sí ha ocasionado algunos problemas con personas que he salido. De hecho hace un tiempo tenía una novia y no funcionó por las cosas que me escribían”, confesó Estrada.

“Pero bueno, yo en la medida de lo posible trato de manejarlo de la mejor manera. Soy ecuánime, no se me sube a la cabeza eso”, agregó.

Un joven de 60 años

Ni panzón, ni rígido. El doctor Estrada de la tercera edad sería un hombre lleno de energía, en buenas condiciones físicas y con gran entusiasmo por la vida.

Al menos ese es el plan.

“Quiero que la gente me vea a los 60 y diga: -qué joven se ve-. Que sea una persona que siga haciendo deporte, que siga andando en bicicleta. No quiero ser un adulto mayor que la gente diga: -mirá, que mal que está-. Tengo mucha energía y quiero tenerla siempre, para eso se trabaja desde ahora”, explicó el doctor.

De hecho, cuando sueña despierto, el doctor Estrada se visualiza con su eventual esposa paseando en moto como si tuviera 30 y chineando nietos pedaleando por la montaña. Cero sedentarismos.

Pero hay más. Al final de su carrera se ve enseñando en las aulas universitarias, es cierto, pero también haciendo algo que no tiene nada que ver con el universo de la salud: tener una cafetería.

“Es algo que siempre me ha llamado la atención. Una cafetería o un restaurante. Quiero diversificar”, comentó.

Nada de extrañar; pues el médico “no convencional” de Multimedios no es de quedarse orbitando en un solo lugar. Le gusta la acción, ama la adrenalina y los retos que lo pongan a prueba, después de todo así fue como llegó a la tele, el consultorio más grande.