Una indígena de 19 años y madre de dos hijos reta la supremacía de la reina de la Carrera del Cerro Chirripó

La joven Noily Salazar, quien corre desde los 14 años las competencias de montaña, vive cerca de Sitio Gilda, en el alto Talamanca, al igual que la multicampeona Andrea Sanabria

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Vive a un día de camino del asentamiento indígena de Sitio Gilda, en alto Talamanca, y es madre de dos hijos. Noily Salazar Murcía, sin duda una de las corredoras más fuertes de montaña, por primera vez competirá en la Carrera al Cerro Chirripó, en su edición 2019.

De acuerdo a la reglamentación del evento, la prueba solo pueden correrla mayores de 18 años, por lo que la joven indígena no había podido tomar la partida en anteriores oportunidades.

Sin embargo, en el 2019 surge como la mayor rival de Andrea Sanabría, quien es la actual multicampeona de la competencia de 34 kilómetros, que se realizará este sábado 23 de febrero y, como es costumbre, saldrá de San Gerardo de Rivas, llegará a Base Crestones y retornará al punto de partida.

Noily ganó la Carrera del Cerro Ena en el 2017 y en este 2019 conquistó la Carrera de Herradura. En 2016 había conquistado la Carrera de las Aguas Eternas. Durante el 2018 no pudo competir la del Chirripó debido a que esperaba a su hijo menor.

Pedro Barrantes, dueño de la Marisquería don Beto en Pérez Zeledón y quien patrocina al grupo indígena con uniformes y zapatos, recordó que desde que era una adolescente Noily mostró mucho talento e incluso en otras carreras ya derrotó a Andrea Sanabria, la llamada Rein del Chirripó; lo hizo en la carrera del Cerro Paraguas y en la de Santa María Brunca, donde le permitieron participar, a pesar de ser menor de edad.

“Ella corre desde los 14 años. Desde muy niña caminaba dos días por montaña, junto a su papá (Yali Salazar) y su madre (Zenobia Murcia) para ir a la carrera, pues ellos fueron parte del primer grupo de indígenas que compitieron. Allí nació en ella la pasión por correr”, explicó Barrantes.

El empresario recordó que hace tres años una serpiente terciopelo mordió a Yali mientras trabajaba, por lo que estuvo a punto de perder la vida y Noily se asustó mucho. Sin embargo, ella ha continuado corriendo y velando por sus dos hijos junto a su esposo.

“Noily tuvo que bajar de la montaña el fin de semana anterior, pues su hija menor se enfermó, por lo que tuvo que hospitalizarla un par de días. Según entiendo, estuvo unos días mientras la atendieron. Ya ahora está en el sector de Grano de Oro, por Turrialba, pues no se devolvió hasta su hogar, debido a la distancia. Para ellos sería imposible regresar para la carrera”, explicó Barrantes.

De acuerdo al empresario generaleño, la intención siempre ha sido colaborar con los indígenas y darles lo mejor. Incluso él organiza una pequeña fiesta para las familias de los que descienden de la montaña para competir.

“Nosotros queríamos que ella y el resto del equipo de los indígenas llegara a Pérez Zeledón al menos una semana antes para realizarles exámenes y pesajes para que llegarán bien preparados a la carrera, pero al tener que cuidar sus animales y los cultivos no llegaron hasta este jueves para correr el sábado”, comentó Barrantes.