Luis Enrique: ¿Payaso o provocador español?

Al seleccionador de España algunos lo odian tanto que no les importaría un fracaso de la Furia Roja, a cambio de ver al asturiano derrotado.

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El técnico de la Selección Española divide a su país por sus decisiones futbolísticas y mediáticas. Así que algunos lo odian tanto que no les importaría un fracaso de la Furia Roja, a cambio de ver al asturiano derrotado.

Después de cinco temporadas como jugador madridista, pasó a las filas del Barcelona, celebró los goles azulgranas frente al Real con beso en el escudo y, desde entonces, el rencor se alojó en la parroquia blanca.

Para peores, asumió el banquillo catalán después de Guardiola y sumó 9 títulos, entre ellos un triplete (Liga, Copa y Champions), prolongando un periodo de avasallador dominio sobre el equipo de los galácticos capitalinos.

Sin ocultar su amor blaugrana, Luis Enrique es un purgante para el madridismo, incluyendo a la numerosa prensa que respalda al elenco de Florentino Pérez. Su predilección por jugadores del Barcelona y desinterés por los del Madrid ( Solo Asensio y Carvajal visten la roja en este Mundial) aderezan esa relación tirante con el pueblo blanco.

Con la prensa no se lleva mejor. Tajante, directo, provocativo y egocéntrico. Las respuestas suelen llevar un poco de toda esa personalidad que irrita a muchos, pero que igual cautiva a sus seguidores.

Ha sabido liderar un cambio generacional difícil con bastante éxito. Una semifinal en la Euro, segundo puesto en la Liga de Naciones del 2021 y repite para la final por jugarse de la presente edición. Así que no tuvo empacho en decir, al anunciar la lista a Qatar, que no hay mejor seleccionador que él.

El disparo mortal en esa guerra con los medios lo ha dado en los días previos al Mundial. “Streamers del mundo, apartaos que voy cuesta abajo y sin frenos”, anunció en su cuenta de Twitch, desde la cual todos los días abre una ventana directa con los aficionados, robándole titulares y el sueño a los reporteros.

La gente le pregunta qué cenó, cuáles son sus favoritos al título, cómo anda de humor, quién es el más bromista de la Selección y él contesta sin tapujos a los más de 60.000 seguidores que atienden a la cita. “Si no gana España el Mundial, que lo gane Messi”… Una nueva herida al corazón blanco, que apuesta por Brasil y su Vinicius Junior.

“Seguramente esta es mi terapia”, explica la decisión de conectarse con sus seguidores, eliminando filtros y negando entrevistas a los medios, salvo las conferencias obligadas por la FIFA.

Los dardos mediáticos lo acusan de narcisista, de robarse el show, y de construir una Selección que no es tal, sino el Club de Luis Enrique. No toleran el papel de estreamer asumido por el seleccionador y aprovechan cualquier pifia para ponerlo en el paredón.

La principal fue confundir a nuestro país como suramericano. “El lapsus de Luis Enrique que enciende a Costa Rica”, tituló Marca, el diario más madridista de España. Al reclamo de Francisco Calvo le siguió una disculpa del seleccionador, por la que el ICT debe estar muy contento. Mencionó un viaje de seis años atrás a Cóbano, en Santa Teresa, y dijo haber disfrutado mucho de la comida y el clima.

“El eslogan de ¡Pura vida! lo llevan claramente tatuado en la piel”. Ahora solo falta que nunca más olvide a la pequeña nación centroamericana y la lleve eternamente adherida a la memoria, por ser la inesperada victimaria de su roja selección.