¿Cómo llega usted a estas altas designaciones?
En realidad, se obtiene con el trabajo que se hizo o se hace en la Federación. Desde el 2003, que me nombraron en una comisión que organiza los torneos olímpicos. Con la tendencia de crecimiento y profesionalización del futbol de mujeres, pues, han necesitado de mujeres que se encarguen de los asuntos de mujeres, luego me cambiaron a la parte que organiza los mundiales sub-17. Es importante si uno está en organismos internacionales traer algo de conocimientos al país, para que crezcamos, de ahí nace la idea de traer el Mundial.
¿Qué significa llegar a este nivel en una entidad como la FIFA, ser coordinadora del Mundial Sub-20 femenino en Japón?
Es un honor. Es un mes de trabajo pero en el que se adquieren experiencias, contactos y eso va a facilitar el trabajo y la logística para el Mundial Sub-17 que se va a realizar acá. Ser coordinadora es representar a la FIFA, ir al país anfitrión, ver la logística y que todas las disposiciones se cumplan.
Dice usted que lleva ocho años en contacto con la FIFA; para usted, ¿es algo rápido, va bien?
Más alto en este momento solo sería que llegara al Comité Ejecutivo de la FIFA (risas). Ocho años es bastante en la vida de una persona. A mí me tocó en la parte productiva de mi vida. Yo creo que cada uno forja su destino, pero también hay que estar en el lugar correcto.
¿Se imaginó llegar tan lejos?
No. Yo lo que quería era dar clases de Educación Física, ser una profesora. Cuando saqué el doctorado me ilusioné en que podía llegar a trabajar con la Sele...
Me imagino que le han preguntado cómo se llega a la FIFA...
La verdad, no sé. Yo siento que he estado en el lugar adecuado y en el momento adecuado.