Redacción
Cuando las primeras fotografías del New York Times captaron a lo lejos la silueta de Eduardo Li, rodeado por dos hombres de saco negro que lo escoltaban hacia un auto polarizado, parqueado a las afueras de un lujoso hotel en Zúrich, Suiza, la Fedefútbol no podía imaginar el terremoto que se aproximaba a miles de kilómetros.
Tuvo que pasar más un año desde la captura de Li para que la Fedefútbol volviera a recibir dinero de FIFA.
Las réplicas del escándalo mundial castigaron la cartera de la organización tica, hasta el punto de verse obligados a mejorar los procedimientos, presentar auditorías externas y mantener una constante comunicación con FIFA para salir de la lista negra y así optar por los fondos que alguna vez les prometieron.
A finales del mes pasado, la Fedefutbol recibió alrededor de $135.000 (¢74 millones), una pequeña parte del monto de $700.000 (¢383 millones) que FIFA prometió entregar al ente antes de la captura de Li, como parte de un premio por participar en el Mundial femenino y para el desarrollo de proyectos deportivos.
"La FIFA lo que hizo fue cerrar con llave por todo lado, hasta revisar a cada país en que hubo al menos un involucrado. Ese proceso ha sido lento pero seguro", aseguró el presidente Rodolfo Villalobos.
El conocido FIFA Gate (la supuesta participación de 40 altos funcionarios en un esquema para enriquecerse a través de la corrupción del fútbol y que es investigado por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos) trajo consigo una serie de medidas a cumplir por las federaciones para que retomen el ingreso de dinero.
Esto se suma a un sacrificio financiero para evitar el descalabro durante el año de sequía de recursos.
El proceso aún no finaliza. A finales de agosto se tiene previsto que funcionarios de FIFA visiten el país para revisar las cuentas y determinen si se les deposita el dinero restante, que son alrededor de $565.000 (¢309 millones).
Los $135.000 (¢74 millones) fueron utilizados para pagar las cargas sociales a la CCSS.
Medidas. Para descongelar el dinero, la Fedefútbol solicitó una reunión ante funcionarios de la FIFA en Zúrich, en la que presentaron los resultados de una auditoría externa y los nuevos procedimientos de control.
Por ejemplo, se prohíbe que un solo dirigente firme los contratos de publicidad. En parte, porque el vínculo entre la Fedefútbol y la empresa de promoción Traffic (compañía investigada por sobornos) lo negoció únicamente Li.
Además, se creó una comisión de auditoría interna que vigila todo lo que sucede dentro de la organización.
Cuando recién se anunciaba lo de Li, el presidente interino, Jorge Hidalgo, solicitó pulir los estados financieros y establecer un flujo de caja semanal que les permitiera organizarse ante una eventual crisis de patrocinadores, a reestringir los gastos y a valorar la capacidad de endeudamiento.
Del mismo modo, se negoció un adelanto en el pago de las televisoras para sostenerse en los meses posteriores.
"Lo que tiene que hacer uno en esos casos es amarrarse la faja y poner el cerebro a trabajar", comentó Hidalgo.
Evidentemente, en el tema político favoreció haber apoyado a Gianno Infantino, que posteriormente sería electo presidente de FIFA y aprobaría el nuevo aporte de ingresos a las federaciones de Concacaf.
Sacrificio. El que no se depositara la plata que se tenía prevista, obligó a sacrificar algunos aspectos deportivos.
En un inicio, no se le pagó a las jugadoras el premio del Mundial y tampoco se finalizó el gimnasio de fútsal en el Proyecto Gol. Se tiene previsto concluirlo a inicios del próximo año, cuando esperan que ingrese todo el dinero.
El próximo 3 de agosto, Li tendrá una audiencia en la que preliminarmente se le daría a conocer la fecha del juicio. Actualmente el dirigente permanece en Nueva York bajo la condición de casa por cárcel. (Colaboró el periodista Kenneth Hernández).