Generaleña supera muerte de su madre y grave accidente para correr la Vuelta Ciclística Femenina

La corredora Alondra Granados, del equipo del equipo Santini Costa Rica, dejó atrás el dolor del fallecimiento de su mamá y un aparatoso choque durante un entrenamiento

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

En su ojo izquierdo, Alondra Granados Boniilla aún tiene las secuelas de su accidente de tránsito que por poco la deja sin participar en la Vuelta Ciclística a Costa Rica Femenina, que se realiza desde el jueves en su natal Pérez Zeledón.

Hace mes y medio Alondra impactó de frente contra un vehículo en un puente camino a Puriscal y cayó al cauce de un río.

Increíblemente la corredora del equipo Santini Costa Rica no tuvo lesiones de consideración, solo un fuerte golpe en su pómulo izquierdo y algunos raspones. Ninguno que la incapacitara para no estar en la Vuelta a Costa Rica Femenina.

“Fue un milagro. porque tengo un ángel de la guarda que me está cuidando desde el cielo. Gracias a ella estoy aquí con vida. Fue muy triste para mí y mi familia, pero logramos superar esa situación. Ella nos acompaña día a día en cada entrenamiento”, expresó Granados mientras sonríe tímidamente.

El ángel del que habla Alondra es su madre, Marjorie Badilla, quien falleció en mayo del 2021 a causa de la covid-19, lo cual fue un duro golpe para la joven y su núcleo familiar. Alondra asegura que fue su progenitora quien la cuidó y acompañó para que el accidente no fuera aún más grave.

“De verdad es un milagro que esté viva y que pudiera correr la Vuelta a Costa Rica Femenina. Había entrenado muy fuerte”, confesó Granados.

“Del accidente recuerdo que iba camino a Puriscal y en un puente un vehículo también ingresó al mismo tiempo. No pude esquivarlo y del golpe perdí la consciencia. Lo que recuerdo es estar en el fondo y la gente tratando de animarme mientras llegaba la ambulancia”, dijo Granados.

Alondra soñaba con ser protagonista en su tierra, dar pelea en la clasificación general; sin embargo, tras el incidente, se concentró en participar, disfrutar del evento con sus compañeras y dar gracias a Dios por no solo permitirle competir, sino por estar con vida.

“Gracias a Dios solo me quebré un diente y el accidente me dejó el rostro muy inflamado. Tuve que comer alimentos blandos y tener reposo por tres semanas. Perdí todo el proceso para la Vuelta y aunque en un principio pensé en no correrla, finalmente me decidí porque significa mucho recibir la Vuelta en mi cantón y saber que mi familia y amigos me están apoyando es muy bonito”, reiteró Granados.

Alondra Granados y sus hermanos ciclistas

El ciclismo es una disciplina que Alondra lleva en la sangre, pues sus dos hermanos también lo practican y salen juntos a rodar, acompañados por su mamá que los vigila desde el cielo.

“Mi hermano mayor, Kevin Granados, es ficha del equipo Colono Bike Station Kölbi y Alejandro, el menor, fue campeón de ruta de la categoría Sub-23 este año. Yo estoy en el ciclismo por ellos, quienes me impulsaron y motivaron para empezar a entrenar. Me dije, bueno, yo quiero probar y al final creo que no salimos tan malos para correr”, bromeó la generaleña.

Alondra Granados y su familia, quienes viven en Villa Ligia de Pérez Zeledón, aseguran que tratan de ser muy disciplinados y responsables. Se cuidan mutuamente porque saben que es lo que a su madre le hubiese gustado.

“Todos nos levantamos temprano. Salimos a entrenar juntos, luego llegamos a casa, desayunamos y descansamos. En mi casa solo hablamos de ciclismo todo el día. Esa es nuestra forma de vida. Además, estudio terapia física y sé lo difícil que es para un atleta de alto rendimiento combinar los estudios, el descanso y una buena alimentación, pero es un sacrificio que vale la pena”, añadió Granados.

La joven de 22 años destacó que debido a su inactividad sufrió problemas estomacales en la primera etapa y en la contrarreloj del viernes dio su mayor esfuerzo para recuperar tiempo.

“No estoy como quisiera, pero lo importante es que pude llegar a la Vuelta, a pesar de mi accidente. Detrás de este proceso está mi familia, en especial mis abuelos que nos apoyan mucho, mi madre que está en el cielo y mi padre, Julio Granados, que siempre nos alienta a seguir en el deporte a pesar de todos los obstáculos”, aseguró Granados.