Rusia 2018, no será fácil

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Veo fútbol desde 1968 y no recuerdo una eliminatoria fácil. Sufrieron en esta etapa desde cracks de antaño como Édgar Marín y Walter Elizondo, hasta modélicos contemporáneos como Keylor Navas o Bryan Ruiz.

Con una diferencia de 37 años, a estos cuatros cracks los hermanó la desgracia de quedar fuera de un Mundial cuando el devenir del partido pintaba para otra cosa.

El 10 de diciembre de 1972, y aunque el juego no daba billete a la Copa del Mundo, pero sí nos permitía seguir en liza camino a Alemania 74, Honduras nos igualó 3-3 un partido que ganábamos 3-0. Fue un golpe casi traumático para un niño de 10 años, como era yo entonces.

Y el otro encuentro, anclado en el imaginario popular ya en plena era digital y revolución tecnológica, fue el 14 de octubre de 2009 contra EE. UU., cuando tras el 2-0 de Bryan resignamos la clasificación a Sudáfrica 2010 con un 2-2 agónico. Ese juego sí valía un Mundial.

Ahora que recién desempacamos el sueño de Rusia 2018 ante Haití, hay que arrancar bien.

El primer juego es clave, pero no decisivo. Escribo esto en cualquier escenario. El de victoria o revés impensado, que contemplaría en esta última categoría hasta un empate. En uno u otro caso no convendría entregarse al optimismo desmesurado si ganamos o sumirnos en la depresión temprana si las cosas no salen como esperamos.

Por momento futbolístico, trayectoria reciente, hombres y experiencia estamos un escalón por arriba de Haití, Panamá y Jamaica. Eso sí: hay que patentarlo en la cancha, con nivel de juego, buenas producciones individuales y una estructura colectiva que lo respalde.

La convocatoria de Óscar Ramírez dejó satisfecha a la mayoría. Están todos los legionarios, excepto Keylor por lesión, como dicta la lógica porque este equipo se ganó la confianza a raíz del brillante Mundial de Brasil 2014 y hoy ese lote de futbolistas es inamovible.

En el Nacional, con el amparo de una hinchada que agotó el boletaje por adelantado, iremos en plan avasallador, a copar todos los sectores de la cancha para ganar la pelota, darla con ventaja y tejer juego ofensivo que termine en gol.

Y a la hora de barajar nombres, no importa si son exmundialistas o gente de la casa. Lo que deseamos es allanar el camino a Rusia como se debe, en firme, sin temor a los viejos fantasmas que un día nos hicieron llorar.