Wílmer López deja una herencia, pero lo acompañan muchas cicatrices

Dio oportunidad a jóvenes y empezó la limpieza del vestuario. Fue silbado por primera vez y tuvo que quitar al Chunche del primer plantel

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Al ídolo le tocó vestirse de villano, un papel necesario para la nueva dirigencia manuda, expuesta a múltiples y recurrentes fracasos en apenas dos torneos. A Wílmer López le correspondió asumir la culpa por los despidos de jugadores, utilizar a los jóvenes que, en la teoría, Benito Floro debía consolidar y limpiar un camerino que desde hace mucho tiempo atrás venía dando tumbos.

Es poco probable que el Pato continúe después de la jornada ante Limón, en la que ganó 3-2 en el Morera Soto, pero al menos le deja una herencia tangible al equipo rojinegro, no sin antes pagar un precio caro. Su credibilidad como entrenador quedó en duda después de la eliminación tempranera, la segunda al hilo en Alajuelense.

Por si fuera poco, la Directiva ni siquiera le respetó su mandato, pues unas semanas antes de finalizar el torneo, ya estaba negociando con otros entrenadores. Así lo hizo ver en un comunicado oficial, en el que reconocen haber conversado con Jorge Luis Pinto para ofrecerle el puesto. Si al final la Liga no consigue otro entrenador, el Pato podría seguir.

Al final, la determinación del Pato por alinear jóvenes fue su mayor herencia. Probó a algunos cachorros, que podrían consolidarse en la campaña venidera: Darío Alfaro (central), Barlon Sequeira (volante) y Adonis Pineda (portero).

Orlando Galo de 16 años y Jurguens Montenegro de 17 debutaron, pero todavía son promesas, pues para el próximo certamen se espera que algunos de los novatos que están a préstamo con Santa Ana regresen a la institución para cumplir otro rol, con más rodaje y colmillo adquirido.

En el área deportiva, Pato decidió separar a Christopher Meneses, Luis Miguel Valle, Seemore Johnson, Michael Barrantes, Bryan López, Iago Soares, Jameson Scott y Jamile Boatswain. Así como a su asistente técnico Mauricio Montero, quien al parecer quiso sobrepasar sus funciones.

La Directiva avaló la salida del ídolo, pero al final López asumió la culpa.

En la parte deportiva, Alajuelense acumuló una seguidilla de juegos sin ganar que al final le costó la eliminación del torneo. Pese a iniciar con buen pie, después de derrotar a Saprissa en su debut, la Liga del Pato no encontró la regularidad en su juego, en parte por el bajo rendimiento individual de algunos futbolistas y en otros casos, por el poco peso de la planilla.

Wílmer López tampoco fue una solución real a los problemas, ya que al final la Liga se quedó sin clasificar y, de nuevo, sin título nacional. Esta historia se repitió con Floro, José Giacone, Javier Delgado y el colombiano Hernán Torres en los torneos anteriores.

}“Son cuatro años de no ganar. El aficionado está reclamando no solo estos cuatro partidos, sino esos cuatro años de no ser campeones. El aficionado ya está sediento. La Liga y el aficionado necesitan salir campeones, así esté yo o cualquier otro entrenador”, dijo el Pato, justo antes de vivir algo que unos años atrás parecía imposible: un aficionado le gritó "fuera Wílmer".

En lo táctico, la Liga no tuvo un sello claro en esta campaña. La falta de materia prima se abona a la desconfianza y el poco desequilibrio del plantel en ofensiva.

Con excepción de Jonathan McDonald, el rendimiento del resto de los atacantes fue de regular para abajo.

Por lo tanto, es claro que el Pato no dejó un once base para el siguiente torneo, ya que incluso hay jugadores que están en la cuerda floja en su intención de mantenerse en el equipo.

Lo bueno:

1. Novatos. Con Wílmer López, la Liga retomó la confianza en su cantera. Aun cuando los resultados fueron malos, Alajuelense le dio regularidad a Darío Alfaro y Barlon Sequeira y apostó por Adonis Pineda para suplir las ausencias de Patrick Pemberton por los llamados a la Sele.


2. Inició limpieza del camerino. López separó a jugadores que no dieron la talla y, al parecer, algunos de ellos también eran conflictivos dentro del vestuario.


3. Finanzas. Salvó a la Liga de un desastre mayor en las taquillas. Desde su llegada, le garantizó un llenazo al club en el clásico, cuando se vislumbraba un estadio vacío por los malos resultados de Floro.

Lo malo:

1. Desempeño. Los resultados no lo acompañaron y la Liga se quedó fuera del torneo por segunda campaña consecutiva. El rendimiento del equipo mostró altibajos durante la mayoría del certamen.

2. Sin base clara. No deja una base clara para el siguiente torneo. La Liga podría hacer más separaciones en las próximas semanas y el plantel no mostró una evolución que permita aspirar a que este equipo se consolide en el corto plazo.