Cuando se reconoce que se está en clara desventaja ante un rival que se mostró invencible por 22 fechas, lo único que le queda a quien es el más débil en el papel es identificar la más mínima debilidad del adversario y explotarla una y otra vez: justo esto fue lo que hizo Saprissa ante Alajuelense, en la ida de las semifinales del Torneo de Clausura 2021.
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Los morados visualizaron una gran oportunidad en la táctica fija, identificaron que la Liga suele dispersarse en los balones parados y justo ahí se enfocaron para hacer todo el daño posible. Claro, para esto se requería una combinación de buenos cobradores y buenos definidores en las alturas y pese a la irregularidad de la S en el certamen, cuenta con estos dos factores.
El técnico Kenneth Barrantes expuso esta debilidad de los rojinegros en un análisis que efectuó en la previa del duelo para La Nación y recalcó que “el único punto oscuro del juego de Alajuelense es el balón parado, donde los manudos en ocasiones se desconcentran y permiten llegadas al arco de Leonel Moreira que ellos podrían frenar”.
Precisamente así llegaron tres de los tantos con los que el Monstruo puso contra las cuerdas al León. Con Mariano Torres como ejecutor desde la derecha, Esteban Espíndola se adelantó a la marca de Marcel Hernández y superó a un Moreira que está acostumbrado a hacer más, aunque esta vez se le escurrió la pelota entre las manos.
Apenas si se jugaba un minuto cuando llegó este impacto directo al hígado. Espíndola acumula tres tantos en el certamen, todos en acciones de este tipo.
En choques de este tipo hay que golpear al oponente cada vez que lo permita y los tibaseños lo hicieron con una acción muy similar, aunque quien cobró fue Michael Barrantes desde la izquierda y el que se impuso fue el gigante Kendall Waston con un arranque inesperado desde la media luna del área que dejó perdido a Daniel Arreola.
Todos en el fútbol nacional saben muy bien que Waston es un peligro constante por arriba y por algo suma cuatro tantos en este campeonato, no obstante, esta vez lo que sí sorprendió fue la manera en la que se escondió y luego picó de la nada para abombar las redes.
Igualmente sorprendió Christian Bolaños, apareciendo al segundo palo para cabecear otro cobro de Torres, para el 4 a 2, cuando la Liga había retomado su fuerza con la anotación del 3 a 2 en el inicio del segundo tiempo.
“Increíblemente nos metieron tres goles de bola muerta y es algo que hablamos por mucho tiempo y en muchas situaciones, pero cayeron tres. Es más, después del 3 a 2 nos hicieron otro a balón parado y son cosas que debemos de corregir. Por dicha reaccionamos bien en el segundo tiempo y tenemos 90 minutos más para ganar la serie”, manifestó Bryan Ruiz.
Aprovechando el único punto débil de un Alajuelense invicto, que acumuló 14 ganes y ocho empates en la fase regular y que consiguió 49 tantos y apenas recibió 12, Saprissa consiguió desesperar y abrir otros caminos para hacer más daño.