Santos llegó a la Cueva eliminado de la cuadrangular, sin ganar un partido en esta etapa y con nada por qué jugar, más que su orgullo; aunque su motivación más grande fue el menosprecio que sintieron en el ambiente.
Previo al duelo se manejaron los diferentes panoramas que requería Saprissa para pasar a la final, se especuló sobre la cantidad de goles que necesitaban los morados ante los caribeños, para equiparar con lo que hiciera Pérez Zeledón ante un equipo totalmente alternativo de Herediano.
Sin embargo, los guapileños sintieron que prácticamente se obvió su capacidad para hacer buenos partidos en Tibás, donde acumulan cuatro choques sin perder (tres ganes y un empate). También consideraron que se dejó de lado su protagonismo desde hace tres torneos, con clasificaciones consecutivas.
Más allá de que los santistas culminaron la segunda fase del Torneo de Apertura en el último lugar, con cinco puntos de 18 posibles, apuntan a que no era opción que los miraran por encima del hombro y así lo plasmaron al imponerse 1 a 2 frente a la S.
“En esta cuadrangular no se puede menospreciar a nadie. Los equipos jugaron lo más honestamente posible. No se menospreció a Pérez. Tal vez nos menospreciaron a nosotros, tal vez no pensaron que podíamos ganar hoy (este domingo ante Saprissa). Hay muchas conjeturas que solo reuniendo toda la información podemos contestar”, manifestó el técnico Johnny Chaves.
En el plantel se propusieron dejarse los tres puntos a toda costa, sin contemplar que esto significaba eliminar a Carlos Watson y sus dirigidos y dejarlos sin opciones de pelear por el cetro ante los florenses, algo que sí hará Pérez Zeledón.
Para los futbolistas, estaba en juego su imagen y la ética de una institución que por segundo torneo al hilo saca el gane de visita en la última jornada de la cuadrangular contra Saprissa y de paso corta cualquier tipo de celebración.
“Veníamos por lo de nosotros, sin importar lo que los demás dijeran. Cerramos de la mejor manera, hicimos un partido inteligente ante Saprissa, sacamos la victoria y nos lavamos la cara, porque no fue una buena cuadrangular para nosotros”, recalcó Reimond Salas.
Pese a lograr el objetivo de ganar, en Santos tampoco salieron contentos, su gran meta era forzar la final y levantar el título, por lo que son autocríticos y reconocen que fracasaron en lo que pretendían.
Rearmarse y avanzar en el próximo campeonato es una obligación, según recalcan los de Guápiles, el verdadero reto ahora es trascender.
“Queda demostrado que Santos no regala nada. Vinimos a jugar, porque esto es ética, es tener dignidad y respeto hacia el fútbol. Teníamos que darnos una alegría nosotros, porque no habíamos ganado en la cuadrangular por errores”, concluyó Wílmer Azofeifa.