Con toda la intención de bajar de peso, pero sin el dinero suficiente para costearse esa meta, Marlon Fallas sufrió un duro golpe apenas cuando se ponía los tenis.
“Averigué de grupos para correr y fui donde un señor que me cobraba $180 (¢98.100 al tipo de cambio actual), lo que no podía pagar; eran tres veces por semana: martes, jueves y sábado, pero no pude ir porque, diay, uno tiene más gastos”, expresó Fallas.
La desilusión de este oficinista del Ministerio de Agricultura y Ganadería se evaporó cuando en un programa de radio escuchó de un entrenador que daba preparación gratuita. Lo llamó.
“Por dicha encontré otra opción... Me pareció exagerado lo que me cobraba el señor”.
Mas, los $180 no son nada comparados con los $800 (¢436.000) o $900 (¢490.500) que cobran mensualmente otros entrenadores.
“No le puedo decir el nombre, pero tengo dos clientes que entrenan conmigo a las que le cobraban eso”, indicó Roberto Solano, de la empresa Hypoxic.
Al consultarle a Vernon Hilarión, secretario técnico de la Fecoa , si existen mecanismos para regular los montos que se cobran, comentó que no es posible.
“La oferta está ahí afuera, cada entrenador está a la libre de cobrar porque no tiene regulación, ni se podría hacer una regulación por parte de la federación”, expresó.
“El que tiene plata paga su entrenador personal y participa en las carreras que le programan, el ‘pobrecito’ se la juega los sábados y domingos”, añadió Hilarión.
La cuota para pertenecer a una agrupación de carrera ronda de los ¢10.000 a los ¢40.000, y este monto incluye entrenamientos grupales, además de planes de trabajo y mediciones regulares del avance.
Mientras que la gran mayoría lo hace para correr en las carreteras nacionales, existe un grupo considerable que viaja a realizar maratones alrededor del mundo.
Entre estos, también hay preparadores que ofrecen el servicio de entrenar para competencias de triatlón, a la vez que incluyen a atletas de alto rendimiento.