Shirley Cruz: La niña de pelo corto 'fichada' por los hermanos Marín

Con una fotografía antigua, la futbolista felicitó a los hermanos Marín por su gran temporada con Limón y rememoró cómo debía dejarse el pelo corto para simular ser un hombre y que le permitieran jugar con los varones. Los hermanos Erick y Miguel cuentan la historia de la jugadora que se convirtió en goleadora del equipo

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Redacción

Con una fotografía antigua y un mensaje, Shirley Cruz felicita a los hermanos Erick y Miguel Marín, quienes se destacan con Limón F. C. en la cuadrangular final del Torneo de Verano y con los que mejengueaba de niña.

La futbolista del París Saint-Germain de Francia rememora cómo debía dejarse el pelo corto para simular ser un hombre. Esto le permitía filtrarse entre los equipos masculinos y así tener la opción de jugar fútbol.

En una época en la que escaseaban los clubes femeninos, Cruz tuvo que abrirse campo para luego convertirse en la principal referencia de Costa Rica en el balompié de mujeres.

Los hermanos Marín todavía recuerdan cuando Shirley llegó al equipo. Primero fue al de Lomas del Río, en Pavas, y luego, la ficharon en el plantel del barrio, conocido como Los Tulipanes.

Cuenta Miguel que antes de jugar allí, a Cruz le había costado encontrar equipo, pues siempre le ponían peros por ser mujer.

Para ellos fue fácil aceptarla. Desde el primer día que la enfrentaron se dieron cuenta de que era mejor que la mayoría de hombres. Le dijeron que tuviera cuidado con algún golpe, pero nunca hubo inconveniente. Era muy inteligente para jugar y evitaba el contacto.

A veces se cansaba de meter goles y decía, "mejor me voy a defender".

"En realidad era la goleadora. La primera vez que la vimos la contratamos en el equipo de nosotros (risas). Desde esa edad era mejor que uno", cuenta Miguel, el menor de los Marín.

Erick y Miguel a veces conversan sobre el crecimiento de su excompañera en el campo. Aún recuerdan cuando armaban retos y le explicaban a los futbolistas del equipo rival que tenían una mujer en la nómina.

Siempre existía ese miedo de golpearla, pero nunca les pasaba por la cabeza la idea de que al ingresar a la cancha, pudiera convertirse en la figura más importante del adversario.

Cuando la veían controlar la pelota y sacarse las marcas de encima, la historia era otra.

"Al principio siempre decían 'va a ser fácil', pero luego cuando ella tomaba el balón y se los bailaba más bien se enojaban", contó Erick.

A los Marín no les sorprendió cuando Shirley saltó a Europa y luego levantó la Champions League. Desde esa época, cuando tenía entre 9 y 10 años, jugaba con el balón pegado al pie.

Solo la primera vez que llegó a mejenguear le advirtieron que le iban a entrar como a cualquiera de los otros niños del equipo. Ella dijo que sí, no tuvo problema alguno.

"Era una fuera de serie. Recuerdo que era cómico porque primero entraba ella al vestuario a cambiarse y luego todo el resto del equipo", contó Erick.

La niña de pelo corto que jugaba con varones se hizo grande. La cabellera creció y la magia de su pierna izquierda se multiplicó, lo suficiente para entrar en la historia.

Hoy, los hermanos Marín solo vacilan y aseguran que debieron cobrar derechos de formación por la jugadora.