Hace siete años, mientras molía carne en El Capitolio, carnicería ubicada en Cartago, Kenneth Tencio Esquivel solo tenía una cosa en mente: “volar”.
En aquel momento, con 14 abriles y cursando noveno en el San Luis Gonzaga, este brumoso de piel blanca y rizos comenzaba a sentir la fiebre que hoy es su profesión y que lo ha llevado por todo el mundo: BMX.
Con 21 años y tras muchas caídas, Tencio es el mejor rider del país, pues logró aprender aquello que imaginaba mientras molía carne.
Tras ser noveno el año pasado en el Festival Internacional de Deportes Extremos (FISE), serie que incluye el freestyle en bicicletas BMX, Tencio es considerado hoy uno de los mejores 20 del mundo en la disciplina.
Sus números lo confirman; este año quedó 14 en la primera fecha del FISE, en Montpellier, Francia, y luego 16 en China.
La final será el 18 de diciembre en Malasia, y allí el tico espera meterse en los primeros 10.
Otra prueba de su talento es que el pasado 4 de noviembre acabó quinto en el Vital Game of Bike, organizado por la página vitalbmx.com, la más importante del orbe en la modalidad, y que solo invitó a los mejores 16 del planeta para dicha cita.
“Es muy lindo vivir todo esto. Recuerdo cuando no tenía ni para viajar dentro de Costa Rica y ahora puedo estar en competencias alrededor del mundo; ha sido muy duro, pero vale la pena”, manifestó Tencio.
“Tengo nueve años de hacer BMX y he aprendido muchísimo, pero haber laborado en la carnicería me enseñó a ganarme todo con trabajo, a que todo cuesta. Lo que me pagaban ahí era para comprarle piezas a la bici, trabajé como año y medio y no tenía días libres, ya que también estaba en el colegio; por eso ahora todo tiene mucho más valor”.
Nacido en Guadalupe de Cartago, Tencio recoge los frutos de su tesón, debido a que marcas importantes a nivel mundial, como Fox y Red Bull, lo patrocinan.
“Superstar, Freestyle Watches y Marinela también me ayudan, pero guardo un especial aprecio por la gente de Ciclo Herediano, que fueron los primeros en acercarse cuando nadie creía en mí. No es que me queje, pero la verdad es que al principio fue difícil ganarse el respeto”, añadió.
Esa misma indiferencia la vivió el brumoso cuando llegaba a las competencias internacionales y los rivales le veían de reojo, preguntándose qué hacía allí, en la rampa, un costarricense.
“Eran mis ídolos, no me apreciaban mucho porque no hablaba el idioma y era de un país pequeño, pero fui ganándome el respeto entre los riders y eso me dio un nombre en el BMX mundial”.
Radicado en Jacó, donde vive desde hace seis meses con su novia Marcela García, Tencio se dedica por completo al BMX, el cual practica hasta dos veces al día por espacios de dos a tres horas.
Él, sentado de cara al mar y con la bici al lado, ya no muele carne; ya aprendió a “volar”.