Óscar Ramírez: ‘No me gusta el matonismo en mis equipos’

Macho asegura que en sus planteles ningún jugador se cree más que el otro

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De jeans , camisa de cuadros, bigote y un dije de Cristo rodeando su cuello. Con su lenguaje coloquial imperdible, tan auténtico como su risa agazapada y sus enredadas respuestas. Así es el Macho, el mismo de siempre, ahora con la mirada de todo un país encima.

En la Sele su código tampoco cambia; puede perdonar un error, pero no a los futbolistas que se crean más que el resto, “aquí nadie es más ni menos”, recalca.

Asegura que ni siquiera conoce la casa de Johnny Acosta, pese a que es un hombre de su entera confianza. “Yo doy un espacio”.

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En 15 minutos, Ramírez habló ayer con La Nación.

¿Cómo es su relación con los líderes del equipo?

Cordial, ha sido una buena relación. Ese primer encuentro es más que todo para venderles mi idea, luego en la cancha es donde uno se realiza más al ver el accionar. Me dejaron buena impresión los muchachos. De hecho, Bryan Ruiz y los capitanes me dijeron que estaban conmigo desde un principio y eso tranquiliza.

¿Considera adecuado que los futbolistas sean sus amigos o prefiere guardar la distancia?

Yo creo que hay momentos. A mí me gusta mucho que el jugador se involucre en la idea. Yo los cuestiono y utilizo el video para que vean los aciertos y los errores. El hecho de que ellos me transmitan lo que sienten es importante. También hay personalidades, hay jugadores que hay tener más distantes, mientras que a otros más bien hay que buscarlos para que hablen, porque son tímidos. Esa parte de sensibilidad es muy importante. Conozco a la mayoría y eso ayuda.

¿Ejemplifica el llamado de Johnny Acosta y Ariel Rodríguez que usted es un técnico al que le gusta tener hombres de confianza?

Tal vez saben aplicar más lo que uno quiere. Es un tema de que ellos entienden la idea. Hay gente que confunde los términos, por ejemplo, Ariel Rodríguez maneja muy bien lo que yo quiero con los volantes, él supo captar mi idea y puede ayudarme mucho; Johnny también. Sé que ellos hablan con los otros jugadores y se preguntan cosas. Eso acelera el aprendizaje.

Entonces, ¿ellos son jugadores de confianza en la parte táctica, no es una cuestión de amiguismo?

Así es. Por ejemplo, yo no conozco la casa de Johnny Acosta. Por ahí dijeron otras cosas de Armando Alonso en un asado (risas), pero en realidad yo en esas cosas me distancio. Si hay un asado compartimos todos, pero me gusta darle un espacio a los futbolistas. Por ejemplo, a mí no me gustar entrar al gimnasio, porque yo sé que hablan cosas entre ellos y necesitan privacidad. Yo eso lo viví y lo respeto mucho.

Un sector de la afición tiene dudas con la llegada de Alejandro Larrea, sobre todo porque no es un técnico con grandes atestados. ¿Por qué lo eligió a él?

Es que no se trata de tener un gran palmarés, sino de que comulguen con la idea de uno. Alejandro siempre anda buscando qué mejorar y va mucho con lo que yo busco. Tenemos un montón de noches de estar viendo detalles. Yo lo quise llevar a Santos y también a Alajuela, pero por un tema de presupuesto no se pudo. Ahora se da esta situación y es la decisión que tomé.

¿Qué se le cobra a Mauricio Montero en la Federación?

A Mauricio lo contemplé, incluso lo llamé tres veces, pero ya el espacio de trabajo era muy corto. No es cuestión de cobrar. Y en Alajuela no sé qué pasó, habría que preguntarle a ellos.

¿Alguna vez le dijeron que no podía traer a Mauricio Montero a la Selección Nacional?

No. Fue decisión mía.

¿Cuáles reglas de camerino son obligatorias para Óscar Ramírez?

Creo que la responsabilidad implica el horario, el respeto al compañero. A mí me gusta que esto sea una familia, que aquí nadie se crea más ni menos. No me gusta el matonismo en mis equipos. Yo soy muy flexible, pero si veo que algo atenta contra el grupo, aplico las normas.

Que eligiera a Patrick para atajar ante Brasil, ¿quiere decir que es el segundo portero del equipo en este momento?

La verdad yo iba con Keylor por lo que estaba pasando y quería que él sintiera el apoyo. Luego se dio la situación particular de él (ausencia) y decidí utilizar a Alvarado en casa, porque casi no había tenido la oportunidad de sentir ese apoyo emocional. Ese era un tema que venía conversando con Wanchope. Por eso jugó Patrick ante Brasil.

¿Le preocupa que Giancarlo González fallara con la Sele y luego volviera a hacerlo en el Palermo, o lo ve como circunstancial?

Creo que me equivocaría si comienzo a cuestionar a Pipo porque él es fundamental y fue uno de los mejores jugadores del equipo en el Mundial. Yo tengo que hablar del error con él para que corrija, porque sin duda es un baluarte.

Joel, Júnior, Alvarado, Ureña y Gamboa no juegan en sus clubes. ¿Cómo analiza estos casos?

Yo creo que se debe desmenuzar cada caso. Por ejemplo, los que juegan en Inglaterra, al día siguiente de cada partido tienen práctica y yo les insistí que había que entrenar a alta intensidad para no resentir tanto el tema de la falta de ritmo. Con Ureña hablé y él me dice que va con todo. Júnior no juega, pero está entrenando fuerte.

¿Hará más pruebas antes de disputar la eliminatoria?

Si al equipo le va bien con los resultados de noviembre, tengo un espacio importante para renovar a alguna gente, sin embargo, necesito un espacio más amplio. Hay que buscar a los muchachos de 20 años que están por ahí destacando e incorporarlos al grupo para que nos ayuden en el mediano plazo.