Saprissa toma un respiro con un atrevido y apasionado Douglas Sequeira

Nuevo DT morado vivió el juego como un jugador más en su estreno ante Limón

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Vibró con cada jugada, fue intenso de principio a fin, nunca se sentó, transpiró como un jugador, corrió como un jugador, gritó como un jugador.

Douglas se posicionó en su área técnica, pero no dejó de caminar sobre ella, se llevó las manos a la cabeza cuando su equipo falló una opción clara y sonrío cuando llegaron los goles.

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El regreso de Saprissa a la victoria se acompañó de una figura a la que solo le faltó meterse a la cancha y dar un buen pase o cortar una jugada de contragolpe, como en sus mejores tiempos de defensa central.

A Sequeira se le olvidó que ya no porta la pantaloneta, ni la camisa corta, ni las medias altas y los tacos, pues vivió su primer juego en el banquillo como si aún fuera un futbolista.

Lo hizo ayudado por un equipo que respondió a su intensidad y su variante táctica, sobre todo en la media cancha, y que mostró una gran mejoría con respecto a los últimos tres compromisos perdidos con el timonel Jeaustin Campos.

A Saprissa se le vio otra cara en el triunfo por 3 a 0 ante Limón, aunque, claro está, el rival de ayer no es parámetro para saber a ciencia cierta si la S tuvo un cambio radical.

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El partido para Douglas y sus muchachos tampoco fue sencillo. Prueba de ello es que el 0-0 se rompió hasta el minuto 63, con un Francisco Calvo que se impuso en el área y cabeceó solo para abrir la pizarra, cuando la afición ya entraba en ansiedad y desesperación con el plantel.

Esos constantes fallos de los atacantes morados también hicieron perder la paciencia a Sequeira, quien pese al 1-0 no dejó de dar órdenes e indicaciones.

Sus señales de intranquilidad se reflejaban en la presión que le pedía a sus laterales y extremos en la salida de los caribeños, así como la buena circulación que quería ver de la pelota y ese vértigo al llegar al ataque.

Su idea como nuevo jefe del camerino fue clara, un fútbol muy agresivo e insistente en el desequilibrio por las bandas, la posesión del balón y la gran movilidad de sus delanteros a la hora de llegar a pivotear.

Su principal novedad fue en el centro del campo, en donde David Guzmán regresó a la contención y el primer sacrificado fue Néstor Monge, quien ayer, por primera vez en el certamen, no tuvo minutos de juego.

La calma de Sequeira llegó de la mano con los cambios, acertados, de Ariel Rodríguez y Mynor Escoe. El primero le pidió un campo en la titular con sus dos goles, en los minutos 86 y 89.

Douglas aprobó su primer reto; la afición de nuevo sonrío y la S recobró vida en el Invierno.