Uruguay y Limón firmaron un empate en el que brillaron César López y Darryl Parker

César López es un zaguero con fuego en el botín; Darryl Parker, un felino de fantasía

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San Isidro de Coronado. Por definición, el fútbol es un juego de vocación colectiva. En la dinámica del sudor, las victorias se tejen en sociedad. Y el error lo pagan todos.

Pero también hay puntales, figuras únicas y protagónicas, en el deporte y en las batallas épicas.

Son líderes y artífices; unos con renombre y otros que emergen de súbito para brillar con luz propia. Así destacaron ayer los novatos César López, defensor limonense, y Darryl Parker, el guardameta de Uruguay de Coronado; López, con dinamita en su botín; Parker, con los reflejos de un gato.

Son novatos; es decir, apenas comienzan. Les falta mucho trecho por recorrer para consolidarse, pero que prometen, ¡prometen!

Ojalá no se pierdan.

En un encuentro con dos fases claramente definidas, la primera con dominio local y la segunda de tonalidad caribeña, Uruguay de Coronado y Limón empataron 1 a 1 ayer, en la jornada de El Labrador.

Mientras los visitantes sumaron su cuarto punto tras un inicio desalentador en el torneo, Uruguay sigue sin triunfar en el Invierno.

No habíamos visto nada digno de mención hasta el minuto 22, cuando Seemore Johnson saltó junto al segundo palo y ensartó de cabeza el dardo en las redes de Román Arrieta, arquero limonense.

A pesar de que el espectáculo había sido apenas regular, la verdad es que la ventaja parcial parecía lógica, en virtud del buen trabajo de Rafael Rodríguez y Freddy Álvarez en la gestación aurinegra.

Los papeles cambiaron. El ingreso de Henry Cooper, relevo de Castañeda de entrada en el segundo lapso, resultó positivo para los intereses de Kenneth Barrantes, preparador físico que ofició ayer de estratega en el banquillo visitante.

Entre tanto, a Carlos Watson se le enredaron los hilos, luego de que relevó a Freddy Álvarez e incluyó a Dylan Flores, al 64’, para extrañamente aplicarle la grúa solo diez minutos después, al 74’.

En consecuencia, con el respaldo de Cooper, Steven Calderón encontró un socio en la ofensiva y la presión verde se acentuó en las cercanías del arquero Parker.

Al 71’, César López cobró un tiro libre que conjuró Darryl Parker con una reacción realmente felina, actuación que repitió un minuto después al tapar con categoría un cabezazo de Esteban Maitland.

Y al 78’, de nuevo, tiro libre de Limón. César López se situó en posición franca. Y cuando se esperaba otra vez uno de sus cañonazos, ejecutó con precisión y el balón en curva petrificó a Parker. 1 a 1.

Los avances de los locales para retomar la ventaja, abrieron resquicios en su zona defensiva, asedio que volvió a poner a prueba la extraordinaria agilidad del meta.

Los nervios crispados de los protagonistas derivaron en una bronca, sin sanción, a la postre.

El pitazo final sorprendió a los 22 jugadores trenzados en una fiera pelea, con César y Darryl como protagonistas. Ambos prometen...

Ojalá no se pierdan.