Tiquito busca triunfo que lo ponga en ruta a un título

Bryan Vásquez procura recuperar su cetro interino y nuevo chance mundialista

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En el primer relato de 12 rounds. Cuentos de boxeo (Editorial Lea de Argentina, 2012), se deja en claro la importancia de un gesto en este rudo deporte; uno de ellos, la forma de levantarse tras una caída a la lona.

Bryan Tiquito Vásquez no tocó tierra el pasado diciembre cuando perdió ante Takashi Uchiyama, pero sí salió con una caída que le tumbó el invicto profesional, le dejó sin su título mundial interino, les esfumó el sueño de ser monarca en propiedad de las 130 libras y lo hizo regresar a la libreta de apuntes.

En febrero anterior volvió a subirse a un ring y despachó al dominicano Luis Ernesto José, quien tenía poco que dar y, por lo tanto, no era rival de fuste para calibrar su vuelta a la acción.

Por dos razones, el combate de esta noche se verá qué tanto se levantó el Tiquito de aquella caída sufrida en la Noche Vieja, allá en Tokio: una, el rival; otra, lo que está en juego en el tinglado.

Vásquez se topará con René Superchirizo González, de Nicaragua, en la pelea estelar de la velada K. O. a las Drogas, auspiciada la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), que se celebrará a partir de las 7 p. m. en el BN Arena de la Ciudad Deportiva de Hatillo.

Tiquito llega a esta pelea como segundo del mundo de esa organi zación para esa división. Su contrincante lo hace como tercero.

La riña tendrá en juego el fajín interino de las 130 libras de la AMB y el ganador tendría el camino despejado para combatir contra el japonés Uchiyama.

Se espera que ese choque se inicie a las 10 p. m.

González es un rival de cuidado, que llega con un cartel forjado en México –potencia latinoamericana del pugilismo– y con cuatro coronas regionales en su hoja de vida.

Nunca ha peleado por un título del mundo y, en este momento, es el pegador costarricense quien le estorba en ese objetivo.

Vásquez ya peleó por un título de ese calibre y aquella derrota ante el nipón le dejó una cicatriz que se le hace herida nueva cada vez que la piensa.

Subirá al ring pensando en conquistar una nueva oportunidad; en este momento, es el Superchirizo el que se le mete en ese camino, en la segunda oportunidad que busca.