Rándall 'Chiqui' Brenes se viste de héroe y le devuelve la ilusión al Cartaginés

Los brumosos estaban metidos en aprietos, porque se llegó al minuto 90 y persistía el empate a un gol ante Uruguay; pero apareció Chiqui para hacer que en el Fello Meza gritaran: 'Vive, vive... Cartago vive'.

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Cartago

El Fello Meza cambió de ánimo. En el último minuto, la locura se apoderó de los seguidores del Cartaginés, quienes sufrieron por el buen juego de Uruguay de Coronado.

El responsable de desatar la euforia fue Rándall Chiqui Brenes, quien al 90’+5 marcó el agónico gol del triunfo para, de nuevo, pintarle una sonrisa a esa afición que lo adora.

La victoria 2-1 deja a los brumosos en la cuarta posición del Invierno, a tan solo un paso de la ansiada semifinal.

Lea: César Méndez: 'Los aficionados de Cartaginés tienen que creer'

El equipo blanquiazul empataba 1-1 ante Uruguay, un resultado que lo complicaba en sus intenciones de clasificar. Sin embargo, Brenes sacó a su equipo del abismo.

El ídolo blanquiazul empezó el encuentro desde el banquillo debido a que todavía se recupera del trauma cervical que sufrió hace una semana ante Saprissa.

Su ingreso se dio al 67’, y desde ese momento, empezaron a celebrar los aficionados de casa, lo que pudo parecer un augurio de lo que sucedería al final.

Los de la Vieja Metrópoli tuvieron que ir contra corriente desde el inicio del partido.

Los lecheros fueron quienes aprovecharon una llegada para anotar tras un remate de derecha de Andrés Castro, en el 40’, con algo de complicidad de la zona baja de los locales.

El público se apagó con ese gol, pero el silencio tan solo se mantuvo tres minutos, porque en el 43’ Carlos Johnson empató con un certero cabezazo dentro del área.

Cartaginés continuaba obligado a un triunfo por la victoria previa de Limón ante Saprissa (2-1). Eso los brumosos lo sabían.

Apenas iniciado el segundo tiempo, el técnico César Eduardo Méndez movió las fichas, cuando entró Paolo Jiménez por el defensor Fernando Brenes.

Después, fue el turno del Chiqui, quien más tarde reconoció que iba a jugar dependiendo de las circunstancias del partido.

"No estoy a un 100%. La decisión era ver cómo se presentaba el juego para ingresar o no; hubo que entrar para intentar ayudar a los compañeros”, aseguró.

El cotejo se plasmó para que viera acción. La afición lo ovacionó apenas puso un pie en la gramilla y él les retribuyó con un gol que sabe a gloria y que devolvió la ilusión de verse en semifinales.

Pero, antes tienen una batalla ante la Liga, el miércoles.