Óscar Washington Tabárez: El maestro que dirige los destinos de Uruguay

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Óscar Washington Tabárez fue maestro y como buen educador deja enseñanzas en felices oraciones futboleras en pantalón largo.

“Las eliminatorias son para sufrir y los Mundiales para disfrutar”, señaló el Maestro con precisión de tiza y pizarra.

Tabárez es uno de esos entrenadores que no necesita de aspavientos o gestos destemplados para darse a entender: no está matriculado en la doctrina de que “la letra con sangre entra”.

Su paso, breve, por el Milan y su relación con Silvio Berlusconi, el hombre fuerte del equipo, lo retrata de cuerpo entero.

No tuvo suerte –como le puede pasar a cualquier técnico–, no tuvo el vestuario de su lado –le puede ocurrir a cualquiera– y Silvio Berlusconi. el hombre fuerte del Milan, no lo tenía en alta estima.

En noviembre de 1996, apenas con tres meses de gestión, le pidieron la renuncia, la puso, dolido pero sin chistar, sabedor de que era la razón menos complicada del club para ofrecerle a los medios de comunicación.

Hace dos años, al Maestro le preguntaron acerca del cúmulo de escándalos en los que anda Il Cavalieri y respondió , sin asomo de revancha: “La vida es un sube y baja, también para Berlusconi”.

Carrera. Este lunes 3 cumple 67 años, está casado, tiene cuatro hijas, una nieta y un nieto.

Simpatizante de la izquierda, una de sus hijas se llama Tania, en homenaje a la guerrillera guevarista de los años 60.

Como futbolista combinó la docencia con su puesto de central o defensa derecho.

Ya tiene 34 años de usar el buzo de técnico en Boca Juniors, Peñarol, Milan y Cagliari, entre otros.

Este año, ajustará su tercer Mundial y no hace drama por el grupo que le tocó: “No sé cual hubiera sido fácil para nosotros”.