Pocas veces hay tanta atención en lo que hace el Comité de Licencias de la Fedefútbol, al reinspeccionar un estadio, pero es que el tema con el José Rafael Fello Meza se salió de lo normal en todo sentido. Previo a que finalmente levantaran el veto este miércoles al final de la tarde, el día estuvo lleno de protestas, acusaciones, mediciones milimétricas y mucha zozobra.
Los encargados de Licencias llegaron cerca de las 9:15 a. m. al Fello, donde ya los esperaba un pequeño grupo de fanáticos brumosos, evidentemente molestos por considerar que se les evalúa diferente y que según ellos y la propia dirigencia, actúan de mala fe.
Los encargados de realizar este nuevo chequeo sacaron la cinta métrica, para medir los escalones en las gradas de las zonas amarillas, corroborar el tema de los marcos y también evaluaron si todas las graderías tenían barandas para subir en los sectores estipulados.
Mientras esto sucedía, el propio presidente del club Leonardo Vargas Monge y su hijo, el gerente general, Leonardo Vargas Masís, seguían de cerca lo que ocurría adentro del reducto. Claro, nunca les mencionaron nada y fue minutos antes de las 5 p. m. cuando finalmente les dieron el permiso y se les entregó el informe final.
“El Comité de Licencias de la Federación Costarricense de Fútbol resolvió este miércoles levantar el vedo para el uso del estadio Fello Meza de Cartago, tras constatar que fueron realizadas satisfactoriamente las obras que habían motivado la inhabilitación”, informaron desde la Federación
Si el clima era tenso al ingreso, al darse la salida de estos personeros subió el tono y con gritos de “corruptos”, “ladrones” y “sinvergüenzas” despidieron a los encargados de hacer el chequeo. Los fanáticos dejaron ver su enojo al permitirse jugar en escenarios como el Rafael Bolaños (con una gramilla en muy malas condiciones) y no en la Vieja Metrópoli.
El el mismo jerarca quien tuvo que pedir calma a los fanáticos para que la gente de Licencias pudiera marcharse sin problemas.
Inversión millonaria
Para levantar el veto el trabajo no fue nada sencillo para los centenarios, quienes tuvieron que construir baños, numerar el 75% del estadio, rectificar las zonas amarillas, colocar las barandas, los escalones y también mejorar la parte eléctrica. La inversión fue alta y así lo ratificaron los dirigentes.
“Después de la última visita nos señalaron cuatro puntos, que era el tema de las graderías con lo de los pasamanos y las gradas de las zonas amarillas. Así mismo, estaba la situación de la distancia entre las zonas amarillas, pero resolvimos todo esto. Al final la inversión total fue cercana a los ¢40 millones. Con todo esto perdimos cerca de 1.000 espacios en el aforo, algo que nos sorprendió, pero no hay más”, afirmó el gerente general.
Y es que los gastos no se centraron únicamente en las reparaciones, sino que el Cartaginés tuvo que jugar su duelo ante Alajuelense, de la fecha 20, en el Nacional.
La propia directiva recalcó que aunque no tuvieron perdidas y llegaron cerca de 8.000 personas, los ingresos estuvieron muy por debajo de lo que tenían presupuestado si se jugaba en el Fello Meza.
Correr para organizar juego crucial
Más allá de la alegría de la dirigencia del Cartaginés por levantar el veto del Fello Meza, ahora deberán correr para organizar el duelo crucial ante Sporting FC, del próximo domingo.
Los brumosos tendrán tres días para montar toda la logística, poner a la venta las entradas y coordinar con Fuerza Pública y demás organizaciones todo el plan.
“Es complicado porque al estar el partido tan cerca hay mucho que coordinar, como el plan de seguridad y todo lo que se necesita para un evento de estos. También está el tema de la venta de entradas y entre más días pasen, se nos complica más. Por lo mismo, esperábamos la visita el martes, para así ganar algo de tiempo, pero no se dio así y también perdimos el miércoles”, aseguró Leonardo Vargas Masís.
Y es que hasta este miércoles se confirmó que podían usar el Fello, por lo que antes no podían planificar nada.