Adiós al proceso que traía la Liga

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Desde que el argentino Marcelo Popeye Herrera se hizo cargo de la Liga, en julio del 2008, seguí con mucho sigilo el proceso que este entrenador iniciaría con los manudos.

Me gustaba no solo la actitud frontal del entrenador, sino también su valentía al asumir el duro reto de levantar de las cenizas a una institución que tenía años de debatirse entre la inoperancia de sus dirigentes y los malos resultados en el terreno de juego.

El Popeye , traído por el entonces presidente, Jorge Hidalgo, se puso a trabajar, y desde un principio advirtió que el proceso planteado tardaría un tiempo.

Y es que Herrera no solo tenía la presión de que debía levantar la imagen de la Liga inmediatamente, sino que la “caja chica” manuda no estaba para darse lujos.

Así, con escasos recursos, el suramericano comenzó a buscar entre las ligas menores, y conforme iba encontrando buenos pinos, los plantaba en la cancha.

Con Popeye surgieron nombres como José Salvatierra, Cristopher Meneses, Luis Miguel Valle, Diego Estrada, Marco Ureña, Geancarlo González, Kenner Gutiérrez y Rudy Dawson.

Era un Alajuelense joven, pero lleno de futuro y muchachos identificados con la camiseta porque se habían formado en Alajuela.

Era una Liga que daba gusto ver jugar aunque los “chiquillos” se equivocaran, pues se notaba que había talento, y que en algún momento ellos tendrían el rodaje suficiente para despuntar.

Era una Liga con ideas, con temple y con un técnico que mostraba sabiduría en la cancha.

Es cierto, El Popeye externaba frases fuertes, pero siempre acertadas, o ¿quién podría cuestionar que el futbol de Costa Rica sería de tercera en Argentina?, o ¿que el formato del torneo es mediocre?

Un mal paso. Esa era buena Liga, una Liga que ilusionaba y que, a pesar de estar apenas en proceso de formación, llegó a una final, que perdió, ante Saprissa.

El Popeye , con todo y sus limitaciones, había montado una columna vertebral que necesitaba consolidación y minutos cancha.

Pero, como siempre en Costa Rica, eso no sucedió, vinieron los cambios de entrenador, primero Luis Roberto Sibaja y luego Óscar Ramírez, y el proceso que traía Alajuelense se terminó.

Desde que el Macho llegó al banquillo se han sumado muchos nombres al equipo manudo.

Jonathan McDonald, Kevin Sancho, Marcelo Sarva, Johnny Acosta, Jorge Davis, Cristian Lagos, Leandro Barrios y Alejandro Alpízar son solo algunos de los que se han comprado.

Aquel Alajuelense de identidad propia y sangre joven acabó, pues otra vez se apostó por comprar nombres para ganar.

Lástima que no hubo paciencia para aquel joven proceso.