El retiro de Álvaro Saborío de la Selección Nacional implica para el país perder al último gran hombre de área, un devorador de las redes rivales.
Los números de Saborío le sirvieron como escudo ante las críticas y lo respaldan como la principal carta de ataque desde que se retiró Paulo Wanchope.
Álvaro acumuló 33 goles en 106 cotejos, con lo que su promedio fue de 0,31 por encuentro. En comparación con Wanchope, la media se quedó corta, ya que Paulo consiguió una cifra de 1,6. Según datos del perioditsa Gerardo Coto Cover.
Sin embargo, respecto a las figuras con las que ha tenido que compartir camerino, el actual jugador del D. C. United de la MLS los supera sin problema.
Marco Ureña, delantero del Brondby danés, es el futbolista que más se le acerca a Sabo, debido a que acumula un promedio de 0,24 gracias a sus 42 duelos y 10 celebraciones.
Por su parte, Bryan Ruiz y Joel Campbell tienen 0,17 y 0,13, respectivamente.
Hernán Medford, uno de los entrenadores que más impulsaron la carrera de Sabogol, fue claro en que solo ve a un futbolista con las características para reemplazar al delantero.
“Yo, un día de estos, hablaba con gente de fútbol y creo que sí hay preocupación en la ofensiva, porque esas condiciones las tienen muy pocos futbolistas. Siento que, en este momento, el único sustituto es Yendrick Ruiz”, manifestó el timonel de Herediano.
Medford recalcó en que un delantero de área siempre es importante en un equipo y lo mismo opina Jeaustin Campos.
“Pienso que en los últimos años no era muy frecuente en la titular, no participaba tanto, pero en ciertos duelos es cierto que se necesita un biotipo similar al de Álvaro y en el país creo que ese campo lo puede asumir Yendrick o Geovanni Clunie”, detalló.
En principio, pareciera que la principal carta para tomar el papel del delantero es el florense Ruiz, quien tiene poca experiencia en el plantel nacional.
Yendrick solamente tiene cinco encuentros con la Sele y todavía no marca con la Roja.
Rodrigo Kenton, entrenador que debutó a Saborío en la Selección Mayor en el 2002, contó que desde el primer entrenamiento en que tuvo al atacante, notó que poseía características diferentes. “Es una situación a la que se enfrenta el fútbol costarricense desde hace tiempo.
”Cuando Saborío me llega a la Olímpica, él era único con esas condiciones y yo pensé: ‘Es un diamante en bruto’”, recordó.
Kenton expresó que es una pérdida importante para Costa Rica y que, en ataque, hay una tarea pendiente para encontrar respuestas cuando el juego exija una versión aguerrida y de fútbol de contacto en ofensiva.