Hanna Gabriel llora de emoción al conocer que sale victoriosa de su combate más doloroso

La boxeadora Hanna Gabriel narra los duros momentos que vivió en los últimos meses, tras dar un adverso positivo en una prueba antidopaje, y su lucha por demostrar su inocencia

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Hanna Gabriel no pudo contener las lágrimas al conocer hace una semana la resolución del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), donde demostró su inocencia respecto al uso del spray Neo-sept, que contiene clostebol, un esteroide sintético prohibido por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y el Comité Olímpico Internacional (COI).

El resultado adverso y la suspensión del boxeo la sumió en una profunda tristeza, privándola no solo de la esperada revancha con la estadounidense Cleressa Shields el 3 de junio pasado, sino además de uno de sus títulos mundiales.

En aquellos instantes sintió que el mundo se le venía encima. No obstante, insistió en su inocencia al asegurar que nunca utilizó sustancias para mejorar su rendimiento deportivo.

Es por eso, que al conocer el veredicto, lloró con su familia, en su casa en Ciudad Colón. Se desahogó y le dio un nocaut a las murmuraciones y a aquellos que la juzgaron y le dieron la espalda.

La atleta costarricense ahora está ansiosa por demostrar su valía a los 40 años, dejando atrás los días en que estuvo sumida en la incertidumbre tras el resultado adverso, cuando no tenía claro su futuro.

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Aún así batalló para probar que el uso del spray fue para la cicatrización de la cesárea de su perrita, no para mejorar su desempeño en el cuadrilátero.

La primera campeona del boxeo femenino en Costa Rica ahora se siente aliviada al conocer, seis meses después, la resolución del CMB. Fue una lucha diaria la cual le afectó emocionalmente, llevándola a dudar y no querer seguir entrenando.

Hanna Gabriel vivió momentos de mucha angustia

Durante los malos tiempos, contó que el respaldo de su esposo y entrenador, Bryan Tiquito Vásquez, así como el cariño de su hija Mía, fue su mayor sostén. Afirmó que enfrentó momentos dolorosos, pero ahora, más que nunca, confía en Dios y en que todo va a mejorar.

“Fue una experiencia muy dura. Pasamos muchas noches sin dormir. Mi familia atravesó momentos complicados por la pandemia, y la pelea representaba la oportunidad no solo de volver a pelear, sino también de liberarnos de compromisos económicos adquiridos durante la preparación del combate. Sentimos que el mundo se nos vino encima”, confesó Gabriel.

Hanna recuerda la nobleza de su hija, quien al verla llorar trataba de consolarla, aunque sin entender exactamente el motivo de la tristeza de su mamá.

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Para la pugilista costarricense, el combate ante la estadounidense Claressa Shields tenía mucha importancia. No solo era la revancha, sino era la oportunidad de probarse que podía ser competitiva y para lo cual se estaba preparando bajo la supervisión de esposo y entrenador.

“Esa era mi revancha. Estaba convencida de que podía ganar. Estaba fuerte y con gran convicción. Sé que no soy una chiquilla, y por esa razón era importante para mí vencer a Claressa. Sentí que era el momento, y cuando sucedió lo del resultado adverso, sentí que me lo habían quitado todo, que me habían negado la oportunidad de demostrar que aún puedo ser campeona del mundo”, enfatizó Gabriel.

Hanna había perdido por decisión el 22 de junio de 2018 ante Shields, en un gran combate en el que incluso había enviado a la lona a la estadounidense. Esa reyerta fue catalogada por los expertos como la mejor pelea femenina de ese año por el CMB, por lo que la revancha siempre fue una opción.

Desde aquel enfrentamiento la tica había realizado solo tres peleas. La última vez que subió al cuadrilátero fue el 16 de abril de 2021, cuando derrotó a la mexicana Patricia Gaytán, coronándose monarca de peso medio de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y peso completo del CMB, después de dos años sin pelear debido a la pandemia de la COVID-19 y una lesión en su brazo izquierdo.

Con un récord de 21 peleas ganadas, dos derrotas y un empate, y contabilizando cinco títulos mundiales, en cuatro categorías diferentes, Hanna asegura que aún tiene cuerda para subirse al ring y dar “guerra”.

“El boxeo es mi trabajo. Jamás haría nada para dañar la imagen del deporte y la mía. Pero tampoco iba a dejar morir a mi perrita y sus cachorros. Muchas personas lo entendieron y otras no. Sin embargo, logramos demostrar que nunca utilicé nada para sacar provecho. Me dolió mucho porque muchas personas me juzgaron y señalaron, pero Dios y el tiempo me dieron la razón”, añadió Gabriel.

Ahora, el siguiente paso de Hanna será volver al cuadrilátero, buscar una nueva pelea ante Claressa Shields y demostrar que aún le quedan al menos dos años de carrera. También espera en el futuro luchar por sus derechos como boxeadora y mujer, y abogar por exámenes antidopaje más exactos y contundentes para evitar perjudicar a los atletas.