Cesare Prandelli dejó el banquillo para cuidar a su esposa Manuela Caffi

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

“¿Cree que se quedará solo?”, le preguntaron .

“Creo que sí”, contestó. “No me imagino estar con otra mujer a mi lado. Pienso que una persona que hemos amado tanto vive dentro de uno, hasta que le toca morir a uno a su vez”, añadió.

El ahora técnico de Italia Cesare Prandelli evaluaba, en una entrevista con el diario La Reppublica de Italia, su vida sin Manuela Caffi, de quien se enamoró cuando ella tenía 15 años y él 18. Se casaron en 1982, ella nunca se perdió un partido de él.

En el 2001, un bultito en un pecho le trastocó la vida a los dos: empezaba una larga lucha contra el cáncer de seno.

Para la temporada 2004-2005, le llegó la mejor oferta como técnico: lo contrató la Roma; pero...

Manuela se agravó y Cesare tomó la decisión de renunciar –con solo un mes en el cargo– para cuidar de ella.

“Ella era mi prioridad. Quería estar cada minuto con ella. Muchos se sorprendieron por mi decisión, pero para mí fue una elección natural. El fútbol a veces tiene miedo a la normalidad”, aseveró entonces.

Manuela se recuperó y en el 2005 Prandelli aceptó la dirección técnica de la Fiorentina; sin embargo, el 26 de noviembre del 2007, ella sucumbió, finalmente.

Arriba. Desde entonces, siempre mira al cielo antes de cada juego...

Aquel 2007, por cierto, la Fiorentina cerró muy bien aquella temporada y se metió a Champions .

En el 2010, tras el papelón italiano, le ofrecen el cargo de entrenador de la Nazionale.

Bajo su mando, Italia cambió y ahora juega al ataque: en la Euro 2012 se habló del Renacimiento italiano para dar cuenta de su transformación (para bien).

Ahora, en el Mundial, no faltará la mirada al cielo.