El viaje en lancha es corto, "se dura una hora y 10 en minutos hasta el Puerto, es rapidísimo", asegura el volante Alonso Martínez, recientemente convocado a la Selección juvenil.
Ese es el tiempo que tarda en llegar a la playa porteña desde su natal Isla Chira. Sí, una hora y 10 minutos, y luego espera el bus que lo lleve hasta la Olla Mágica.
El viaje en bote le parece un simple trámite, no así la travesía que conlleva vestir la casaca de la Sele.
Su historia comenzó precisamente cuando un equipo de la isla viajó hasta la casa chuchequera para disputar un partido amistoso; el entonces entrenador Wálter Centeno lo reclutó junto a dos de sus compañeros.
Luego empezó a abrirse un espacio en el PFC, hasta que en esta temporada se ganó un lugar habitual en el banquillo y en las alineaciones titulares.
Al principio, viajaba todos los días desde la isla, pero luego se fue a vivir a la casa club porteña y posteriormente al hogar de su hermano en la zona de Barranca.
Reconoce que la distancia y la exigencia de las prácticas le complica visitar la Isla con la frecuencia que quisiera.
"Uno se acostumbra a cumplir con las prácticas. Todo se trata de cumplir la meta que tengo en mente desde pequeño que es jugar fútbol", reconoció Martínez.
Proyección. Su rendimiento viene en ascenso y de la mano con el gol; en esta campaña perforó las redes en siete ocasiones.
Fue en una visoría que el entrenador del combinado Sub-20, Marcelo Popeye Herrera, lo vio por primera vez y decidió darle una oportunidad en la Tricolor.
"Era mi sueño", reconoce Martínez. En la isla, el fútbol y la pesca son parte del diario vivir de los niños y jóvenes.
Alonso recuerda que al salir del colegio, a las 4 p.m., se dirigía a la plaza a 'mejenguear'; era la rutina diaria.
Según Luis Fallas, técnico de los chuchequeros, Martínez venía precedido por un buen accionar en los Juegos Nacionales de San Carlos en el 2015.
Es habitual que los talentos de la Isla prueben suerte con el PFC luego de destacar en las categorías inferiores.
"Es un muchacho muy veloz, que siempre está cerca del gol y que cuando se le dio la oportunidad supo responder. En este momento está concentrado en mejorar el control de la pelota", apuntó Fallas.
Ayer, ingresó de variante en el fogueo que disputó la Sele frente a Honduras en el Proyecto Gol (caída de 1 por 3).
Su ilusión es ganarse un campo en la base de Popeye y por qué no, asistir al Mundial Sub-20 de Corea del Sur.
Hoy, la distancia que divide al juvenil de la cita mundialista es tan larga como el Proyecto Gol de su hogar en Chira. Su talento y convicción dirán si la peripecia se convierte en un simple trámite.