10 años de paciencia y perseverancia le valieron para cumplir sueño en la NBA

Andre Ingram debutó a los 32 años con Los Ángeles Lakers, tras pasar una década en liga de desarrollo. Firmó por 10 días con angelinos

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En su cabellera sobresalen las canas, su rostro no es el de un novato típico, que apenas hace la transición entre la adolescencia y la adultez, pero a sus 32 años, Andre Ingram cumplió el sueño de estrenarse en la NBA.

Una década de paciencia y perseverancia en la G-League, liga de desarrollo en Estados Unidos, tuvieron una justa recompensa para Ingram, quien el lunes recibió un contrato de Los Ángeles Lakers por 10 días, para jugar los dos últimos partidos de la temporada.

El solo entrar en la duela ante los Houston Rockets, este martes, hubiese sido suficiente para muchos jugadores en su condición, pero este licenciado en física y amante de las matemáticas no se quedó ahí y fue por mucho más.

Andre anotó 19 puntos en 29 minutos, tuvo 2/3 en tiros de dos, 4/5 en triples y 3/3 desde la línea de tiros libres. Es decir, 75% en tiros de campo y 80% en triples. Incluso, su anotación ha sido la más alta de un debutante de los Lakers, desde lo hecho por Nick Van Exel en 1993.

Un verdadero cuento de hadas para un basquetbolista que inició su periplo en el 2007, cuando no fe elegido en el draft por ningún equipo, tras culminar su carrera universitaria en Washington. Este revés hizo que pasara a la G-League, donde inició con el Utah Flash y en 2011 pasó a Los Angeles D-Fenders, ahora los South Bay Lakers. Además, tuvo una breve experiencia de dos juegos en Australia, con los Perth Wildcats, pero de inmediato regresó.

Según reportan los sitios especializados, Ingram ha disputado 384 partidos en la liga de desarrollo y es el líder histórico en triples con 713 (46,1% de efectividad).

Al final los Lakers cayeron 105-99 ante los Rockets, resultado que al público presente en el Staples Center le importó muy poco. Los fanáticos vibraron con la actuación de Andre, cada jugada se festejó por lo más alto y se vivió un éxtasis total, pese a que su equipo está eliminado de los playoffs.

“Ha sido una alegría. Diez años en la D-League, pero no fue como 10 odiosos años o años que no disfruté. Disfruté mi tiempo en la liga y de todos mis compañeros y escuché a cada uno de ellos”, señaló el jugador a ESPN, quien tuvo el respaldo de su esposa e hijos, presentes para ver su debut.

Es difícil predecir si los angelinos prolongaran el contrato de Ingram o su sueño acabará con el compromiso ante los Clippers de este miércoles, que de paso da por concluida la temporada regular. Sin embargo, la perseverancia ya premió al base de 1,91 metros.