Fue solo hace siete años cuando Kobe Bryant fue tildado por Phil Jackson de “incontrolable”: la actitud rebelde y egocéntrica de la superestrella de los Lakers colmó la paciencia del Maestro Zen.
De hecho, muchas de la razones para que Jackson dejara a los angelinos, en el 2004, tenían una raíz común: Bryant.
En el 2005, Jackson regresó y el feeling entre ambos fue distinto; Kobe se disciplinó tácticamente y Jackson fue más paciente.
Con el retiro del coach de los Lakers, pareciera que aquellas palabras nunca fueron dichas.
El 11 de mayo, Bryant le dio el cerrojazo oficial a su temporada con un sentido homenaje a su exentrenador.
“Crecí con él. La manera en que veo las cosas, la manera en que pienso, no solo en el baloncesto, sino en la vida en general, vienen de él. Es un poco raro para mí pensar en cómo será el año que viene”, comentó el astro.
Bryant fue uno de los que levantó el teléfono, más de una vez el año pasado, para convencer a Jackson de que regresara a dirigir en esta temporada.
“El 11 es un número raro. Hay que buscar el 12”, recordó Bryant en alguna oportunidad.
La relación entre ambos ya estaba recompuesta. El contraste con el 2004 es evidente.
Por aquel entonces, Bryant ganó el pulso con los dirigentes de los Lakers y “echó” a Jackson.
Hizo “mesa gallega” al conseguir que también despacharan a Shaquille O’Neal.
“Lo único que tengo que decir es que les deseo un excelente verano y muchas gracias por todo”, declaró Bryant en ese 2004.
Tales salidas dejaron, en aquel entonces, el camino despejado a Bryant para un contrato de siete años y $140 millones.
Adiós. Phil Jackson habló al día siguiente de la conferencia de prensa de Bryant.
Adelantó sus planes como entrenador jubilado: no cerró del todo la puerta a un regreso, aunque se pareció a un “drible” para evitar preguntas capciosas por su futuro.
“Tal vez voy a volver a ese tipo (de libros) de cosas. Uno de mis favoritos es un hombre..., que recorrió el mundo, de este a oeste y de norte a sur, en una motocicleta. Es el tipo de cosas que me interesan”.
Y la pregunta inevitable: ¿Cuál fue el secreto de su éxito? “He entrenado a algunos de los mejores talentos”.