La buena lectura de juego de Óscar Ramírez le permitió rescatar el empate ante Jamaica

Para el técnico Johnny Chaves, el cambio de línea de cinco a línea de cuatro, el ingreso de Christian Bolaños y el colocar a Johnny Acosta de lateral izquierdo fueron las claves del Macho para evitar la derrota

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En medio del bullicio, la algarabía, los cánticos en contra de los jamaiquinos en el Nacional de Kingston y la frustración por no ver jugar a la Selección de Costa Rica como pretendía, Óscar Ramírez demostró tener el don de lograr apartarse de todo y leer con total claridad el juego, para ajustar con precisión un engranaje que no funcionaba como se esperaba.

Desde la línea de banda, el Macho ideó un cambio extraño para todos, menos para él. Hizo ingresar a Christian Bolaños y sacó a Rónald Matarrita, y con una sola variante modificó todo su esquema. Convirtió su línea de cinco en una de cuatro en la zaga, en la que sorpresivamente Johnny Acosta era el lateral izquierdo, su primera aparición en ese sector en toda su carrera, mientras que Bolaños se ubicó como volante por derecha y Joel Campbell abandonó ese costado para ser el segundo atacante.

Pese a que desde afuera se entendía poco, Ramírez lo tenía claro: el juego se le escapaba de las manos, carecía de posesión en la media cancha, su zona de volantes no lograba crear fútbol y mucho menos conectar con la ofensiva. Además, la parte baja se impacientaba y recurría a los balones largos, lo que hacía que Celso Borges, Rándall Azofeifa y Bryan Ruiz deambularan.

El timonel entendió que necesitaba un jugador pícaro, sin miedo a sostener el balón y asociarse, cualidades que Christian le entregó. Adicional a esto, requería seguridad en la marca por las bandas, algo que hasta ese momento Christian Gamboa y Rónald Matarrita no realizaban, pero que entre Boñalos y Acosta lograron mejorar.

“Lo de Óscar es muy bueno porque identifica las falencias y cambia por completo el juego. El ingreso de Bolaños es la jugada táctica trascendental. Al pasar del 1-5-2-3 al 1-4-4-2 iguala al rival en el medio campo con cuatro volantes, pero no se queda ahí, sino que coloca a Joel de delantero y le pide que baje para tener superioridad numérica y con esto revive a los mediocampistas”, indicó Johnny Chaves.

Las modificaciones hicieron que la Tricolor retomara el fútbol que le favorece, combinaciones largas con Ruiz como gestor, elaboración y desequilibrio en el último cuarto con Joel Campbell y Marco Ureña debidamente alimentados, factores que para Chaves potencian las capacidades de Ramírez.

“Hay una buena lectura y un conocimiento profundo de los jugadores para saber qué pueden dar y qué variantes se pueden hacer en el reacomodo. Óscar fue muy preciso, supo escoger a un futbolista como Bolaños que llegó a asociarse y armar, mientras que Acosta primero le dio solidez en defensa por la banda y luego hasta marcó el empate”, agregó Johnny.

Chaves afirmó que no es fácil variar el destino de un compromiso de la forma que lo supo hacer el Macho. Además, puntualizó que estos pequeños detalles se convierten en grandes aspectos que diferencian a un entrenador y que en estos casos pueden marcar el destino de una eliminatoria.

“Óscar sabía que si no tenía la esférica era imposible hacerle daño al rival muy fuerte en lo físico y que en toda la primera parte metió a la Selección en su juego. Los balones largos no eran el camino y pese a lo complicado que es ajustar, él lo logró con una modificación arriesgada, pero oportuna”, concluyó el técnico del Santos de Guápiles.