Dos mujeres y cuatro varones oriundos de Turrialba conforman el único equipo de gimnasia artística de Costa Rica que debutó ayer, viernes, en el Mundial de Olimpiadas Especiales 2015, en Los Ángeles, California.
Sus primeros pasos en esa disciplina dejaron una cosecha de 13 medallas: 4 de oro, 4 de plata y 5 bronce.
Se trata de una cosecha de lujo, cuando comparten las limitaciones que vencieron para alcanzar su baño de oro en Los Ángeles.
Con más de 36 años de experiencia en la enseñanza de la gimnasia, Óscar Díaz, ha visto pasar a más de 3.000 alumnos por su academia.
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Díaz confiesa que trabaja con las uñas: el equipo de jóvenes con necesidades especiales lo fundó hace año y medio y, aunque asegura que sus muchachos tienen todas las habilidades para competir, solo participarán en este torneo en tres aparatos -piso, salto y barra fija- de los seis posibles.
¿Por qué limitan su potencial? La respuesta seca las palabras: nunca han tenido la posibilidad de practicar en los aparatos restantes -barras paralelas, potro con arzones y argollas-, sencillamente no los tiene ni en su academia, ni en el estadio Rafael Ángel Camacho, donde entrenan todos los viernes y sábados.
Mucho menos, los aparatos están disponibles en la academia de taekwondo que les facilitan para que entrenen las tardes de cada lunes y miércoles, en resumen, a brincos y saltos es cómo han logrado llegar a la competencia mundial de Lo Ángeles.
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Díaz cuenta con la ayuda de su asistente, María José Karpinsky, una joven gimnasta quien siempre soñó con competir en la Copa Marbella que se organiza, cada fin de año, en Panamá; pero una apretada economía familiar nunca se lo permitió, compartió sobre sus frustraciones.
La Nación, lo invita a conocer este equipo de oro que representa a Costa Rica en las Olimpiadas Especiales 2015:
Ana Paula Porras Carvajal, dos medallas de oro: en salto y en All Around, de 11 años de edad, vive en el Barrio Omar Salazar. Ana Paula es la más alegre del grupo, la más risueña, la que no se puede quedar quieta, será por eso que dice que también es la que está más cansada.
Génesis Fabriela Ledezma Lara , dos medallas de bronce: una en barra y la otra en All Around; tiene 17 años, vive en Juan Viñas y estudia en un centro de enseñanza especial. Dicen que al principio se enojaba mucho, “no puedo, no puedo”, eran sus palabras favoritas, pero gracias a la gimnasia ha logrado transformar el enojo en coraje.
Kendal Davis Aguilar Pereira , dos medallas de plata: una en salto y la otra en piso, vecino de La Victoria, es el más disciplinado, el más ordenado y el más atento a las instrucciones de sus entrenadores. No le gusta que le den bromas: prefiere molestar él.
Yoxuar José Vega González, tres medallas: oro en barra fija, plata en salto y bronce en piso; de 11 años, vive en Barrio Azul, es inquieto, fogoso y con su buen humor mantiene el ánimo del equipo.
Leonardo Steven Mora Guillén, dos medallas: oro en salto y bronce en piso, 14 años, estudia en el Colegio Técnico La Suiza y vive en la Verbena Norte. Sabe que su aparato favorito es la barra fija, también sabe que el Pterosaurio o dinosaurio volador más grande del que se tiene conocimiento tenía una envergadura de casi 16 metros, que tenía unas alas formadas por membranas de músculos y piel que se extendía desde sus dedos hasta sus patas traseras…
Edson Snider Martínez Loría dos medallas: plata en piso y bronce en salto, tiene 11 años y dejará el equipo a su regreso, ya que su familia se muda a Pavas. Es impulsivo y "muy, muy travieso", contestan en coro sus entrenadores. Esta es la última historia de Edson, la cual comparte su entrenador: “Los chequeos médicos son rutina para todos los atletas de Olimpiadas Especiales, la semana pasada le tocó el turno a Edson, entonces los organizadores se lo llevaron al Hospital Ronald Reagan, ¡diay!, no va activando una de la alarmas de incendio… ¡Evacuaron el edificio!".