Estar en el juego de la clasificación al Mundial es un privilegio que le ha tocado vivir a pocos futbolista de Costa Rica. El más afortunado ha sido Michael Umaña, pues de clasificar al Mundial, este viernes, sumaría su tercera fiesta de clasificación.
"Para mí es un sueño estar en la selección y estar a las puertas de clasificar a un mundial, aún más. Me motiva que a mi edad tenga esa oportunidad", explicó Michael Umaña.
La euforia y la fiesta que se vive al clasificar al Mundial es un momento único en la vida de un jugador; a Umaña le tocó esta experiencia por primera vez con apenas 23 años, siendo uno de los nuevos valores en una selección plagada de experiencia que ya contaba con una Copa Mundial.
Umaña estuvo en la banca el 8 de octubre de 2005, cuando Costa Rica goleó 3-0 a Estados Unidos y materializó su pase al mundial de Alemania 2006.
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El zaguero corrió hasta la esquina del marco sur del Estadio Ricardo Saprissa para celebrar con todos sus compañeros el tanto de Paulo César Wanchope a los 34 minutos. La alegría de Umaña era notable en su rostro; era un joven que se acercaba a su primer mundial.
Con el tanto de Carlos Hernández a los 88 minutos Umaña celebró primero con Wanchope, quien ya descansaba en la banca de suplentes y después se fundió en un abrazo con el asistente César Eduardo Méndez.
Ocho años más tarde, Umaña con 31 años vivía una realidad diferente, pues era un jugador consolidado en la selección que dirigía Jorge Luis Pinto y le tocó celebrar la obtención del boleto en suelo extraño.
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Umaña disputó los 90 minutos —como sucedió en gran parte de la eliminatoria— en el juego que Costa Rica igualó 1-1 en Jamaica.
El tanto de Rándall Brenes a los 74' llevó a Umaña a recorrer toda la cancha para abrazar al delantero y correr junto a él para celebrar.
Sin embargo, no todo ha sido bueno para el zaguero en estos duelos, ya que en el 92' perdió la marca de Jermaine Anderson y este marcó el 1-1 para los locales, postergando la celebración de los nacionales.
Umaña y toda la Selección Nacional esperaron poco más de una hora para desatar su algarabía por el pase al mundial (al conocer resultados de otros partidos), pero eso no impidió que la fiesta fuera enorme en el camerino y el hotel de la Tricolor en Kingston, Jamaica.
Hoy, Michael Umaña es un veterano de 35 años, haciendo sus últimas armas en la Selección Nacional, pero con el sueño intacto de llegar a su tercer mundial mayor.
"A mí me invita seguir luchando, entregándome al fútbol. Faltan algunos meses para el Mundial y falta sellar el boleto para Rusia 2018, pero eso son cosas que te motivan", destacó Umaña.
El defensor disputó los 270 minutos del Mundial de Alemania 2006, enfrentando a Alemania, Ecuador y Polonia. En Brasil 2014 jugó 390 minutos, en los partidos ante Uruguay, Italia, Grecia y Holanda; solamente estuvo ausente por decisión técnica ante Inglaterra.