Sin importarles la estela de derrotismo que ha rondado a los tenistas ticos durante la historia de la Copa del Café, tres raquetas criollas triunfaron ayer en la primera fase del torneo.
Tania Lea Aizenman, Eugenia Camacho y Sofía Pérez fueron las sobrevivientes al primer día, aquel que siempre supuso una barrera para el país.
Aizenman se deshizo de la estadounidense Adriana Reami con marcador de 6-3 y 6-3, Camacho de Tiffany Davis, también de Estados Unidos, 6-3 y 6-2, mientras que Pérez eliminó a Raquel Brown, otra estadounidense, con pizarra de 6-2 y 6-2.
Ellas fueron las únicas de la delegación criolla que lograron avanzar en los partidos disputados entre las 8 a. m. y las 4 p. m.
Ayer el Costa Rica Country Club, sede de la edición 51 de la Copa del Café, tuvo a 18 costarricenses jugando, 16 en la mañana y tarde y dos en los juegos de la noche.
De la mañana destacan los apellidos de Aizenman, Pérez y Camacho, por sus gestas.
“Mi contrincante jugó super bien; la felicito mucho por ello. Estoy contenta por haber logrado lo que quería, que era dar mi máximo en cada punto y de ahí en adelante lo que Dios me permitiera hacer”, expresó Aizenman.
La tenista, quien apenas tiene 14 años, había estado en la Copa el año anterior, mas no avanzó.
“Hoy (ayer) gané porque dí mi máximo en cada punto y porque nunca di ninguno por perdido... hasta que no digan que la bola está afuera el punto no acaba”, indicó Aizenman, quien suma cuatro años practicando el tenis.
Minutos después de la victoria de Tania la felicidad se trasladó a Sofía Pérez, colegiala de 14 años que también obtuvo su boleto.
“Es un orgullo pasar a la segunda ronda en un torneo tan esperado en todo el año. El juego fue complicado pues la rival jugó muy bien, pero sobre todo por el viento, que estaba bastante fuerte”, aseguró Pérez.
La ganadora explicó que con tal de mejorar con paso redoblado, estudia mediante el sistema home school (escuela en casa).
“Es para sacarle más provecho al tenis; hemos trabajado muy duro todos los ticos”, añadió.
Pese a la derrota que recién masticaba, Franklin Jara alentaba sin parar a su hija, Marjorie, quien acababa de perder ante Vanessa Wong, de Estados Unidos, por 6-3 y 6-0.
El caso de Jara llama la atención pues se metió en la llave principal sin pertenecer a la “cúpula” del tenis, que por lo general se conforma de gente adinerada, lo que no es su caso. Ella no piensa en obstáculos.