Andrés Borrasé: el decano de la prensa nacional

Durante casi 59 años, Andrés Borrasé fue el director editorial de La Prensa Libre, el diario más antiguo de Costa Rica, lo que le valió un Récord Guinness. Su estela en el periodismo nacional, sin embargo, es más grande que ese digno reconocimiento.

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Don Andrés Borrasé Sanou no está al tanto de la línea editorial que La Prensa Libre maneja en la actualidad. Desde 15 de enero de 2015, aquel periódico del que fue director durante casi 59 años (lapso que recientemente le valió un Récord Guinness) dejó de ser un diario impreso para convertirse en un medio digital, pero don Andrés nunca se sintió realmente cómodo en la era del Internet.

Hoy –en medio de una enfermedad que a comienzos de esta semana lo volvió a ubicar en una camilla del Hospital Blanco Cervantes– ve las noticias por televisión o las escucha por la radio, pero lee muy poco. Y desde luego que no consume las informaciones de La Prensa Libre actual, muchas de las cuales alzan vuelo rápida y fácilmente en las redes sociales.

Según la investigación de la que durante casi dos años formaron parte la empresa Guinness y la familia Borrasé, ninguna otra persona en el planeta ha estado al frente de un medio de comunicación impreso tantos años como los estuvo don Andrés, quien se retiró en 2007, con lo que concluyó una carrera editorial que comenzó cuando él apenas tenía 21 años y el país estaba a punto de transformar su rumbo para siempre, sin vuelta atrás.

Andrés, Mercedes, José, Fernando y Pepe Borrasé en una fiesta celebrada en 1991. / Fotografía: Cortesía de la Familia Borrasé, reproducción de Marcela Bertozzi.

Tres generaciones de La Prensa Libre : Carlos Borrasé Taylor, José Borrasé Rovira y Andrés Borrasé Sanou, durante el centenario del periódico. / Fotografía: Cortesía de la Familia Borrasé, reproducción de Marcela Bertozzi.

1949, el año en el que no se produjeron más monedas de 50 céntimos. 1949, el primer año de un país sin ejército que hasta la fecha se vanagloria de ello. 1949, el año en que todavía se respiraba el recuerdo de unas elecciones presidenciales anuladas y una Guerra Civil trascendental. 1949, el año en el que Andrés Borrasé se sentó en la silla grande de La Prensa Libre con un compromiso por el periodismo y por la democracia aprendido en las calles, no en las aulas.

1949, el primer año de un récord mundial que, por ahora, se queda en Costa Rica.

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La Prensa Libre , “el decano de la prensa nacional” (como el medio se describe), es el periódico más antiguo de Costa Rica. El primer número salió a la venta el 11 de junio de 1889, y su periodicidad informativa se mantuvo intacta en el papel durante 125 años consecutivos.

Uno de los primeros directores de La Prensa Libre fue el venerado poeta nicaragüense Rubén Darío (entre 1891 y 1892, durante su estadía en el país). El diario fue el responsable de publicar la primera información venida de cables en la historia de Costa Rica, en febrero de 1890. Ese mismo año se convirtió en la primera publicación local en pautar anuncios de productos extranje-ros. Durante esa época también fue pionero en la publicación de ilustraciones.

En 1913 llegó a Costa Rica, con 15 años, José Pepe Borrasé Rovira, proveniente de Barcelona, España. Menos de 20 años después, en 1931, Borrasé asumió la dirección administrativa de La Prensa Libre , luego de adquirir la empresa por la alta suma (en ese momento) de ¢50.000. Con Borrasé se levantaron numerosos cambios en la conducción del periódico, y el negocio se hizo cada vez más familiar: era común que sus hijos asumieran labores varias durante su tiempo libre o en vacaciones.

El certificado oficial del Récord Guinness que se le otorgó a comienzos de este año a Andrés Borrasé. / Fotografía: Marcela Bertozzi.

Carlos y su hermana Andrea Borrasé dedicaron los últimos dos años a compilar información para el Récord Guinness. / Fotografía: Marcela Bertozzi.

Uno de esos muchachos que rondaba las oficinas de La Prensa Libre (en San José, al frente de donde hoy se encuentra el edificio del Grupo Extra) era Andrés, cuya pasión por el periodismo se empezó a ver desde que tenía 15 y salía –con envidiable ímpetu– a reportear, fotografiar y hasta redactar variadas informaciones noticiosas.

Era tan impetuosa su evidente vocación de periodista que don Pepe, de cara al cumpleaños número 21 de su hijo, decidió que ya era hora de que asumiera las riendas editoriales del periódico, para ocuparse él de otras cosas. Tan joven se ganó la confianza que en enero de 1949, apenas cumplió la mayoría de edad (21 en ese entonces), se sentó en la silla de director de La Prensa Libre , y de ahí no se bajó hasta hace poco menos de una década.

En un libro de memorias aún no publicado, don Andrés recordó aquel momento de la siguiente manera: “Mi padre me llamó para decirme que me iba a hacer un regalo muy especial por el acontecimiento (cumplir los 21 años), lo cual me puso a vislumbrar que tenía muy cerca un auto nuevo, pero no fue así. Me comentó que él me había visto crecer y responder de buena forma a sus encargos de trabajo, por lo que en esa ocasión quería informarme que depositaba en mí la dirección del periódico que él llevaba”.

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Un sobre blanco y azul, con la leyenda “ officially amazing ” (“oficialmente asombroso” en inglés) llegó a las manos de Carlos Borrasé (hijo de don Andrés) a comienzos de este año. Tenía también impreso el logo de Guinness World Records. Dentro del sobre se encontraba el certificado oficial que le reconoce a Andrés Borrasé su hazaña sin precedentes de mantenerse en la dirección de un medio durante más de medio siglo, reportando la historia de un país al mismo tiempo que se sumaba a ella.

Tras dos años de cumplir con los requisitos (pruebas físicas de su dirección editorial durante cada año, anécdotas de testigos y cartas de personas importantes en el país, como Óscar Arias y Luis Alberto Monge), Carlos visitó a su padre y le mostró el certificado, a lo que él respondió (según recuerda Carlos): “Yo no había pensado en este premio tan a fondo; de verdad que es algo muy hermoso por todos los años que estuve ahí, las carreras, las trasnochadas, que se me molestaron los políticos.

El experimentado Borrasé formó parte de la creación de la Cámara de Diarios Nacionales, en 1991. Lo acompañaron su hijo Carlos y William Gómez. / Fotografía: Archivo de 'La Nación'

La Vivienda en Marcha fue un proyecto que lideró Andrés Borrasé con la intención de construir hogares para familias sin recursos. / Fotografía: Cortesía de la Familia Borrasé, reproducción de Marcela Bertozzi.

“El premio se lo dedico a la libertad, a la democracia, al país, a todo el equipo que me acompañó en La Prensa Libre y a mis compatriotas. Para mí fue un gusto y no esperaba nada a cambio”.

Su hijo Carlos (quien fuera vicepresidente de La Prensa Libre durante 15 años) recuerda que su padre siempre les habló de la importancia de decir la verdad (“había que decirla aunque fuera incómoda”) y de no aceptar presiones económicas ni políticas. “Nos enseñó a servirle al país, defender la democracia a muerte y defender la libertad de expresión. Que si no había agua en un pueblo teníamos que sacar un reportaje para que la llevaran. Que había que señalar los errores de los políticos. Nos enseñó el valor de trabajo, a superarnos y a estudiar”.

Durante las vacas flacas, se acercaron a don Andrés grupos políticos y económicos, a ejercer presión o a comprarle parte de la empresa, pero él nunca quiso ceder. “Aunque yo no tenga socios y tenga que competir con mis colegas de La Nación, Diario de Costa Rica, Excelsior y La República, yo veré cómo hago; pido financiamiento, ahorro lo que pueda y le hago frente a esto”, manifestaba.

No eran solo palabras: Andrés incluso defendió el periódico de un grupo de comunistas que amenazó con atacarlo, y aquello le provocó una herida de bala, en una época en la que el medio fue muy crítico de la gestión del presidente Rafael Ángel Calderón Guardia. Del lado empresarial, también tomó decisiones como compartir imprenta con el diario matutino La República (durante la mayor parte de su historia, La Prensa Libre fue un diario vespertino que se distribuía primero en las tardes y luego a mediodía) para sacarle máximo provecho a los recursos.

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A finales de la década de 1970, con La Prensa Libre como un serio y relevante actor en la prensa costarricense, Andrés Borrasé enfrentó una decisión complicada. Su hijo, José Andrés Borrasé, tenía entre ceja y ceja la idea de producir un diario pequeño, tipo tabloide, que no dependiera mucho de la publicidad y que tuviera un lenguaje mucho más popular que el de La Prensa Libre.

A su padre le preocupaba, pues eran tiempos más conservadores, y la idea de José Andrés tenía enfoque en notas amarillistas, fotos de muchachas con poca tela e imágenes sangrientas. “A mí papá no le sonó mucho al comienzo prestar capital, pero mi hermano insistió mucho hasta que al final mi papá puso el capital y mi hermano puso la idea”, contó Carlos.

Así nació Diario Extra , en 1979. Tras seis meses de pérdidas y pruebas, la fe de José Andrés en el medio seguía a fuego alto, y convenció a su padre de que le prestase a William Gómez (gerente de ventas generales de La Prensa Libre) para colocar mejor el producto en el mercado. Tiempo después, el lema de Diario Extra sería: “el diario de más venta en Costa Rica”.

En la década de 1990, Gómez le compró La Prensa Libre a Borrasé, y así completó su Grupo Extra con dos diarios, un canal de televisión y una emisora de radio. Pero Gómez quería que Borrasé continuara al frente de la línea editorial de La Prensa Libre, y así se lo solicitó. Don Andrés aceptó y eventualmente se retiró en 2007.

En 2014, Grupo Extra cesó la impresión de La Prensa Libre y lo relegó a la web. Así terminaron 125 años de noticias, tinta, papel y el sello Borrasé, y comenzó otra era.

Documentos que celebran la historia de La Prensa Libre y, desde luego, a la familia Borrasé. / Fotografía: Marcela Bertozzi.

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Sin estudiar periodismo (el Colegio de Periodistas le dio un título luego de comprobada su trayectoria, pues la carrera de comunicación no existía cuando él comenzó a ejercer), Andrés Borrasé trazó un surco innegable en el gremio en el país. Manteniendo el respeto por el lema de La Prensa Libre, no sería mentir decir que es don Andrés el verdadero decano de la prensa nacional.