Ligia tapó bocas en el pico del Mont Blanc

Acabó tercera en competencia de la que fue rechazada hace un año por ser tica

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Conforme se acercaba a la meta, acompañada de un competidor español, Ligia Madrigal tuvo la mejor prueba de que estaba por hacer marcaría historia... su historia.

“Usted es de Costa Rica”, le dijo el ibérico sorprendido.

“Sí, claro”, respondió ella.

“¿En Costa Rica hay montañas? La veo muy fuerte, allá atrás viene una española que gana competencias en mi país y usted le viene ganando”, añadió extrañado.

“Sí, hay muchísimas montañas”, volvió a responder Ligia.

Tras la breve charla, Madrigal, de 40 años, atravesó la línea de meta y, con su tercer lugar en la categoría de veteranas, y 17 en la general, terminó de sorprender a aquellos que no creían en su capacidad dentro de la Ultra Trail de Mont Blanc, prueba de carrera en montaña catalogada como la más dura del mundo.

La Ultra Trail de Mont Blanc tiene salida en Chamoix, Francia, en la frontera con Suiza, y a partir de ahí se recorren 166 kilómetros por los picos del Mont Blanc, pasando por suelo francés, suizo e italiano.

No fue solo al español a quien tapó la boca, sino a la misma organización de la carrera, la cual el año anterior le negó el derecho de correr porque “no creían que en Costa Rica hubiera alguien con condiciones para soportarla”.

“Soy la primera centroamericana que corre esta prueba. Acabar tercera es algo que no esperaba, esto es lo más difícil que he hecho en mi vida, me siento feliz de haber terminado así”, expresó Madrigal el lunes desde Ginebra, Suiza.

Con voz entrecortada, pues una gripe le atacó al finalizar la travesía, la atleta indicó que la mayor dificultad durante la competencia fue el lidiar con la menstruación.

“Siempre he tenido problemas en la salida, pues me dan dolores estomacales que me se quitan como a los 40 kilómetros, pero esta vez no se me quitaba y cada vez me sentía peor, vomité en el 30. Además, en el puesto de los 75 km no pude ver a mi esposo y seguí bastante mal”.

A los 100 km me senté a llorar, pero continué, a los 120, en el puesto de asistencia, vi a mi esposo (Federico Escalante), hablamos y me dí cuenta que estaba en “esos días” de las mujeres, después de ahí supe como enfrentar el dolor”, señaló.

Al podio. Consciente de su estado, Madrigal empezó a mejorar y pasó del décimo al tercer lugar de la categoría en los últimos 46 kilómetros.

“Comencé a recuperar posiciones, me faltaban tres cuestas, en el primer pico gané dos puestos, en el segundo también y así hasta llegar al tercer lugar, a la última que le pasé fue a una española”.

Al final ella cronómetro 34:29:40 horas; en veteranas ganó Emma Roca, de España, con 24:48:14.

“No hubo planos, era ascenso o descenso, y técnicos, se hizo un ascenso vertical de 9.500 metros, esto es lo más duro que hay”. La historia se escribió; las bocas, calladas.